DESTACAMOS

Veinte mujeres asesinadas por violencia machista en Lanzarote en las últimas tres décadas

El caso de Romina Núñez es el último de un rosario de crímenes, tres de ellos sin resolver

Foto: Manolo de la Hoz.
Saúl García 0 COMENTARIOS 10/02/2019 - 08:39

El de Romina Celeste Núñez ha sido el último, pero en Lanzarote la violencia contra las mujeres ha ocupado muchas páginas de los periódicos en las tres últimas décadas, un periodo en el que ha habido, al menos, una veintena de asesinatos. Unos más sonados o mediáticos que otros, unos recordados y otros no. Algunos siguen sin resolverse.

En este reportaje sólo se recogen los asesinatos machistas o desapariciones, pero la violencia contra las mujeres tiene muchos grados. Según el Informe de actividad 2018 del Servicio de atención a la mujer víctima de violencia de género, que elabora el Instituto Canario de Igualdad, en Lanzarote el año pasado hubo 1.183 incidentes de este tipo. De ellos, 681 fueron emergencias y 326 urgencias, mientras que 176 fueron solicitudes de información.

Durante todo el año se denunciaron 593 episodios de violencia no física, 479 agresiones físicas y 33 agresiones físicas acompañadas de agresión sexual. Son muchos, por tanto, los casos de maltrato habitual, de palizas, agresiones o de intentos de asesinato que no acaban con resultado de muerte.

Esta crónica negra comienza en 1981. Ese año causó gran impacto la muerte de Juana Tavío Rodríguez, una mujer de cincuenta años que trabajaba en una tienda de la calle Cienfuegos, en Arrecife, donde entró un joven de veinte años, Carmelo Frahija, que le asestó 13 puñaladas y robó 500 pesetas de la caja registradora. Fue condenado, también por violación, a 54 años de cárcel.

A esa misma década pertenece el hallazgo del cadáver de Elin Sophie Hansen, una ciudadana noruega que vivía con sus dos hijos en los apartamentos Bitácora de Puerto del Carmen y apareció en Playa Quemada con quemaduras en su cuerpo. Nunca se encontró al culpable o culpables.

En 1992, la pareja de Leila Hamed, madre de un niño de tres años, la asesinó a golpes y después llevó su cuerpo al Hospital. Fue detenido. Un año más tarde, la víctima fue Fátima Cabrera, asesinada de tres disparos a manos de su pareja, un policía nacional con quien vivía en Playa Honda.

Todavía en la década de los noventa, en 1998, es muy recordado el asesinato de Fuencisla Espinosa, en Titerroy, por su pareja, Marcos Antonio Armas. La muerte provocó incluso concentraciones y manifestaciones de indignación ante los Juzgados y la Delegación del Gobierno. Fuencisla, de sólo 23 años, había puesto una gran cantidad de denuncias que no habían servido para nada.

Entonces no estaba en vigor la Ley de violencia de género de 2004 y no se contemplaban medidas cautelares para proteger a las posibles víctimas. La orden de alejamiento es una figura que no entró en vigor hasta el año siguiente. Ese asesinato fue en agosto.

Al año siguiente, en el miso mes, Luis G.B., vigilante de una obra, de Tinajo, asesinó a puñaladas a una amiga, Susana Socorro, por una discusión, y se entregó a la Policía. En esa década también se denunció la desaparición de Elena Rodríguez de Rada, cuyo rastro se perdió en Las Palmas de Gran Canaria. La desaparición nunca se ha aclarado.

El Siglo XXI no ha sido mejor para la integridad física de las mujeres en la Isla. En 2001 fue detenido Fernando Viveros tras asesinar a puñaladas a la que era su pareja, la colombiana María Mercedes Torres. Los hechos ocurrieron en los apartamentos La Florida, de Puerto del Carmen.

En abril de 2002 fue Rudolf Z. quien asesinó a su pareja, la ciudadana alemana Bárbara Masd, de 48 años, que llevaba una década viviendo en Puerto del Carmen. En 2003 la víctima fue otra mujer alemana y de la misma edad que la anterior, Dagmar S., que había llegado a denunciar que su marido había comprado un arma y que temía que la utilizara contra ella. Así fue. Ocurrió en Puerto Calero. Su marido le disparó con una escopeta y después se suicidó.

Después de cada uno de estos asesinatos se producían las concentraciones en el Cabildo viejo del Foro contra la violencia de género, que se han seguido sucediendo a lo largo de todos estos años. Ese mismo año, 2003, apareció junto al cementerio de San Román el cuerpo de P. G. R., que ejercía la prostitución en la zona de Las Rapaduras. Murió degollada y con una puñalada en el corazón. Se investigó tanto a algunos de sus clientes y a su propia pareja. Tenía 38 años, era natural de Badajoz y estaba embarazada de cinco meses. Nunca se detuvo a nadie por esos hechos y el crimen ha quedado impune.

En 2004 el asesinato fue en la isla de La Palma pero la víctima era de Lanzarote, De hecho, Carmen Caballero, de 54 años y con ocho hijos, se había marchado a esa isla huyendo de su marido, a quien había denunciado en múltiples ocasiones. No le sirvió de nada. El marido fue a La Palma, la mató, se puso un cinturón de explosivos y lo activó contra sí mismo en plena calle.

En 2007 el asesino fue un militar del aeródromo de Guacimeta que también se suicidó unas horas después de que las amigas de Yasmila Arrocha encontraran su cadáver en Argana Alta. En este caso se investigó la participación o el encubrimiento de un compañero que podía haber conocido los hechos y no los denunció. No fue llevado a juicio.

Si en el caso anterior fueron las amigas, en el de Cathaysa Rodríguez fue su propia madre quien encontró el cadáver en el maletero de un coche cuatro meses después de su desaparición, en 2007. La autopsia determinó que no fue una muerte violenta y el caso se archivó pero nunca se han resuelto los detalles sobre el fallecimiento y el traslado del cuerpo.

Tampoco se ha resuelto nunca la muerte de Expedita Santana, muy conocida en las calles de Arrecife. La maniataron con unas cuerdas procedentes de una pensión de Arrecife y apareció su cuerpo en la costa de Mala. Se detuvo a dos sospechosos que habían pernoctado allí pero que salieron sin cargos.

Era 2008 y ese mismo año fue el asesinato de Yuliza Pérez a manos de la pareja de su madre, Antonio Luis Ferreira, que había llegado a colaborar en la búsqueda del cadáver y que fue condenado a veinte años de prisión. También fue condenado, a 18 años de cárcel, Mor Ndao, por asesinar a su pareja, la italiana Mara Serighelli, a quien asfixió con sus propias manos en la casa que compartían en Puerto del Carmen.

En 2012 falleció Verónica en Tinajo. Es uno de los casos más escabrosos de los últimos años. Tan sólo se encontraron sus huesos calcinados en la vivienda. La investigación comenzó por la denuncia de su hermano al año siguiente. En el juicio se condenó a su madrastra por maltrato habitual y profanación de cadáver a tres años y medio de prisión. Una de las hipótesis de la muerte es que el padre, que falleció cuando permanecía detenido en el hospital, la había matado después de dejarla embarazada.

Hasta la muerte de Romina, el último caso en Lanzarote había sido el de Araceli Araújo, cubana de 57 años. Cesáreo García fue condenado a tres años de cárcel por “lesiones agravadas en concurso ideal con un delito de homicidio por imprudencia grave, con la concurrencia de la circunstancia eximente incompleta de legítima defensa”. Había llegado a Arrecife desde Tenerife y fue detenido en el aeropuerto cuando pretendía volver a esa Isla.

Añadir nuevo comentario