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Nuevo curso, mismos problemas

La necesidad de centros educativos y profesorado marca, una vez más, el inicio del año escolar

El nuevo instituto de Haría debería haberse entregado en junio de este año. Fotos: Manolo de la Hoz.
Lourdes Bermejo 0 COMENTARIOS 09/09/2019 - 06:15

Canarias sigue en el vagón de cola del rendimiento académico que mide el informe Pisa. Los últimos datos de la evaluación integral de alumnos revelaron enormes diferencias de rendimiento entre el alumnado de 15 años, por comunidades autónomas. En Matemáticas, con una media en el país de 486 puntos, Navarra lidera la tabla con 518, a 66 puntos de Canarias (452), la última. En competencia lectora, Canarias (483), Andalucía (479) y Extremadura (475) son las de menor rendimiento.

A estos datos, se suman los que atañen al ámbito universitario. En Lanzarote, solo el 65,91 por ciento de los presentados superó este año las pruebas de la evaluación del Bachillerato para el acceso a la Universidad (EBAU) en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), solo superada a la baja por Fuerteventura, con un 64,62 por ciento de calificaciones de apto.

El catedrático de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna Francisco Galante alude a la “desprotección” de la educación, “no ya en Canarias, sino en todo el país”, en alusión a las carencias de financiación y potenciación” y la dependencia de “los vaivenes políticos, sobre todo en el ámbito de la escuela pública, que es la base”. “Los proyectos que dirigimos los profesores más veteranos se les truncan a nuestros alumnos una vez se desarrollan porque no hay dinero para investigación”, señala Galante respecto a las universidades canarias.

Para el docente Juan Cruz, la situación viene de lejos, “en concreto, de 1983, cuando se transfirieron las competencias a las comunidades autónomas”, asegura el actual portavoz de la asociación Mercedes Medina, muy vinculado durante toda su vida profesional a la educación como docente, sindicalista y cargo público.

Voz autorizada, Juan Cruz subraya la importancia de entender la educación en su conjunto como un problema social y, bajo este concepto, diseñar los presupuestos públicos. “Otra cosa son los problemas coyunturales en infraestructuras, profesorado o formación y las realidades diferentes de cada una de las ocho islas canarias”, asevera.

Según los expertos, las causas de los desalentadores datos de los estudiantes isleños son muchas y variadas: el constante cambio en las líneas a seguir por la consejería en cada legislatura, las distintas realidades sociales de las ocho islas, el propio perfil sociológico de Canarias o la falta de mapas de necesidades educativas.

“Mientras en Lanzarote nos manifestamos para pedir más centros, en La Palma lo hacen para que no cierren unitarias, por el envejecimiento de la población. También están los temas de moda, que marcan las agendas de los responsables públicos: barracones, aulas mixtas, atención preferente, comedores... Cada administración se va ocupando de las necesidades y carencias de cada momento puntual, pero la educación debe ser tratada como el problema número uno de la sociedad y solo con ese criterio tendrá fuerza en los presupuestos públicos”, explica Juan Cruz.

Los errores del mapa lanzaroteño

La educación ha sido históricamente uno de los sectores más perjudicados por el modelo de crecimiento de la Isla. Si en los albores del fenómeno de la construcción, los propios promotores preveían instalaciones exprofeso para albergar las plantillas, el ritmo que adquirió la actividad terminó provocando carencias, no solo en vivienda, sino en dotaciones básicas como plazas escolares o servicios sanitarios.

La ausencia de un mapa de necesidades educativas es otra rémora del sistema en Lanzarote. A principios de los años 90 se aprobó la Ley Orgánica LOGSE, que estipulaba vincular un centro de Enseñanza Secundaria al de Primaria, por municipios. Con anterioridad y en previsión a esta nueva Ley, en la Isla surgió el debate sobre dónde construir el primer IES del sur, para los municipios de Yaiza, Tías y San Bartolomé. Como se sabe, finalmente se hizo en suelo de Yaiza, cerca de Puerto Calero, lo que ha provocado que el alumnado de Secundaria del municipio, con mayor presencia en la alejada localidad de Playa Blanca tenga que ponerse en carretera dos veces al día, a lo que se suma el gasto del servicio de transporte escolar, que supone cientos de miles de euros anuales.

Juan Cruz pone este caso como ejemplo de la “pésima” planificación de centros que se ha llevado en la Isla, casi siempre “consecuencia de intereses ajenos, como el especulativo, por parte de las propias administraciones”. Otros ejemplos de este criterio son la acumulación de centros en el barrio arrecifeño de Titerroy, donde en pocas manzanas se ubica la Escuela de Arte, los IES Blas Cabrera y César Manrique, los CEIP Benito Méndez y Capellanía y el CIFP Zonzamas, todos levantados en un suelo poco atractivo a los intereses especulativos.

Pero la guinda de esta política contraria a los supuestos educativos, como su capacidad social vertebradora en las ciudades y el criterio de distancia máxima del alumno a su centro, la puso en el año 2003 la pretensión del Ayuntamiento de Arrecife, con el apoyo del AMPA, de “sacar del casco urbano” el colegio La Destila, hoy a punto de estrenar instalaciones señeras para la capìtal. Juan Cruz, director insular de Educación en aquellas fechas, explica que la intención era “vender el solar y construir otro centro fuera del céntrico entorno en el que se ubica”.

Uno de los municipios lanzaroteños que más vive las consecuencias del aumento poblacional y diversidad sociocultural del alumnado es Teguise

A estos problemas de zonificación se han unido, por épocas, la llegada de población foránea, proveniente de otras latitudes y culturas, que han supuesto nuevos retos para la eficacia de la enseñanza. Contrariamente a lo que puede parecer, el manejo del castellano ha sido un problema mayor en alumnos como los británicos que en otros de idiomas tan distintos como el chino o el árabe. La explicación es la mentalidad de estas culturas, de más fácil integración social.

