Las conexiones aéreas están previstas. Las medidas administrativas, como el pasaporte verde, se han anunciado. Los hoteles, poco a poco, van abriendo. En Lanzarote, casi todo está listo para la llegada de los turistas. Tan solo faltan, precisamente, los turistas. En concreto, los turistas británicos, que representan, o representaban, aproximadamente, la mitad del turismo que llega cada año a la Isla.

El verano, desde el punto de vista turístico para Lanzarote, no está perdido pero no está, ni mucho menos, garantizado. “Lo que marcará la recuperación del destino será el mercado británico”, señala Héctor Fernández, gerente de la Sociedad de Promoción Exterior de Lanzarote. Esa es la gran incertidumbre.

Desde el 17 de mayo, los británicos no necesitan autorización para irse de vacaciones, pero, para Reino Unido, al cierre de esta edición, Canarias seguía en semáforo ámbar. Ese color obliga a los turistas que pasen aquí las vacaciones a tener que hacer una cuarentena de 10 días a la vuelta y presentar dos pruebas PCR negativas.

Esas condiciones complican el turismo de masas. Aunque se cambie el semáforo para las Islas, no está clara la fortaleza de la demanda. La crisis por la pandemia ha roto el tradicional esquema de previsiones. Para el 24 de junio se espera otra revisión del citado semáforo, y la decisión dependerá tanto del nivel de contagios como del nivel de vacunación en el destino, pero también de la incidencia de la ya temida cepa india en el Reino Unido y su efecto sobre el avance o no de la pandemia.

La que marca la pauta, por lo tanto, es Reino Unido, y los turistas dependen de las decisiones que vaya adoptando su Gobierno durante los próximos meses, ya que los touroperadores, las aerolíneas y las agencias de viaje británicas están tan interesadas como sus destinos en que se reactiven los viajes cuanto antes, y de forma estable.

Las previsiones no son malas. La conectividad aérea prevista para Lanzarote desde diferentes puntos de Europa es tan solo una cuarta parte menor, en cuanto a número de vuelos, que la que hubo en el año 2019, y mayor que la del año pasado. De 590 vuelos semanales de hace dos años, la previsión es que haya 432 este verano, pero podrían ser muchos más si el turismo se reactiva, o muchos menos si las medidas para salir o entrar de los países emisores siguen siendo estrictas.

El descenso, de todas formas, sería mucho menor si eliminamos de la ecuación a los vuelos entre islas, cuya previsión es de cien vuelos menos que el verano de hace dos años, por lo que la cifra de vuelos entre Europa y Lanzarote sería muy similar a 2019 si se cumplen las previsiones.

Reino Unido, de hecho, apenas varía en su previsión. De los 141 vuelos semanales que hubo hace dos años, prevé hacer 124 semanales desde una decena de ciudades. En el caso de Alemania, la variación es de 23 a 15, Bélgica pasaría de nueve a cinco y Países Bajos de 12 a 8. Irlanda pasa de 38 conexiones a 26, Francia de 19 a 11 y España sube, pasando de 82 en el año 2019 a 89 previstas para este año, entre los meses de julio y septiembre.

“Las previsiones son frágiles, no se sabe si son reales o no”, señala Héctor Fernández

“Las previsiones son frágiles, no se sabe si son reales o no”, señala Fernández. Irlanda tampoco se decide y otros países que dan mejores señales, como Francia, Italia o Alemania, no son decisivos para la recuperación.

En cuanto al turismo nacional, sí se prevé que tenga una demanda alta. Iberia planteó en Fitur que estaría dispuesta a poner en marcha más vuelos si la demanda se mantiene, en función de las ventas, pero no será suficiente.

“El turismo nacional siempre es un complemento muy positivo porque además es un turismo de gran calidad, pero hay muy pocos hoteles en la Isla que dependan del turismo nacional”, asegura Héctor Fernández.

Incertidumbres

Por otra parte, sigue habiendo desajustes y dudas. España recibe sin necesidad de PCR a las personas vacunadas y a personas que lleguen de países con baja incidencia. Además, la UE ultima su pasaporte verde, que podría entrar en vigor el 1 de julio, pero hay muchas dudas sobre su implantación.

Lo más probable es que la decisión se aplace hasta el 24 de junio y que, si nada se tuerce, el día de San Juan, el Reino Unido dé vía libre al comienzo del verano turístico. Cuando llegue esa fecha estarán abiertos cuatro de cada diez establecimientos, según las previsiones de la patronal Asolan.

Susana Pérez, su presidenta, señala que hasta ahora han abierto un 35 por ciento de los hoteles y complejos de apartamentos, menos de noventa en total, pero que en las últimas semanas ha abierto alguno más, como el Hotel Meliá Salinas, el Secrets Lanzarote, en Puerto Calero y el Dreams Lanzarote Playa Dorada Resort.

Se espera que abran en junio un cinco o un diez por ciento más, sobre todo a partir de la segunda quincena, pero todo depende de las decisiones de Reino Unido. Pérez apunta otro posible freno a la llegada de turistas, como son los precios desorbitados para viajes desde la Península que “pueden paralizar esa demanda”, y señala que los alemanes están priorizando otros destinos de verano, que en los meses de invierno estarán cerrados. La situación es incierta y la planificación va muy despacio, apunta la patronal turística de la Isla.