Una historia de emigración es la historia de la emigración
El escritor Víctor Bello publica ‘El viejo marino’, una novela breve en la que recrea la que pudo ser una conversación entre Ernest Hemingway y el lanzaroteño Gregorio Fuentes
El viejo marino es la quinta novela de Víctor Bello y la segunda que publica en la editorial que fundó él mismo, Caballos Azules. Bello es historiador, archivero y escritor, y la novela es la “breve historia de un emigrante”. Pero no es uno cualquiera. El autor recrea la que pudo ser una larga conversación en un día de pesca a bordo del Pilar entre Ernest Hemingway y Gregorio Fuentes.
El escritor le pregunta al pescador por su historia como emigrante, quiere que le cuente cómo es esa parte cerca de África desde la que llegó a Cuba. En un pasaje de la novela le dice que su historia es importante “pero es la punta que vemos de un gran bloque de hielo sumergido, porque debajo está la historia de muchos y eso la hace más importante aún”.
La última semana de noviembre se celebraron las VII Jornadas de archivos de Teguise, Ordenando papeles, que este año se dedica a los archivos y los movimientos migratorios. En el texto de presentación, Bello, que organiza las Jornadas, señala que “el movimiento de personas, la migración, es algo connatural a las sociedades humanas. Ya sea por presión demográfica, por penurias económicas, por guerras o por el afán de prosperar, a lo largo de los siglos los trasvases de población de un lugar a otro han sido numerosos”.
Y añade: “La recuperación de esta memoria, a través de la conservación de archivos donde se refleje, supone también la recuperación de la identidad personal como eje para comprender lo que somos y por qué los somos y, sin duda, también potencia la empatía hacia quienes ahora se ven en la misma necesidad de nuestros ancestros”.
Esa misma preocupación o inquietud le apareció al autor un día cuando vio el desembarco de los integrantes de una patera en el muelle comercial, junto al Castillo de San Gabriel, mientras de forma paralela, en el parque infantil contiguo, la mayor parte de la gente era ajena a ese momento. “Quizá algún día escriba sobre esto”, pensó. Pero pasó el tiempo y no lo hizo.
El año pasado, las asociaciones Tenique Cultural y Veintinueve Trece le invitaron a viajar a Uruguay para comenzar a estudiar la emigración de los lanzaroteños y la idea despertó. Él mismo es un migrante que nació en un pueblo de Córdoba y ha vivido en Sevilla, Alcázar de San Juan, Tenerife, Gran Canaria y ahora Lanzarote, por lo que conoce “la necesidad de hacerse un hueco en la nueva sociedad que acoge a todo migrante”.
Finalmente, a través de un amigo, le llegó la historia de Gregorio Fuentes, nacido en el Charco de San Ginés y emigrado a Cuba, y su relación con Hemingway, que lo tomó como referencia inspiradora para su novela El viejo y el mar. Así que, en lugar de escribir un ensayo histórico, pensó en construir un relato de ficción inspirado en personas reales. El viejo marino es una conversación a bordo del Pilar entre ambos, en un día de pesca.
Hemingway le dice a Fuentes que es consciente de que el mar es su verdadera patria
A lo largo de la novela, que se puede adquirir en la Librería El Puente, el escritor interroga a Fuentes por su viaje, y este, aunque se resiste, al final le acaba proporcionando detalles, que recuerdan, inevitablemente, al viaje que hacen ahora tantos africanos a Canarias en embarcaciones precarias y que coincide con la pulsión inicial del escritor y editor de esta novela. Un viaje en barco, entre la bodega y la tercera clase: “Fue un viaje duro, con un miedo permanente a morir”, dice el personaje de Gregorio Fuentes.
La historia es ficción, pero incluye, y se marcan así en cursiva, fragmentos de diálogos de las novelas del Premio Nobel americano, que se revelan en las notas finales. Durante ese día de pesca, Hemingway le dice a Fuentes que es consciente de que el mar es su verdadera patria y que ha escuchado de Gregorio, que a su vez escuchó de su padre, que el mar no separa sino que une.
El pescador le dice, mientras pospone su propia historia, que es hijo de la corriente del Golfo: “Por eso se me da tan bien pescar en sus aguas”. Sobre las islas desde las que llegó, le cuenta: “Tu África tiene mucha poesía, Ernesto. La que yo he conocido no es así. Es más pobre hasta para contar cuentos. Todo es más complicado que disparar contra un león”.
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