El Colegio de Arquitectos de Lanzarote ha lanzado un proyecto para la protección de los inmuebles con valor histórico en Arrecife. Esta semana se presentaba el Proyecto +P en el Castillo de San José con el objetivo de proteger y poner en valor esos edificios. El proyecto nace de la “necesidad de entender el patrimonio desde una nueva perspectiva, como una nueva oportunidad que sea la base para dejar de ser una carga como la que llevamos arrastrando desde hace ya muchos años”.

Es el resultado, a su vez, del trabajo de los arquitectos del Colegio junto a los técnicos de la Unidad de Patrimonio del Cabildo de Lanzarote, partiendo del estudio de la situación sobre la realidad de dicho patrimonio arquitectónico de la capital y del debate entre ambos.

“Gracias a ese trabajo tuvimos la ocasión de debatir y enriquecer la propuesta y con ello establecer desde el máximo consenso las líneas de actuación que sentarán las bases de un cambio en la manera de afrontar la recuperación del Patrimonio Insular”, señalan desde el Colegio.

Sin embargo, el proyecto no se queda solo en el estudio de la situación, sino que es su punto de partida y quiere ser un instrumento propositivo, que se pueda desarrollar a lo largo del tiempo y que se pueda gestionar desde cualquier administración pública.

“Era necesario partir de ahí para entender lo que había sucedido y que sirviera de cimentación para no volver a equivocarnos en la forma de entender y actuar en el patrimonio, porque el resultado no había sido satisfactorio. Era imprescindible un nuevo enfoque, una nueva visión que integrara la arquitectura patrimonial con el urbanismo. Una simbiosis necesaria para entender el cambio de modelo”, dice el proyecto: “Partimos de la necesidad de volver a buscar nuestra identidad”.

“No olvidemos que una ciudad que pierde su patrimonio histórico es una ciudad sin identidad, cada edificio perdido nos arrebata un poco de nosotros mismos”, destacan los arquitectos.

El proyecto expone cinco líneas de actuación que pretenden convertirse en un punto de partida para la recuperación del patrimonio insular: la conformación del espacio público, la calidad urbana, la seguridad jurídica, la flexibilidad en la intervención y los incentivos y adquisición de patrimonio.

La primera línea se inicia desde la conformación del espacio público y la puesta en valor del núcleo origen de la ciudad y también parte de la necesidad de repensar el espacio urbano para trabajar en su recuperación.

El Catálogo vigente en Arrecife solo protege 19 edificaciones

A partir del núcleo se crearían ejes conectores que conformarán nuevos espacios de relación que pondrán en diálogo a las edificaciones catalogadas. Los conectores parten desde la Avenida, calle Quiroga, Canalejas, Manolo Millares, Fajardo, Francos, Hermanos Zerolo y Avenida César Manrique (Charco).

La segunda línea es la calidad urbana porque “la calle no se conforma con un simple encintado de acera, asfaltado y servicios mínimos”. El Colegio de Arquitectos apuesta por ser ambiciosos y primar la peatonalización, la necesidad de arbolado de gran porte para aportar nuevos espacios de sombra, la iluminación del espacio público y las edificaciones catalogadas, una pavimentación homogénea, eliminación de barreras arquitectónicas, supresión del asfalto en los ejes conectores, un mobiliario urbano original, único para la ciudad y no de catálogo.

“El logro de esta línea de actuación debe venir acompañada de campañas para la reducción del impacto paisajístico (acondicionamiento de equipamiento de terrazas, reubicación de zonas de aparcamiento, tratamiento de medianeras y acondicionamiento de señalética y cartelería)”.

La seguridad jurídica es la tercera línea. En estos momentos, tan solo 19 inmuebles gozan de esa seguridad de los 150 que en algún momento han estado protegidos. Por lo tanto, más del noventa por ciento del patrimonio “está indefenso”.

En este sentido, piden la aprobación urgente de un Catálogo de Protección que sea “fruto de un trabajo riguroso y detallado de los valores patrimoniales con los que cuentan las edificaciones y que deje señalado claramente los usos compatibles y las directrices de intervención”. Destacan que hace falta “dejar atrás la discrecionalidad para que primen las reglas del juego desde una perspectiva clara y precisa, que dé garantía de inversión e intervención”.

Casa de Los Cabrerones, en Valterra.

Los arquitectos consideran que “intervenir es proteger el patrimonio”

Apuestan, igualmente, por la flexibilidad en la intervención. Parten de la idea de que “intervenir es proteger” y de que es necesario conseguir un equilibrio armónico entre protección e intervención. Señalan que esta es la parte que ha suscitado un mayor debate. “Es necesario que el patrimonio arquitectónico se transmita a generaciones futuras”, dicen, y hablan de la integración entre la arquitectura popular y la contemporánea como vehículo de protección de lo existente, “una adecuación válida en la práctica para que la edificación no deje de existir”.

Y la última línea sería la adquisición de patrimonio de parte de las instituciones públicas, así como incentivos a los propietarios para hacer partícipes a las entidades privadas. El Colegio de Arquitectos de Lanzarote ya bonifica el cien por cien del precio del visado a todos los proyectos de rehabilitación, conservación, mantenimiento, consolidación y reestructuración de edificaciones catalogadas. “Si reducimos carga y ganamos en agilización de los trámites administrativos (donde el promotor sienta que lo acompañamos en el proceso) crearíamos un precedente y una nueva perspectiva optimista sobre la intervención en el patrimonio insular”.

Tres zonas

El Colegio de Arquitectos hizo la presentación de este proyecto el pasado 30 de junio, en el Castillo de San José. Divide Arrecife en tres zonas. La zona 1 la conforma el núcleo, el entorno de la Iglesia de San Ginés, Calle Real y Plazuela. La zona 2 es el Ensanche del Siglo XIX y la 3 el llamado Barrio de San Ginés. El Catálogo vigente solo protege 19 edificaciones, de las que 12 están en un estado de conservación aceptable y siete de ellas en un estado de conservación regular o malo.

Hay que dejar atrás la discrecionalidad y que primen las reglas de juego

En esa zona 1 llegaron a estar catalogados 51 inmuebles y solo quedan tres en el catálogo vigente: la Casa Amarilla, la Casa de Los Arroyo y la Iglesia de San Ginés. De esos 51 inmuebles con valores patrimoniales que en algún momento formaron parte de algún catálogo de protección: tres han desaparecido, el edificio de la Calle Real 33, el 54 y el comercio Alfa, todos en la misma calle; otros tres se han rehabilitado, cinco están en proceso de rehabilitación, 26 están en un estado aceptable y 17 están en un estado regular o malo. De ellos, 14 no se usan o solo se usan parcialmente.

En la zona 2 llegó a haber 50 inmuebles y quedan ocho en el actual catálogo: Delegación del Gobierno, antiguo Parador Nacional de Turismo, Casa Domingo Armas, Casa Pereyra, Casa Grande y Casa Chica de Don Fermín Rodríguez, Casa de Los Lorenzo y antiguo Casino.

De estos 50 inmuebles, uno ha desaparecido, otro se ha rehabilitado y dos más están en proceso, 21 están en un estado aceptable, 23 en mal estado y 21 no se utilizan. En la zona 3 llegó a haber catalogados 49 inmuebles y solo hay dos (Molino de la Reseca y Casa de los Cabrerones). De ellos, 15 están en un estado aceptable y 34 están en un estado regular o malo, mientras que 30 no se usan.