ECONOMÍA

Nuevos gustos, nuevos vinos

Lanzarote apuesta por elaboraciones con uva autóctona más allá de la malvasía. Diego y listán negro se revalorizan en un mercado con los rosados y espumosos al alza

Dani Martín, enólogo de Los Bermejos. Fotos: Adriel Perdomo.
María José Lahora 1 COMENTARIOS 21/09/2020 - 06:29

Siete nuevas bodegas se han sumado en los últimos dos años a la Denominación de Origen Vinos de Lanzarote, la mayoría en Tinajo, con lo que la cifra de lagares lanzaroteños con sello propio en el consejo regulador asciende a 21. Un ejemplo de que el sector del vino es un mercado al alza que aboga por la diferenciación.

Veteranas y novedosas bodegas han ido introduciendo en sus propuestas elaboraciones de caldos con variedades de uva autóctona más allá de la aromática malvasía volcánica, la estrella de la Isla. La diego y listán negro se revalorizan, al igual que aumenta la demanda de rosados y espumosos.

El enólogo Dani Martín de la bodega Los Bermejos destaca que, desde el punto de vista enológico, “Lanzarote tiene un nivel”. Así lo demuestra el mercado y la exportación a otros países, como Estados Unidos, donde existe una mayor predilección por el rosado elaborado con listán negro que por el blanco de malvasía volcánica.

El experto recuerda que variedades como listán negro, que representa el 15 por ciento de la producción vitícola de Lanzarote, junto a listán blanco, diego o moscatel siempre han estado presentes en Lanzarote. Antiguamente, la viña se plantaba para producir el vino de cada casa. Era habitual que cada vivienda familiar contase con su propio lagar en el que se mezclaban todas las variedades, como ocurre en las parcelas más antiguas.

La moscatel y diego se consideraban las mejores como uva de mesa, al tratarse de una variedad “dura” de piel resistente, aunque también servían como base para la producción de vino dulce, el famoso canary wine, el primer vino generoso del mundo objeto del comercio interatlántico.

En Lanzarote existe una gran cantidad de variedades autóctonas asentadas desde hace siglos en la viña lanzaroteña y que comienzan a abrirse camino en el mercado. Un estudio desarrollado junto con la Universidad de Barcelona arrojó la existencia de una gran variedad genética más allá de la malvasía. Elaborado a través de pruebas PCR, que ya se aplicaban a la viña antes de la aparición del coronavirus, permitió conocer que no sólo existen cinco o seis variedades, como recoge la Denominación de Origen, sino que hay muchas más.

“No es lo mismo una malvasía en las viñas del norte que en La Geria o en Tinajo. Algo similar pasó con el resto de variedades: diego, listán...”, explica el enólogo Tomás Mesa, de bodegas Vega de Yuco, que destaca también el gran potencial enológico de la Isla.

“Los vinos de Canarias están viviendo una segunda moda. Hoy, el consumidor quiere probar variedades nuevas y ahí es donde encajan nuestros vinos”

“En el ámbito de la enología es importante contar, primero, con un buen producto, y, después, con la diferenciación. Con el sistema de cultivo de Lanzarote y las variedades únicas de la Isla esa batalla la tenemos ganada. No queremos elaborar tempranillos y pegarnos contra un muro comercial”, explica.

Canarias, lugar de paso de navegantes, introdujo el viñedo tras la conquista de América. Pero el verdadero despegue vitivinícola del Archipiélago llegó tras la plaga de filoxera a mediados del siglo XIX que arrasó con la viña europea y de la que se libraron las Islas, donde sobrevivieron esas variedades extintas en la Península.

“Los vinos de Canarias están viviendo una segunda moda”, defiende el enólogo. Como curiosidad, Tomás Mesa señala que de las casi 1.000 variedades de uva que se conocen en España solo tres copan el 70 por ciento de las superficie dedicada a la vid: la tempranillo, la airén (uva blanca de La Mancha) y la bobal que se cultiva en el Levante español. “Hoy, el consumidor quiere probar variedades nuevas y ahí es donde encajan nuestros vinos”, argumenta.

Diego, la otra blanca

La especialización de las bodegas representa un antes y un después en la producción vitivinícola de la Isla, la uva vijariego, conocida en Lanzarote como diego, se cultivaba en el sur de Portugal. Desaparecida tras la filoxera en Europa, la Isla da buena muestra de ella. El máximo exponente de su cultivo está en Canarias, siendo el 50 por ciento de su producción lanzaroteña. La mayoría de viñas de uva diego se encuentran en las zonas de Tisalaya y Juan Bello, en la falda del volcán.

