ECONOMÍA

Una vendimia en Lanzarote con mayor demanda y precios históricos

La cosecha, con alrededor de 1.900.000 kilos, se ha caracterizado por una uva “sana” que ha alcanzado un valor de tres euros el kilo en todas las variedades

María José Lahora 1 COMENTARIOS 17/09/2022 - 09:02

Lanzarote ha contado este año con una producción de uva “un poco menor” que la del año pasado, campaña en la que se superaron los dos millones de kilos de fruta (2.052.517 kilos). La actual vendimia arroja unas cifras en torno a 1.900.000 kilos de uva, casi 150.000 kilos menos que el ejercicio anterior, según los datos recabados por el consejo regulador de la denominación de origen Vinos de Lanzarote, con el 99 por ciento de la cosecha cerrada.

Solo de malvasía volcánica, que representa el 70 por ciento de la producción lanzaroteña de vid, se ha llegado a 1,4 millones de kilos. Es una uva que se caracteriza por gozar de buena salud en un momento de necesidad por parte de las bodegas ante la escasez de estocaje de vino. La mayor demanda y mejor calidad de la fruta ha permitido elevar los precios de todas las variedades a tres euros el kilo, una cifra jamás alcanzada.

El factor climatológico, con escasas lluvias y el aumento de temperaturas en fechas más tempranas, ha contribuido a la ausencia de enfermedades, lo que ha permitido disponer de una uva “más sana”, al tiempo que ha adelantado la maduración de la fruta y, por tanto, la cosecha, iniciando la recogida de la uva a principios de julio con lo que la vendimia ya estaba prácticamente finalizada a 1 de septiembre cuando lo habitual era concluir la recogida para la Romería de Los Dolores.

“Esperábamos una vendimia más tardía dado que la brotación se produjo más tarde, pero finalmente se adelantó. Cuando los periodos de maduración son menores la calidad se presupone inferior en cuanto a aromas, sin embargo, por su estado sanitario, la cosecha ha sido fantástica y la uva ha entrado muy limpia, aunque quizá un poco más pequeña de lo que sería deseable, algo que ha compensado sobradamente el estado sanitario de la fruta”, comenta el gerente de la bodega Vega de Yuco, Rafael Espino.

Las variedades que han sufrido una merma de producción significativa han sido listán negro y diego. “El adelanto de la vendimia es una muestra de que el cambio climático ya está aquí, pero podría ser mucho más agresivo. Afortunadamente nos rodea el océano Atlántico y una corriente fría, de modo que el efecto no es tan patente. De lo contrario estaríamos ya sin viticultura”, añade Espino.

El mayor número de bodegas en la Isla, así como la escasez de vino en las mismas ha permitido incrementar tanto los precios de la uva como la calidad de las producciones que salen al mercado. También han aumentado los operadores ecológicos en Lanzarote. “Unos productores que están motivados por producir uva ecológica, lo que nos permite sacar a las bodegas más vino ecológico con esta certificación al mercado”, comenta con satisfacción el bodeguero.

Por su parte, el experimentado viticultor Ginés Gutiérrez también ha valorado de forma positiva que la campaña de este año se haya presentado con una uva “más sana”, porque se ha visto sometida a una menor agresión por parte de las plagas. Aunque sí ha notado en su finca un descenso de la producción, principalmente motivado por una sequía que se prolonga en el tiempo y que afecta a unas parras ya de por sí castigadas que producen la mitad de lo que podrían.

El agricultor teme por el futuro de estas viñas: “El problema es la poca generosidad de la parra. En concreto, la de secano. Tiene un límite y cada vez será menor la producción, podrá dar un fruto bueno, pero se está muriendo”, augura.

Según ha tenido conocimiento, algunos agricultores han optado por el riego en cubas, pero en su opinión no se está subsanando el problema de la sequedad en la planta porque no puede absorber el agua con tanta rapidez como sería deseable. “Debe ser un riego constante”, explica Ginés Gutiérrez, quien recuerda que en un buen año de producción se han alcanzado incluso los tres millones de kilos de fruta.

Precios históricos

La mayor demanda por parte de las bodegas de la denominación de origen Vinos de Lanzarote ha permitido a los viticultores lanzaroteños incrementar la rentabilidad de sus cultivos. Este año el precio de la uva ha alcanzado los 3,8 euros para la malvasía volcánica, la variedad más valorada, que en la anterior campaña se situó en una media de dos euros el kilo. Este incremento ha estado influenciado no tanto por la menor escasez de fruta, sino por el hecho de que existen más bodegas que reclaman la uva.

