Eduardo Núñez González

¿Qué pasa con la tesis de Pedro Sánchez?

Leyendo las muchas informaciones y valoraciones sobre la tesis doctoral del presidente del gobierno, Pedro Sánchez Pérez-Castejón; parece conveniente arrojar un poco de luz sobre el tema, sobre todo para orientar a quienes no conocen este mundo de la investigación.

Una tesis doctoral, que da acceso al grado de doctor, máximo título académico, es un trabajo serio y riguroso. Una ardua tarea, en la que se trabaja durante varios años. Se realiza bajo dirección de uno o varios directores, que la tutelan, orientan y velan por su calidad. No digo también por su limpieza, porque esta se da por sentada, pues ningún director se jugaría su prestigio en este tema. Antes de exponerla, se efectúa su depósito en la universidad. Esta la somete a exposición pública, cualquier reclamación o anomalía puede ser manifestada durante esta fase. Aún más, si existen dudas, el trabajo puede ser enviado a revisión externa, fuera del departamento universitario donde se propone su lectura.

Una vez superado este paso previo, se expone ante un tribunal que la califica, formado generalmente por tres doctores, que deben reunir requisitos mínimos, como años de antigüedad en el grado de doctor y acreditar méritos en investigación. Parece ser, que la calidad del tribunal que evaluó la tesis de Pedro Sánchez, está siendo cuestionada. Nada mas lejos de la realidad, si el tribunal no hubiera reunido los requisitos, simplemente no se hubiera constituido. Que, aún cumpliendo con la normativa, estuviera compuesto por investigadores jóvenes, sin gran renombre, podría incluso perjudicar al doctorando, pues generalmente tienden a ser más duros si cabe, que los ya consagrados.

El tribunal recibe el trabajo con bastante antelación, cada miembro lo lee y evalúa previamente, preparando preguntas a formular al doctorando durante la fase de defensa. Cualquier doctor presente en el acto público de lectura y defensa, aunque no forme parte del tribunal; puede formular preguntas al doctorando sobre el trabajo. Si la tesis resulta aprobada, se publica en Teseo, base de datos publica que recoge todos estos trabajos.

En todo momento, se puede consultar y analizar el trabajo, incluso someterlo a evaluación de programas informáticos cuyo objetivo es detectar el plagio, que consiste en copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias. Pero citando el autor y la procedencia, ese contenido incluido en la tesis y que no es de creación propia, ya no es plagio. En todos los trabajos de investigación se citan otros autores y se incluyen parte de sus contenidos, generalmente para introducir el tema o comparar con los de elaboración propios. Estos no deben sobrepasar aproximadamente el 25% del total, y el resto debe ser creación propia, así se evita el llamado corta y pega. La tesis de Sánchez solamente tiene un 18% de estas coincidencias. 

Comentario a parte merece la acusación del denominado “autoplagio”, término que no se encuentra recogido en el diccionario; este viene a significar copiar contenidos que son de propia creación intelectual, si son tuyos no los copias de nadie, pocas veces se ve mayor majadería. Muchas universidades exigen publicaciones, previas a la lectura, basadas en la propia tesis y la actual normativa incluyo permite como tesis, un compendio estructurado de artículos escritos por el doctorando publicados en revistas de prestigio. Se podría señalar, como defecto de forma de esta tesis, ser muy larga, unas 350 páginas, lo que dificulta su lectura.

Quien acusa tiene que demostrar y esta tesis ha superado todos los controles. Si se ha encontrado alguna anomalía, denúnciese ante las autoridades académicas o incluso en los tribunales de justicia. Lo que no es de recibo, es hacer acusaciones mediáticas, sin haber realizado denuncia de ningún tipo, arrastrando por el barro el buen nombre de la universidad, único ascensor social de las clases más desfavorecidas.   

Eduardo Núñez González es profesor. Doctor en Matemáticas y director de varias tesis.

 

Comentarios

Excelente artículo, más claro agua.
Muy bueno. Enhorabuena Eduardo Núñez
Todos los articulistas, y profesionales equivocados, Vd. Ha acertado.

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