Antiguamente, esta variedad de uva blanca se cultivaba porque no se la comían los conejos, según recuerdan los enólogos. Hasta hace poco tiempo, se recogía junto con la uva moscatel y, a día de hoy, los viticultores se han dado cuenta de que tienen muchas más posibilidades de conseguir mejores precios si se deja madurar.

Así, se descubre que la variedad diego en solitario da excelentes resultados. “Destaca por su alta acidez y grado moderado y por ello se está apostando ahora para destinarla también a la elaboración de espumosos que precisan de mucha acidez para soportar el carbónico y un grado bajo para una segunda fermentación”, comenta Tomás Mesa. También para caldos secos. Son muchas las bodegas que ya están presentando esta variedad en sus nuevas elaboraciones de blancos más maduros. “La diego es una variedad que envejece extremadamente bien, tanto en barrica como en botella. Sin ser tan aromática como la malvasía, produce un vino más formal, con más autenticidad y propiedad”, añade Dani Martín.

Listán negro para tintos

Por su parte, la listán negro solo se produce en el Archipiélago. Antaño se mezclaba para la elaboración del rosado, vino de preferencia para las generaciones de mayor edad. Hoy día, esta variedad resulta idónea por sí misma para la elaboración de vinos tintos frescos, los que actualmente demanda el mercado, y también para confeccionar espumosos rosados. Dani Martín destaca que es un poco más complicada de trabajar y requiere de una maduración más lenta que la malvasía, por lo que hay que cogerla en el punto idóneo de maduración. “En Lanzarote se tiende a cosechar demasiado pronto, pero para conseguir un buen vino de listán negro tiene que estar bien maduro el fruto”, explican los enólogos.


Tomás Mesa, enólogo.

Tomás Mesa: “Con un buen producto, diferenciación, el sistema de cultivo de la Isla y sus variedades, tenemos la batalla ganada”

En el mercado se pueden encontrar tintos de maceración carbónica, listán negro tradicional y listán negro rosado que, a pesar de no contar con el respaldo del comercio español, es excelentemente recibido en el de Estados Unidos, incluso por encima de la malvasía volcánica. No en vano, el 90 por ciento de la producción de vino rosado de Los Bermejos se destina a Norteamérica.

La listán negro, tradicional en barrica de roble francés o de maceración carbónica, no puede competir con las dos grandes denominaciones de origen que copan el mercado del tinto: Rioja y Ribera de Duero, cuyas produciones tienen como base la uva tempranillo. La baja capa o suavidad de la listán negro convierte sus caldos en ligeros, sin tanta tanicidad y estructura en boca como los de elaboración a base de tempranillo. Los enólogos consideran que, sin embargo, sí puede abrirse un hueco entre las nuevas regiones vinícolas que han despertado el interés de los expertos y por ende el del mercado más exigente.

Cada día están despegando nuevas regiones vitivinícolas, como la potente Priorato o El Bierzo y con variedades que no son tempranillo, ni cabernet ni merlot, dejando de lado la creencia de que un buen vino clásico español tinto tiene que elaborarse con uva francesa. “Francia es la cuna del vino mundial, pero no tenemos por qué imitarla”, señalan los expertos, que ponen como ejemplo de un buen tinto lanzaroteño a la bodega Puro Rofe, muy bien puntuado por la reconocida guía Parker.

“La uva listán negro puede abrirse un hueco entre las variedades de las nuevas regiones vinícolas que han despertado el interés de los expertos”

“Nuestra apuesta debe dirigirse a extraer la máxima expresividad de la listán negro, con sus características, y que, en la copa, estén representados el terrual, el rofe... elementos que caracterizan el producto. Que quien saboree un listán negro, saboree también una parte de la Isla”, enfatizan.

Frente a los tintos de alta graduación, mucho color y estructura, elaborados en barricas de madera, Lanzarote ofrece una variedad, la uva listán negro, con perfiles más frescos que “es lo que está demandado el mercado. Tintos jóvenes a los que se puede bajar la temperatura y consumir a los dos o tres años de su elaboración, pero sobretodo esta variedad es excelente para elaborar rosados”, defiende Tomás Mesa.

Rosados

El rosado ha dejado de ser la mezcla de la uva que sobraba de las elaboraciones de tinto y blanco para pasar a tener su propia entidad y por ello suele dar más de un dolor de cabeza a los enólogos, según explican Dani Martín y Tomás Mesa. La listan negro es la variedad idónea para esta labor, dado que es “de grano grande”, con lo que permite una mayor extracción de fruta en las maceraciones. Un rosado en el que se identifica la listán negro resulta atractivo para el consumidor”.

Según explica Tomás Mesa, las bodegas están trabajando en presentar una nueva gama de rosados “más moderna”. Una tendencia que va al alza es presentar rosados “con menos color y que se suma a los tradicionales”.

