Jorge Marichal

¿Todo vale como alojamiento turístico?

Cierre los ojos. Deje la mente libre. Piense en una experiencia alojativa única con las siguientes características: orgánica, natural, saludable, en contacto con la naturaleza, ecológica, sostenible, relajada... Seguro que a estas alturas se sitúa usted en un entorno que poco tiene que ver con una ciudad bulliciosa, es posible que esté en una zona tranquila, puede incluso que de montaña. Podría ser cualquier casa u hotel rural, de los muchos y buenos que tenemos en las islas, pero no quiero condicionar su imaginación.

Le sigo dando pistas: magníficas vistas, escuchar el canto de los pájaros, alimentación sana... ¿Cuántas estrellas le pondría a este establecimiento? Pues aparte de las que pueda contemplar en el cielo, de ser un día despejado, lo cierto es que en Tenerife, por no ir más lejos, hay alojamientos turísticos que supuestamente nos ofrecen todas esas características y no cumplen con normativa alguna.

Les pongo solo dos ejemplos. El primero, en Arico, un municipio en el que también existe una muy buena e interesante oferta de casas y hoteles rurales legales. Podemos encontrarnos el siguiente alojamiento en la zona de Arico El Nuevo: yurtas ecológicas (tiendas de origen mongol) a 35 euros la noche, en las que se usa energía solar y agua de lluvia filtrada. Ideal para amantes de la naturaleza, afirman en la plataforma online que las publicita. La finca sobre la que se erigen ocupa una era tradicional y este negocio funciona, según la información de la que disponemos, sin autorización de Turismo, sin licencia de apertura, en suelo rústico de protección del paisaje... Lo de las yurtas parece que funciona, porque tiene ya competencia en el municipio cercano de Arafo, otro alojamiento del mismo estilo, este algo más barato (20 euros por noche).

El segundo ejemplo lo tenemos en la comarca nordeste de Tenerife, en Bajamar (La Laguna), en la finca Luz Serena. Allí se alquila, también a través de la misma plataforma online, un refugio o choza ( hut en inglés, según la oferta publicada), con capacidad para tres personas, en la que la cocina y el baño están en el exterior, en una zona común. Esta especie de cabaña, cubierta con hojas de palmeras sobre tablones de madera, se alquila a nueve euros la noche. Sus anfitriones aseguran que el dinero recabado va destinado a financiar un proyecto de centro educativo de vida sostenible, impulsado por la denominada asociación La escuela de la conciencia creativa. Este lugar tampoco cuenta con normativa alguna, ni seguridad, ni autorización de Turismo, ni licencia de apertura.

Es evidente que experiencias como estas existen porque hay clientes que las demandan y pagan por ellas. Ni un pero a eso. Sin embargo, me pregunto hace ya algún tiempo cómo es posible que haya dos varas de medir a la hora de permitir el desarrollo de un negocio turístico. Porque no nos engañemos, hablamos de negocios, con todas sus letras. Están ellos (los de las yurtas, las experiencias orgánicas y otros miles de ilegales) y luego todos los demás, los que cumplimos a rajatabla con un sinfín de normas que regulan nuestras empresas para que ofrezcan un mínimo de garantías de seguridad al usuario que demanda nuestros servicios. Es ese cumplimiento el que nos permite tener un destino líder, serio, que millones de turistas eligen cada año.

Nos parece bien que alguien quiera dormir en una yurta o en una choza en medio de una finca en Arico, Arafo o Bajamar, pero esas instalaciones, por las que sus dueños cobran una tarifa, la que sea, deben reunir unas condiciones mínimas, adaptadas a esa filosofía alternativa, si quieren, además de cumplir con el fisco.

No podemos estar repitiendo constantemente que nuestra sociedad avanza y funciona porque pagamos impuestos para que sea posible. Esa lección deberíamos tenerla aprendida hace ya mucho tiempo.

*Presidente de Ashotel

Comentarios

Sr. Presidente, no se pueden poner puertas al campo, ni cortapisas a la libre competencia; Vd. Debería leer lo que los clientes de esos establecimientos, a los que Vd. se refiere tan despectivamente, escriben en TRIPAVISOR, y de los esfuerzos de los promotores de los mismos por conseguir las hojas de reclamaciones; conozco mas de un pleito por eso mismo; en cuanto a legalidades, creo que aquí en Lanzarote, existe alguna instalación hotelera de cinco estrellas, que no tiene todos los documentos en regla, y está funcionando a pleno rendimiento.
Completamente de acuerdo. En mi pequeña comunidad de vecinos ( 10 ) una propietaria sin comunicación de un día para otro que su casa era vacacional. De un dia para otro nos encontramos diariamente gente extraña ( inseguridad) , ruidos por la música y fiesta y portazos. No hay registro de dicha actividad en ayuntamiento de Arrecife ( nadie sabe nada ni informan que debemos hacer ) , nadie sabe nads en el Cabildo . Inseguridad para nosotros vecinos mientras la propietaria se forra a costa de todos ya que no paga a hacienda por dicha actividad . Quien controla todo esto ?
Estoy de acuerdo con este artículo. Si queremos ser un destino serio, debemos tener unas garantías mínimas en todos los lugares donde se quedan nuestros turistas. También es verdad que para que una sociedad avance debemos pagar bien a nuestros empleados y darles unas condiciones laborales buenas para que puedan formar una familia y vivir sin serias preocupaciones, algo que luego se traduce en malas deciciones tanto a nivel familiar como nacional cuando hay elecciones. Hay que usar la lógica y la inteligencia siempre; no solo cuando ves una amenaza a tu supervivencia ya que eso es egoista.
Arreglar primero la propia casa, y después la de los demás; ¿o realmente esa fué la intención? ...Licencias anuladas por La Audiencia en Lanzarote ...La mayoría de estas licencias, 24, pertenecen a proyectos dentro del plan parcial Playa Blanca, aprobados a partir del año 2003. La Audiencia anula diez licencias otorgadas en 1998 a proyectos como el Hotel Volcán, Princesa Yaiza, Papagayo Arena, entre otros, otras cinco otorgadas en 1999 en Montaña Roja o Las Coloradas, cuatro más en el año 2000 y las de Marina Rubicón y plan parcial Playa Blanca en 2003. Noticia en este mismo diario, hoy, la anulación de licencias.
... Las estrellas en el cielo, es difícil de contemplar de día, y menos si es un día despejado.

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