Uno de los municipios lanzaroteños que más vive las consecuencias del aumento poblacional y diversidad sociocultural del alumnado es Teguise. En 2009 contaba con 2.578 alumnos de todas las enseñanzas. En el último curso sumó 3.045. Es decir, el municipio incrementó en 467 su necesidad de plazas en menos de una década, un 18,1 por ciento.

El concejal de Educación de Teguise, Francisco Javier Díaz, reconoce los problemas de saturación del CEIP de Costa Teguise “con una capacidad inicial para 400 alumnos que ha habido que ir ampliando progresivamente para poder acoger a los actuales, casi el doble, en 32 grupos”.

El edil explica que el Ayuntamiento tiene cedida hace tres años una parcela de 11.000 metros cuadrados, al lado del IES de Costa Teguise, que está recogida en el Plan de Infraestructuras de la Consejería, para levantar un nuevo colegio “que esperamos ver construido en el curso 20212022”. El futuro centro cuenta con una asignación inicial en el plan de seis millones de euros. Será un línea 2 (18 unidades) y se diseñará de manera que pueda ser ampliable a línea 3 (9 unidades más), para lo que ya tiene asignación presupuestaria.

Otra urgencia en el núcleo poblacional es la ampliación del IES de Costa Teguise que, en la actualidad, tiene 16 unidades y 515 alumnos y pretende incrementar su capacidad hasta las 22 unidades, con los necesarios espacios comunes.

Carencias y necesidades

El nuevo curso escolar da comienzo el próximo 9 de septiembre, día en el que Lanzarote estrena centro educativo, un año después de la apertura prevista. Se trata del CEIP La Destila en Arrecife. El centro acabará con las aulas modulares instaladas en la barriada de San Francisco Javier y el sinfín de quejas de los padres que han sufrido los inconvenientes de unas obras que se han alargado durante tres cursos.

Otro debate abierto en la apertura del curso gira en torno a las aulas mixtas. Los padres del CEIP Ajei en San Bartolomé y Doctor Alfonso Spínola de Teguise han mostrado su disconformidad ante esta “imposición” en ambos centros. Aseguran que no se garantiza la calidad de la enseñanza. Su alternativa es sencilla: “Más aulas para cada nivel”, según señalan desde el AMPA del CEIP Ajei y “más plantilla de docentes”, en palabras del concejal de Educación de Teguise, Francisco Javier Díaz.

A este respecto, la Federación de Padres de Alumnos de Lanzarote (FAPA) indica que “habrá que esperar a ver el criterio de la Consejería, aunque suele variar, tomando en ocasiones la decisión de mezclar cursos con 24 alumnos y mantener, otras veces, aulas de 20 niños de la misma edad”, indica la portavoz de la FAPA y miembro de la junta directiva, Cristina Camacho. En este caso de mezcolanza de cursos “suelen salir beneficiados los más pequeños”, aunque siempre influyen otros factores, “como la disposición o veteranía y experiencia del profesorado para acometer este tipo de enseñanza”. Tampoco en este ámbito hay centros más afectados que otros en Lanzarote, como podría pensarse de núcleos de poca población. “Cambian cada año, lo mismo puede instaurarse un aula mixta en Uga o Tinajo que en el barrio de Los Geranios”, aduce Cristina, que una vez más cree que la implicación de los padres puede decidir la balanza.

“Hay que pensar que los docentes de fuera de la Isla tienen que organizarse antes de aceptar trasladarse”. Uno de los problemas es la preocupante carencia de vivienda de alquiler y su alto precio

Desde la FAPA se espera un inicio de curso “con los mismos problemas de todos los años”. La tardanza en la incorporación de profesorado es la tónica general de cada curso. “Hay que pensar que los docentes de fuera de la Isla tienen que organizarse antes de aceptar trasladarse”, explica, en alusión, no solo a la preocupante carencia de vivienda de alquiler y su alto precio, sino a la propia situación personal del profesor. Esto ocasiona que se tarde en conocer la plantilla definitiva, ya que se da un plazo de tres días para comunicar la renuncia. Las disciplinas más demandadas son los idiomas, “sobre todo de francés, alemán e inglés”.

Respecto a las necesidades en las instalaciones, “absolutamente todos los centros adolecen de algo, ya sea falta de zonas de sombra en el patio, carencia de salón de actos o que tiene un gimnasio pequeño y otras mucho más flagrantes como las necesidades del IES de Haría o los barracones de Los Geranios”, aduce Cristina.

Lo que parece claro es la absoluta necesidad de contar con más centros educativos. “Solo en la capital, están al borde los IES Blas Cabrera y Arrecife y hasta el recientemente reconvertido de Altavista se ha quedado ya pequeño, por no hablar de las necesidades del sur, con un CEIP en Playa Blanca de 900 alumnos, una dimensión que duplica lo aconsejable”, subraya la portavoz de los padres y madres de alumnos. Cabe recordar que la Consejería de Educación construye en Playa Blanca un Centro de Educación Obligatoria con capacidad para 700 alumnos.

En construcción también y con un claro retraso de las obras se encuentra el nuevo IES de Haría. El anterior presidente de Canarias, Fernando Clavijo, puso la primera piedra el 28 de septiembre de 2017, anunciando su finalización en junio de 2019, lo que no se ha cumplido. El centro educativo para la zona norte cuenta con un presupuesto total de 4.478.016 euros para 16 unidades de Secundaria y Bachillerato, dos talleres de Formación Profesional, cuatro aulas de desdoblamiento y tres laboratorios. Se construirá en tres edificios dispuestos de forma escalonada en una superficie de 5.838,29 metros cuadrados.

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