Moscatel, la dulzura

Los viñedos de moscatel estaban relegados a los laterales de las parcelas y se solían cultivar en parral. Tomás Mesa explica que algunas de las viñas más espectaculares de Lanzarote son de uva moscatel enclavadas en los chabocos y en los hoyos del volcán, como las que se pueden ver en el museo de El Grifo y en la zona de El Islote. Tradicionalmente, la uva moscatel se destinaba para la elaboración de vino dulce en la que se buscaba “madurez”, para lo que el fruto se “pasificaba” e incluso “soleaba”. Actualmente, las bodegas apuestan por prescindir de estos pasos para confeccionar vinos dulces más frescos y con mayor acidez.

Lanzarote ha destacado siempre por una exquisita elaboración de vinos dulces de malvasía volcánica. La climatología lanzaroteña así lo permite, con sol y ambiente seco en la época de cosecha. Una uva que permite elaborar caldos que perduran en el tiempo. Ejemplo de ello son las presentaciones de bodegas como la de El Grifo, donde se conservan dulces de mediados del siglo pasado. Sin embargo, “en los canales de comercialización no camina como gustaría”, según destaca Tomás Mesa.

Espumosos, el toque chic

“Los espumosos tienen una competencia difícil por la excelencia de cavas de otras regiones”

Capítulo aparte merecen los espumosos. El brut nature de listán negro es un rosado que Dani Martín califica de “muy rico”. Tras el buen resultado de la malvasía en la elaboración de espumosos, los enólogos siguen trabajando para incorporar nuevas variedades. “Tiene su mercado, sobre todo para los iniciados”, comenta. Relata la grata impresión que causó el brut nature rosado de su bodega, Los Bermejos, en una cata a ciegas de enólogos de renombre, que no fueron capaces de especificar su procedencia.

La primera bodega de Lanzarote en apostar por el espumoso fue El Grifo en los años 90. Desde entonces, han sido diversas las propuestas que salen al mercado incorporando otras variedades autóctonas como la diego, en el caso del nuevo espumoso de Vega de Yuco, según explica Tomás Mesa, que espera que se pueda degustar esta misma Navidad. “Se trata de un producto con una competencia difícil por la excelencia de cavas de otras regiones, pero que se está posicionando dentro de la producción vitivinícola. Tanto la malvasía como la diego son buenas candidatas para su elaboración”, añade el enólogo.

Vino de parcela

El vino de parcela es otra de las apuestas de las bodegas de la Isla, con variedades autóctonas que distingan el “terrual” donde, además de la variedad, se distinga el carácter y las condiciones del terreno, junto con las particularidades de la climatología de cada zona. “No es lo mismo una malvasía que se cultiva en La Geria, con una capa de picón de tres metros, que otra de Tinajo, con un sistema de zanjas”, dice Tomás Mesa.

El enólogo habla de propuestas que abogan por esta distinción como la de la joven bodega Puro Rofe, los vinos del norte de Akaet, con la recuperación de parcelas de viñedos antiguos, o incluso las elaboraciones de Vega de Yuco con el sello Gara.

Las estadísticas del Consejo Regulador correspondientes a abril de 2020 señalan que Lanzarote suma más de 7.602 parcelas que cultivan 1.859 viticultores. Tinajo, donde se asientan principalmente las nuevas bodegas que se han incorporado a la DO Vinos de Lanzarote, es el municipio con mayor número de parcelas, en total 3.369.

LOS CALDOS CON UVA DE CULTIVO ECOLÓGICO GANAN ENTEROS

En el apasionante mundo del vino, los caldos con uva de cultivo ecológico ganan enteros y Lanzarote ha querido también subirse al carro. Las estadísticas del Consejo Regulador de la DO Vinos de Lanzarote señalan que en 2018, con una vendimia que alcanzó una cosecha récord de 3,9 millones de kilogramos de uva, el cultivo ecológico superó los 104.000 kilos. La producción ecológica se contempla para la listán negro, malvasía, diego y moscatel. La escasa producción de este año, que apenas alcanzará el millón y medio de kilos de uva ha limitado aún más las variedades en ecológico de la Isla, pero las bodegas trabajarán con ahínco para sacar el mejor rendimiento y satisfacer al consumidor que demanda esta producción. “Por suerte, cada vez hay más viticultores que trabajan el cultivo ecológico y es algo de lo que nos congratulamos, no solo por la reducción del impacto al medio ambiente, sino porque las propiedades organolépticas del vino son mejores. La ausencia de pesticidas hace que las levaduras trabajen mejor”, según destaca Dani Martín.

Comentarios

Se van a cargar el vino tradicional con variedades de salón con mala uva que solo sirve para vinagre.

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