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Mararía: 25 años y premio Meninas Canarias

La entidad feminista ha sido reconocida por su incansable labor contra la violencia de género, la concienciación social y la visibilización del maltrato

Socias y voluntarias de Mararía en la gala celebrada en el Teatro Atlántida, el pasado 25 de octubre.
Saúl García 0 COMENTARIOS 19/11/2019 - 10:18

La asociación social y cultural para las mujeres de Lanzarote, Mararía, la primera asociación feminista de Lanzarote, cumple un cuarto de siglo sin haber podido alcanzar una estabilidad por parte de las instituciones para llevar a cabo sus proyectos y servicios, por los que pasaron el año pasado casi cinco mil mujeres

En su 25 aniversario ha sido distinguida además con el premio Meninas Canarias 2019 que cada año otorga la Delegación del Gobierno de España en el archipiélago. La entidad feminista ha sido reconocida por su incansable labor contra la violencia de género, la concienciación social y la visibilización del maltrato en el ámbito privado. El galardón será entregado por el delegado del Gobierno, Juan Salvador León Ojeda, el 25 de noviembre en el salón del Trono de la Delegación en Canarias, junto a los designados en el resto de las islas y las menciones de honor.

La presidenta de Mararía, Nieves Rosa Hernández, ha hecho extensivo el reconocimiento a las trabajadoras, al voluntariado y a todas las entidades públicas y privadas que colaboran en la lucha contra las violencias machistas:  "Porque aunque la asociación sea la cara visible y quien recoge el premio, la sociedad lanzaroteña, con su compromiso, su respaldo y su generosidad, permite que sigamos trabajando, año tras año en pos del objetivo irrenunciable del fin de los malos tratos a las mujeres y la consecución de la igualdad real y efectiva".

De una ilusión a un proyecto necesario

El 16 de junio de 1994 abrió sus puertas en el molino de La Vega la primera asociación feminista de Lanzarote. Mararía celebró el pasado 25 de octubre una gala lírica en el Teatro Atlántida. Entre un hecho y otro han pasado veinticinco años y muchas cosas. El molino se convirtió pronto en el centro de información de referencia para la mujer, donde se consultaban todo tipo de cuestiones: problemas con contratos, nóminas, derecho familiar, tramitación de separaciones y pensiones, salud, planificación familiar, sexualidad o denuncias por malos tratos. Antes de que arrancara esa iniciativa, en la Isla no había concejalías de la mujer o de igualdad ni recursos asistenciales específicos para mujeres. Lo que sí existían eran los problemas.

Hoy Mararía cuenta con cerca de 800 socias y personas colaboradoras, mujeres voluntarias, pero también hombres, y no sólo ofrecen asesoramiento y apoyo. El año pasado, el número de personas beneficiadas por sus proyectos y servicios fue de casi cinco mil. Su trabajo ha trascendido de la mera información: en estos años se han llevado a cabo iniciativas educativas, formación laboral, información y prevención de la violencia de género, autoestima, salud femenina y trabajo con y para colectivos en riesgo de exclusión social, como mujeres inmigrantes, mayores o internas de la prisión de Tahíche, entre otros. El objetivo principal de la asociación sigue siendo la mejora de la situación de las mujeres y conseguir que su integración sea plena, “fomentando su participación activa en el tejido social y cultural de la Isla”.

Entre las iniciativas que mantiene Mararía está el piso tutelado para víctimas de violencia de género y discriminación. Se facilita un alojamiento temporal a mujeres que lo necesiten porque huyen de la violencia y no tienen recursos y se les ofrece apoyo para su proceso de recuperación. También continúan con un proyecto de empoderamiento y empleabilidad para mujeres en riesgo de exclusión social en el que se atendió el año pasado a casi 600 mujeres y se hicieron 15 cursos o talleres. Y continúan con el proyecto de asesoramiento integral, subvencionado por el Cabildo de Lanzarote, que se desarrolla en centros educativos, colectivos sociales y clubes deportivos y llega a más de 3.000 personas cada año. Por supuesto, se mantiene el centro de información con el que empezaron y en el que se implica a voluntarias, abogadas, psicólogas, trabajadoras sociales, orientadoras laborales, educadoras sociales, animadoras o formadoras.

