DESTACAMOS

Tin Tan: los chefs del amanecer

La carta es casi ilimitada a la hora del desayuno, con tapas de garbanzas, estofado de cabra, pescado compuesto, costillas, sancocho o riñones. “Todas fieles al estilo de mi padre”

Juan Gutierrez y Juan Leandro, ‘Juanito’. Fotos: Rafael Fuentes
Lourdes Bermejo 5 COMENTARIOS 21/03/2019 - 05:27

Tres Juanes regentan desde hace 30 años Tin Tan, el bar inaugurado por el patriarca de la familia Gutiérrez que ha sido un referente culinario en los desayunos tempraneros y las ‘amanecidas’ de varias generaciones. Las solicitadas tapas “con sabores de siempre”, entre las que reina la de garbanzas, y el don de gentes de Juan Gutiérrez, que considera a sus clientes “amigos”, han hecho de este local un referente del barrio arrecifeño de La Vega.

A las cinco de la mañana abre puntualmente sus puertas este bar de La Vega, donde es una institución desde que Agapito Gutiérrez se estableciera en noviembre de 1968. Desde entonces, Tin Tan acoge a la más variopinta clientela, “desde los profesores de la escuela de arte a trabajadores madrugadores y hasta turistas trasnochadores”, explica Juan José, que heredó el negocio de su padre junto a su cuñado Baldomero. Desde hace 30 años lo lleva junto a su hijo Juan Juanillo y el hermano de su esposa, Juan Leandro, Juanito. También su mujer, Maribel Rodríguez, ha tenido todos estos años un papel preponderante en el negocio, “sobre todo en el año 92, cuando asumimos el bar y ella tuvo que tirar del carro como todos, desde la cocina”, explica.

Aunque el trato es exquisito y las tapas se venden solas (es imposible encontrar tortilla a partir de las diez de la mañana), el secreto del Tin Tan es su horario. Todavía es noche cerrada a las cinco de la madrugada, cuando se encienden los fogones y llegan los primeros clientes. “Entre semana, a esas horas vienen los que trabajan en reparto, fruterías o la Policía Local”, explica el propietario, que desvela, así, quiénes son los causantes de que la tortilla se agote a primera hora. “Les gusta mucho a los municipales, que siempre han venido al bar”, explica Juan, que es ahijado del policía Juan Duque, por el histórico vínculo con los miembros del Cuerpo. También forma parte de la parroquia el servicio de Correos. “Los carteros de la vieja guardia siguen reuniéndose aquí todos los viernes, para comer las tapas que yo les preparo”, explica Juan.

El perfil va variando durante la mañana, cuando llegan “los que trabajan por la zona, como los comerciantes o los profesores de la Escuela de Arte Pancho Lasso”. Este centro está unido históricamente al bar Tin Tan, desde que el mismísimo Santiago Alemán compartiera mesa con sus alumnos a la hora del recreo, en lugar de sentarse en la mesa contigua con sus compañeros de claustro, en su época de director de la escuela.

La carta es casi ilimitada a la hora del desayuno, con tapas de garbanzas, estofado de cabra, pescado compuesto, costillas, sancocho o riñones. “Todas fieles al estilo de mi padre. No ha habido ninguna variación. No hacemos fusión. Nosotros somos de conservar los sabores de siempre”, indica este hostelero, desvelando otro de los secretos de su éxito. Eso sí, con los años, se han incluido en la carta propuestas del propio Juan como ensaladilla, caldo de millo, calamares compuestos o cerdo y atún en adobo”.

Lo que sí ha variado, y mucho, es la bebida que acompaña al desayuno. “En otras épocas, era muy habitual echarse a media mañana con el café un coñac, incluso cazalla o un trago de ron, al que eran muy aficionados los maestros. Ahora la cazalla se ha retirado del mercado, aunque tenemos una botella de anís, por si lo pide alguien, aunque es raro”, dice Juan.

También los noctámbulos se han moderado con la bebida. La juventud actual sigue recalando en el bar antes de irse a la cama, pero lejos de pedir la simbólica ‘penúltima’, como hacían los jóvenes de los 80 y 90, ahora la bebida estrella es el café con leche, los zumos o refrescos. “Antes la Benemérita no era tan dura”, indica Juan, para explicar la prudencia de las nuevas generaciones a la hora de ponerse al volante.

