El primer asalto fue el pasado 17 de marzo con la concentración frente a la Delegación del Gobierno, acudiendo a la llamada de la primera convocatoria de la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones. El segundo asalto será el próximo 16 de abril con una concentración frente al Ayuntamiento de Arrecife.

En Lanzarote hay 16.000 pensionistas, aproximadamente, y también se ha formado una plataforma porque los problemas son los mismos. La plataforma no sólo la forman jubilados, ya que algunos pensionistas son jubilados pero otros no, y porque el problema afecta también a los que serán pensionistas en el futuro.

Por tanto, en la plataforma también hay trabajadores y trabajadoras. Como Ana, que es vigilante de seguridad y que cobra, después de que su empresa se descolgara del convenio tras la Reforma laboral, un 45 por ciento menos de lo que cobraba antes. Su sueldo supera por poco los 700 euros “y si no cotizamos, no sé qué jubilación vamos a tener”, dice.

“Esto nos afecta a todos -asegura- porque las pensiones son un derecho, no son un privilegio, hay una precarización generalizada, unos salarios de miseria y esto va en contra de las pensiones”. Y añade: “Hay que luchar por contratos de calidad aunque el camino parece que es largo”.

El recorte fue de casi 600 euros, de golpe, trabajando de noche en las dependencias del Servicio Canario de Salud. “Con 51 años y cotizando así -dice irónicamente- voy a tener que pagar yo para la jubilación”.

También está en la plataforma José Antonio, viejo conocido de la política insular, que asegura que esta lucha es intergeneracional y que aunque el Gobierno presuma de recuperación económica, esto no se refleja en los salarios. “Para la caja de las pensiones han tenido que pedir 25.000 millones de euros de crédito para pagar, y nos dicen que no hay dinero para la subida, pero sí hay para rescatar autopistas”.

Al recorte se añade, dice, la inflación de otros servicios, como la electricidad o el copago farmacéutico. “Se está gobernando para la banca y para fomentar los fondos de pensiones privados”.

Merche es pensionista desde hace un mes. Ha cotizado a la Seguridad Social durante 33 años como camarera de piso y le ha quedado una pensión mensual de mil euros. Tiene una incapacidad por ese trabajo tan duro, por lesiones en el hombro y la rodilla. “Pero es revisable; si mejoro me la quitan”, dice. Su hijo tiene una pensión de orfandad desde el año 2004, que empezó siendo de 180 euros y ahora es de 194. Ha subido un euro por año.

Nauzet tiene esa misma pensión más otra de discapacidad. Entre las dos no llegan a 600 euros y trabaja también como auxiliar administrativo. Ricardo trabajó casi siempre como comercial y en sus últimos años como vigilante de seguridad. También tiene una incapacidad y ahora cobra 798 euros, después de 34 años cotizados... “y cuando cumpla los 65 me quedará aún menos”, dice.

“Yo me movilizo en esta plataforma por mí y porque me preocupa mucho que haya toda una generación de mujeres que nacieron en la posguerra y que no han cotizado porque trabajaban en casa y no tienen derecho a pensión; si se quedan viudas pasan a cobrar la mitad de la pensión del marido”, añade.

También asegura que “tenemos un Ministerio de Igualdad que no cumple con la Constitución, lo mínimo es que pudieran tener los mismo derechos, que se les reconozca como trabajadoras y estén reguladas”. “De todas formas -concluye- ya lo veremos en las elecciones, porque se ríen de nosotros”, y pone como ejemplo el esfuerzo que cuesta comprar una casa o un coche e incluso llegar a fin de mes.

José Antonio dice que solo con lo que ha costado la reparación de unos submarinos del Ejército, se arregla en parte el problema de las pensiones, “o con los 10.00 millones en Defensa”, replica Nauzet. Ana sostiene que “nos intentan convencer de que no hay dinero para subir las pensiones, pero sí hay dinero”.

Verónica también es vigilante de seguridad y ahora está de baja laboral. Tiene un sueldo, con la baja, de 558 euros y paga 600 de alquiler. Su marido ha empezado a trabajar este mes y si no fuera por la ayuda de un pensionista, de su padre, no podrían salir adelante. “Es indignante -señala-, “si los contratos son una basura no vamos a tener pensiones”. Y asegura que les piden que hagan horas extras y las pagan a poco más de tres euros netos.

“Cuando cogí la baja, lo primero que me dijo mi jefa fue que cuando una es madre se tiene que plantear qué es más importante, si pasar tiempo con tus hijos o darles de comer, y me dijo: haz horas extras y cobrarás más”, señala.

La plataforma ya prepara la próxima movilización, junto a los nueve millones de pensionistas que hay en España y que han visto que su pensión sube cada año un 0,25 por ciento, menos que el IPC. Dicen que en la plataforma no hay siglas ni ideologías. “Somos solo personas, cada una tiene su ideología o su partido, pero aquí el único color es el lazo marrón”.

Todo aquel que se quiera sumar a la plataforma puede llamar al número 656 590 049.