Además de conferencias y mesas redondas, Mararía ha visibilizado la creación artística de las mujeres de la Isla o aquella sobre temática femenina en exposiciones, concursos de fotografía o dibujo

El Ministerio del Interior declaró en 2011 a Mararía entidad de utilidad pública y en 2016 fue el Gobierno de Canarias quien le concedió el galardón a la mejor iniciativa de interés social con incidencia en la mejora de la posición o condición de las mujeres en la sociedad. La asociación pertenece a la Federación Arena y Laurisilva y también está asociada a nivel nacional. “Solas no podríamos haber hecho nada”, señala su presidenta Nieves Rosa Hernández. Ahora en Lanzarote hay más asociaciones, como Tiemar o la Plataforma 8 de marzo, pero durante muchos años Mararía fue la única. También estuvo en el germen, junto a otras asociaciones, partidos, sindicatos e instituciones, del Foro contra la Violencia de Género de Lanzarote, con sus habituales concentraciones cada primer jueves de mes frente al Cabildo viejo, y ha estado presente en los principales foros y plataformas de acción ciudadana o manifestaciones.

Proyectos culturales

“La cultura como vehículo para cambiar conciencias”, señalan. Entre sus fines siempre ha estado el fomento de la presencia de las mujeres en la vida social y cultural de la Isla. Por las actividades de Mararía han pasado a lo largo de estos años José Saramago, Rosa Regás, Dulce Chacón, Pilar del Río, María Teresa Campos, Lidia Falcón o Cristina Almeida. La próxima cita será una exposición de Rosa Vera el 17 de enero en la Casa de la Cultura de Arrecife. Además de conferencias y mesas redondas, Mararía ha visibilizado la creación artística de las mujeres de la Isla o aquella sobre temática femenina en exposiciones, concursos de fotografía o dibujo y con la presentación de libros escritos por mujeres o de investigación sobre la historia oculta de la población femenina, así como con el certamen de pintura Elisa Betancort, que avanza hacia su cuarta edición.

Dificultades

No todo ha sido sencillo en estos años. Señala su presidenta que tiene una “sensación de orgullo por haber hecho milagros” pero que en la parte institucional siguen sin ser un colectivo consolidado como lo son otras asociaciones. “Desde el punto de vista social sí lo estamos; la sociedad espera cosas de nosotras y tanto la Policía como ayuntamientos y otros centros oficiales acuden a nosotras”. Sin embargo, eso no se ha traducido en una estabilidad. No tienen sede fija y están expuestas, como señala Hernández, a la especulación inmobiliaria. Tuvieron que dejar la última sede por el aumento del alquiler. Hace tres años, y después de atender a 6.000 mujeres solo ese año, tuvieron que plantearse si dejar de prestar algunos servicios por falta de fondos. El hecho de ser fundadoras del Instituto Canario de Igualdad no se ha transformado en convenios plurianuales. “La mentalidad patriarcal entiende que hay otras asociaciones necesarias pero la nuestra no tanto”, destaca Hernández.

No bajar la guardia

Nieves Rosa Hernández señala que la asociación nació de la ilusión de un grupo de mujeres y que es una sensación dulce el hecho de convertir esa ilusión en un movimiento social. “Hay que celebrar el paso de ilusión de una idea a un proyecto necesario, queremos seguir haciendo conciencia social”. Destaca que se ha avanzado mucho en el camino legislativo en todo este tiempo y que a las mujeres, esos avances les han dado capacidad para apoyarse en ellos, pero que la reivindicación sigue siendo necesaria. “Hoy quizá más que nunca porque en estos momentos que parecía que podíamos estar tranquilas, cuando incluso hay estudios que dicen que siete de cada diez personas se declaran feministas, hay un repunte reaccionario del patriarcado legitimado en algunos partidos que hacen de la lucha contra el feminismo, es decir de la lucha contra la igualdad y contra la violencia de género, su razón de ser”, apunta.

La igualdad, entienden en Mararía, debe ser ya un asunto transversal porque si no, no existe la igualdad real. Debe llegar a todos los ámbitos, como la justicia y las fuerzas de seguridad, y se debe poner el acento en la prevención y en la educación porque los jóvenes siguen incorporando estereotipos machistas. “Nos obliga a no bajar nunca la guardia”. Y destacan que en Lanzarote hay diez denuncias semanales de violencia de género. “Esto no es ninguna tontería”.

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