Como el bar Tin Tan cierra los domingos, es la madrugada del sábado la más concurrida para los noctámbulos, entre los que se suelen colar incluso turistas de paso. “Toman taxis sobre todo en Fariones y Costa Teguise y preguntan por algún sitio para desayunar, así que los traen aquí”. A esta clientela no le queda otra que adaptarse a la carta, lo que siempre resulta ser un acierto. “Un señor inglés me pedía un sandwich. Yo le dije que no, que probara el estofado. Repetía ‘sandwich, sandwich’. Le puse la tapa y se quedó satisfecho. Al final, me dijo: ‘Muy bueno’”.

Juan asegura ser un autodidacta de la hostelería, aunque su experiencia de toda una vida le ha hecho un auténtico maestro del buen servicio. “Es muy importante cuidar a la clientela. En mi caso, son casi más amigos que clientes, hasta les voy a visitar al hospital y, por supuesto, sé sus preferencias. No hace falta que me digan qué quieren tomar, pero también es importante ser discreto. Por ejemplo, si un cliente que bebe una copa habitualmente llega acompañado por alguien desconocido para mí, no debo servirle directamente, sino preguntar qué quiere”, indica. La clientela responde a este trato familiar y Juan dice sentirse muy agradecido de la preocupación de todos cuando él mismo sufrió un pequeño achaque el pasado verano, señalando a Santiago Alemán como el “gran amigo” que estuvo al pie del cañón en aquella ocasión.

Desde chinijo, Juan ha trabajado en el bar. “Mi padre lo montó cuando yo tenía ocho o nueve años. Era cocinero de barcos de cabotaje y lo dejó después de recorrer el mundo porque pasaba mucho tiempo fuera de casa. Yo iba a la escuela de don Valeriano y, cuando salía, venía a lavar vasos o lo que fuera, pero con 16 años me establecí, tomando las riendas del local. Fui el empresario más joven de la Isla”, recuerda. Se presentó como voluntario a cumplir con el servicio militar, entonces obligatorio, para evitar tener que abandonar Lanzarote tantos meses. “Hice el campamento en Hoya Fría y después me integré aquí en el Batallón”. Fue cabo primero y estuvo a las órdenes del teniente coronel García-Escámez hijo, siendo en aquella época coronel el querido Norberto Palomino, recientemente fallecido.

Juan asegura que la clave de la hostelería es “la constancia”, seguida de cerca por el servicio, la limpieza y la calidad. “Desde fuera se ve fácil, pero la clientela no tiene obligación de venir. Hay que hacerla sentir en casa”, dice. La demostración de que la fórmula funciona en Tin Tan es la afluencia constante de personalidades de todo tipo. “Por aquí han pasado artistas, todos los políticos de la Isla y hasta Gabi, uno de los Payasos de la Tele”, cuenta. Dimas Martín visitó varias veces el bar. “Era amigo de mi padre y le dejó tal huella que, enfermo de alzhéimer, a mí no me reconocía, pero le preguntabas por él y lo tenía en mente”, recuerda entre risas.

Las anécdotas también se han sucedido en estos años. “Cierto día, se desmayó un señor mayor, que estaba jugando a la máquina. Recurrí a un cliente de la barra, que era quien se ocupaba de los traslados para una funeraria. “Ayúdale tú, que sabes de esto”, le dije. Pero no hizo falta porque se ve que el señor reconoció al trabajador de la funeraria y se incorporó como un resorte”. También ha habido algunos episodios desagradables, sobre todo en las amanecidas, aunque Juan resta importancia a estos casos puntuales y remarca que se siente “muy orgulloso” de la clientela, mostrando públicamente su “agradecimiento” por tantos años de fidelidad. Un cariño sin duda correspondido por varias generaciones de lanzaroteños que han compartido tan buenos momentos en el Tin Tan.

Comentarios

Cuando Juan cumplió el servicio militar en Lanzarote en lo años 1978 y 1979, Norberto Palomino, no era coronel, sino capitán.
Restaurante sobre valorado ya que no aporta nada nuevo ni destacable . No admitir reservas genera problemas. Restaurante normal a precio razonable.
Perdón error ... local. Disculpas.
Local super agradable y familiar y no hablemos de las tapas esos estofado de cabra o costillas recién salida del caldero se los recomiendo y vayan temprano que cierra pronto AAA y los chipirones el arroz ummm
Y las tapas de concejales y matrimonios,? Mmmmmm

Añadir nuevo comentario