La mayor demanda aumenta la rentabilidad del viticultor lanzaroteño

El bodeguero Rafael Espino destaca que la subida del 50 por ciento en el coste de la fruta, aunque sigue siendo baja, “es lo que le va a permitir al viticultor fijar su rentabilidad para rescatar la actividad agrícola”. Sin embargo, lamenta el incremento de robos que se ha producido este año ante una uva más valorada en el mercado. Para atajar los hurtos, demanda que se activen medidas de control tanto en los puntos de salida de la mercancía como en las fruterías de la Isla reclamando en las inspecciones la factura de compra. “Estos precios se van a mantener y los robos o los atajamos ya o se incrementarán en la próxima campaña”, enfatiza.

Espino asegura que este incremento del coste de la materia prima no tiene por qué verse reflejado en el producto final. Si bien, expone que las bodegas afrontan una época de inflación, con subidas en todos los gastos del proceso de embotellado que no puede verse reflejado en el precio final al consumidor porque el mercado no podría asumirlo. “Lo que más nos afectaría es el hecho de tener una serie de costes fijos con la mitad de botellas para vender, porque entonces los costos serán superiores”.

En cuanto a los precios alcanzados durante esta campaña, la viticultora Ascensión Robayna reprocha las voces que difunden que son los agricultores los que establecen el precio de la fruta. “Los viticultores nunca han tenido influencia para poner el precio de la uva”, señala. Robayna defiende que debería tenerse en cuenta también la “calidad” a la hora de fijar los precios del producto, así como otras variantes que confieren mayor valor añadido a la producción, como es la procedencia de cultivo ecológico y de parras viejas que contribuyen a mantener el paisaje. “No es lo mismo una uva de parra joven en una zona que se ha reconstruido el hoyo en espaldera que una vid vieja que se mantiene en hoyo”, expone.

Asimismo, cree que la zonificación es otra variante a tener en cuenta. “Hay parcelas que son excepcionales, con un grado de acidez en la uva que la convierte en una fruta de gran calidad. No en vano, ya se habla de ‘vino de parcela’, altamente valorado por los entendidos”, para cuyo conocimiento estima necesario que el consumidor cuente con mayor cultura vitivinícola. “Sería importante determinar esta calidad, así como planificar las campañas para los años en los que se generan grandes producciones de uva a fin de que los precios no desciendan’’, sostiene.

Robayna pone el ejemplo de la zona de Champagne en Francia, donde una uva de calidad procedente de una determinada parcela, en la que se conoce el proceso de producción en parras viejas, puede alcanzar los seis euros el kilo de fruta. “No es justo mantener el mismo valor para diferentes calidades o no diferenciar entre producciones de parras viejas y jóvenes”. En particular, la viticultora califica su producción ecológica en parras viejas como “increíblemente buena”.

Más competencia

De otro lado, Ascensión Robayna confirma que existe gran interés por parte de bodegueros de Fuerteventura, donde la viticultura está despegando, por adquirir la uva lanzaroteña para sus producciones de caldo. Asegura que están ofreciendo un mejor precio que el alcanzado por las bodegas de Lanzarote. “Hay temor a que vengan los majoreros a comprar la uva porque aquí tendrán que pagarnos más si eso sucede”, dice.

Robayna defiende que cotice la procedencia de la uva para fijar el precio

En opinión de Rafael Espino, “todo lo que contribuya a que el viticultor recoja mejor precio y que se le otorgue el valor que le corresponde a la uva de Lanzarote es ideal”. Si bien insiste en la necesidad de controlar la fruta que sale de la Isla para certificar que procede de viticultores legalmente establecidos para protegerla frente a los robos que se han incrementado este año. Insiste en que “la competencia es sana” y es lo que va a contribuir a que el sector tenga un futuro. “De lo contrario nos quedaremos todos sin uva y sin uva no habrá vino. Si hay competencia el precio sube y los agricultores plantarán más parras y la Isla mantendrá el paisaje, el sector primario y las costumbres. Todos ganamos. La sociedad, en general, gana”.

Desde la asociación de viticultores de Fuerteventura Majuelo, su presidente, Leonardo Ramírez, desconoce si se está adquiriendo uva lanzaroteña para las producciones de vino de la Maxorata, pero estima “legítima” la compra de uva de malvasía volcánica por parte de las bodegas majoreras, dado que “cualquier productor con bodega constituida está en su derecho de adquirir la fruta donde lo considere, no hay nada que lo prohíba, si bien no es la práctica habitual”.

Comentarios

Creo recordar que si cerraban la bodega Stratus la uva y los viticultores de Lanzarote desaparecerían... vaya fantasmas el periódico por llamarlo de alguna manera de la competencia.

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