Mariem Díaz Fadel

¿Se puede ser más impresentable?

Todo Arrecife se inunda con cuatro gotas, pero el PP, o sea Ástrid Pérez solo ve agua en el Centro Temporal de Atención de Extranjeros de Arrecife, CATE. Su partido, cuando ha llovido, ha intentado rentabilizar políticamente lo que ya habían anunciado: que eso se inundaba, sólo que entonces dijeron que de aguas fecales, no de lluvia. Y lo defendieron para argumentar que no querían el CATE ahí. Decían, y siguen diciendo, que porque no es digna la ubicación actual, pero era un mero pretexto para evitar decir que no querían población pobre proveniente de África en sus -nuestras- calles, aunque luego la alcaldesa se envalentonó y lo dijo bien alto: "no quiero ningún CATE ni ahí ni en ninguna parte de la ciudad, y ya no apeló a la dignidad.

Ástrid, muy cerca del CATE, si quiere un mal llamado complejo ambiental donde se obtendrá abono de nuestros residuos y se generarán lodos que hay que desechar, eso, en medio de la ciudad, la misma ciudad cuyos destinos tiene encomendados pero donde no vive, porque es público y notorio que lo hace en una casa en lo alto del Barrio de  San Francisco Javier, lo que los petulantes llaman El Cable Alto, una vivienda con problemas que no me atrevo a identificar, pero que no dudo que le pasará factura más pronto que tarde.

Cuando se manifestó lo de las aguas fecales estuvieron muy lejos de ruborizarse, porque no dijeron que si la ciudad se inunda con aguas negras, alguna será la responsabilidad municipal. Tampoco ahora dicen que si la lluvia inunda algo tendrá el ayuntamiento alguna responsabilidad. En ese desquiciado proceso no tuvieron la cintura política de jugar al disimulo, proponiendo algún suelo público para la instalación de acogida si tan indigna les parecía la que finalmente se abrió.

El PP, Ástrid Pérez, se apunta ahora al acogimiento de quienes huyen de la guerra de Ucrania, esa que Putin llama "el conflicto". Idéntica situación de muchos de los que llegan en cayucos, que huyen de otras guerras, sólo que un rasgo diferencia a unos y a otros, unos son blancos y vienen de Europa y los reconoce como iguales. Otros vienen de la costa africana y no les inquieta sino de cara a la galería.

La cruda realidad es que el ayuntamiento en pleno ha manifestado su solidaridad y han izado una bandera ucraniana frente al consistorio. No hay espacio en la marina de Arrecife para que ondeen banderas de los países de los que provienen tantos que huyen de las decenas de conflictos que asolan el continente africano, de las hambrunas, de las violaciones, de las mutilaciones,  y ninguna corporación municipal ha solicitado que estén ahí sus banderas. Está visto que la solidaridad nos toca con los pueblos a los que nos parecemos y que provienen de entornos que nos son familiares. Está visto que África nos provee de maderas, minerales y mano de obra y de la que esquilmamos sus riquezas sin miramientos. A su población sólo la queremos si son ricos, estrellas del deporte y artistas de éxito. Ya sabemos que estos no vienen en patera, y si lo hicieron ellos o sus padres su estatus actual nos permite borrar aquella realidad.

Con los antecedentes del gobierno municipal por su actitud con los migrantes subsaharianos, lo del gesto con el pueblo ucraniano, siendo de agradecer, pone en evidencia el sesgo de todo el ayuntamiento sin excepción. Son todos esos que se asoman a la SER cada semana para mostrar su simplonería.

¿Te reconoces en alguna de las líneas escritas más arriba, Ástrid?

¿Se reconoce algún otro representante municipal de tan impresentable ayuntamiento en estas líneas? Dirán que no, claro, morir en África no es como morir en Europa, quizás por aquello de un matiz: Europa es un continente “civilizado”.

La capacidad de acogida del Ayuntamiento de Arrecife está en cuarentena, y todos los que nos representan tan mal sólo son lo que efectivamente aparentan ser.

Comentarios

Querida Mariem, en esta sociedad occidental unas personas son más iguales que otras. Y esta claro quienes son los más iguales. Hay mucho progre de salón rigiendo nuestras administraciones y en las ONG. Los africanos si pero no cerca de mi casa. Ahora queda bien tener un ucraniano en casa. Lo mejor son las personas que pasan de esos progres y sin encomendarse a nadie se están movilizando para ayudar a los refugiados sean ucranianos o africanos.

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