El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, destacó este jueves la “gravedad” del “divorcio que se está produciendo de una parte muy importante de la sociedad canaria con el Gobierno de España” por la autorización para perforar en busca de petróleo en aguas próximas a Lanzarote y Fuerteventura.

A su juicio, es “imprescindible” la intervención del presidente Mariano Rajoy y que el Rey Felipe VI “conozca en profundidad este asunto”, para lo que ya ha solicitado reuniones de carácter oficial con ambos.

Flanqueado por los presidentes de los cabildos de Lanzarote y Fuerteventura, Pedro San Ginés y Mario Cabrera, el presidente autonómico destacó el “clima de tensión” y de “crispación” que se está dando en el Archipiélago, cuyo “instigador” está siendo el ministro de Industria, José Manuel Soria, al promover unas prospecciones en contra de las instituciones canarias.

Rivero insistió en que los sondeos petrolíferos son “un tema de Estado”. “A lo largo de los cinco siglos de nuestra historia” con España, dijo Rivero,  “probablemente no ha habido un asunto de tanto calado, que puede deteriorar relaciones de la sociedad canaria con el Gobierno de España, como éste”.

El presidente también hizo alusión a las declaraciones de Rajoy en las que apuntó que las prospecciones de Baleares no se llevarían a cabo en caso de “duda” sobre sus riesgos.  Para Rivero, en el caso de Canarias, “las dudas están aclaradas” en el sentido de que se trata de una “actividad de riesgo” y que “puede afectar al medio natural” y a la economía de las Islas.

“Como si fuéramos una colonia”

“Necesitamos saber si Rajoy tiene la misma vara de medir para Baleares que para Canarias”, porque “si fuera distinta” y pretende resolver un “problema político” con el PP balear, que está en contra, con una declaración de impacto ambiental negativa, estaría “poniendo muchos elementos para que se produzca una ruptura de relaciones institucionales con el Gobierno de España”.

Rivero insistió en que el Gobierno español está actuando “de forma unilateral”, con “desprecio”, “como si fuéramos una colonia del siglo pasado”, pero “los canarios no vamos a permitir un trato de esta naturaleza” y “trabajaremos los años que sea necesarios para impedir que se lleven a cabo las prospecciones”, añadió.

Vía judicial

Al margen de la vía política con Rajoy y el Rey, el presidente del Gobierno canario explicó que se ha interpuesto un recurso ante el Tribunal Supremo instando la nulidad de la sentencia que avaló la convalidación del real decreto que otorgó a Repsol la posibilidad de prospectar en 616.000 hectáreas frente a Lanzarote y Fuerteventura.

También destacó que se recurrirá en vía administrativa la resolución del Ministerio de Industria publicada en el BOE esta semana que permite a Repsol perforar tres pozos exploratorios, uno de hasta 6,9 kilómetros de profundidad. En caso de que el Gobierno no acepte el recurso, se acudiría a la Audiencia Nacional pidiendo como medida cautelar la paralización de las perforaciones.

Más detalles

REPSOL. Paulino Rivero reclamó a Repsol que “desista” de las prospecciones. “No es  bueno que una empresa privada tome parte en un conflicto de esta naturaleza”. También aseguró que socios de la petrolera le han trasladado que las prospecciones se ejecutan con “presiones del regulador”, es decir del Gobierno central, y no porque sean de “interés estratégico”.

COMPENSACIONES. El presidente regional rechazó cualquier tipo de compensación económica por la posible extracción de hidrocarburos. “Canarias no está en venta y no se vende, sino que se la defiende”, dijo. “Esto no es un mercadeo, no es un regateo a ver cuánto dinero nos pueden dar. El asunto de fondo es el modelo económico que queremos para Canarias”.

RIESGOS. Rivero también recalcó que frente a la “amenaza” de las prospecciones petrolíferas hay que situar, “en el otro lado de la balanza, los centenares de miles de empleos que genera el turismo en Canarias, y 13.000 millones que aporta al Producto Interior Bruto”, que en Lanzarote y Fuerteventura representa más de la mitad de su actividad económica.