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Malos tiempos para las vocaciones artísticas en Lanzarote

El cierre del TEA abre el debate sobre la oferta de las enseñanzas de teatro, danza y música

Lourdes Bermejo 1 COMENTARIOS 12/05/2018 - 07:51

El anuncio del cierre de la única escuela de teatro de Isla, TEA, dirigida por Salvador Leal y Elena Guadalupe, ha puesto sobre la mesa el debate acerca de la oferta de enseñanzas artísticas en Lanzarote. Decenas de niños y adolescentes que han crecido con el teatro tendrán que parar su formación en junio, mientras que disciplinas como la música están razonablemente cubiertas, incluso con 30 plazas regladas en el conservatorio elemental, y otras, como la danza, piden, no ya más medios, sino un poco de atención por parte de las administraciones.

Salvador Leal y Elena Guadalupe, codirectores del Teatro Estudio Arrecife (TEA) dicen haber llorado mucho, pero de emoción, por el tsunami de agradecimientos de varias generaciones de intérpretes, recibido tras el cierre de la escuela de teatro. Tras veinte años de luchar contra los elementos administrativos y hasta políticos, el TEA finalizará en junio la vertiente pedagógica del proyecto Losotro’h. La causa es más bien prosaica: el retraso en el abono anual de la subvención nominada de 30.000 euros que aportaba el área de Cultura del Ayuntamiento de Arrecife y a la que ya se ha renunciado.

Aunque las miradas acusatorias se dirigen al consistorio por dejar morir la escuela, casi desde el mismo inicio de la actividad, lo cierto es que solo esta administración local ha sido la que ha mantenido enseñanzas teatrales por edades y cursos en la Isla.

El sector artístico profesional de Lanzarote en cualquiera de sus disciplinas ha mostrado su apoyo sin ambages al TEA, cuyo cierre ha provocado un debate sobre la oferta de enseñanzas artísticas. Para el escritor y editor Félix Hormiga, él mismo fundador del mítico grupo Regartija, del que salieron nombres como Quino Falero y Miguel Mota, el fin del TEA es “una trastada”, motivada porque las administraciones públicas “no han sabido cómo gestionarlo”. El también dramaturgo rememora los años dorados de los grupos de teatro no profesional de Lanzarote en los 70 y 80. “Habría una docena, repartidos por la Isla, con Haría y San Bartolomé a la cabeza, de los que deben de quedar tres o cuatro”, explica.

El sector artístico profesional de Lanzarote en cualquiera de sus disciplinas ha mostrado su apoyo sin ambages al TEA, cuyo cierre ha provocado un debate sobre la oferta de enseñanzas artísticas

Hormiga cree que en realidad en la Isla no existe demanda para contar con una escuela de artes escénicas, “pero en Canarias hay escuelas de arte dramático”, puntualiza. Lanzarote sí cuenta, en cambio, con un conservatorio elemental de música, al que, no obstante, accede un reducido número de alumnos de la escuela insular de música. Estas enseñanzas regladas van dirigidas a futuros profesionales o personas que desean cursar carreras musicales.

Para Hormiga, la disciplina teatral cuenta con más facilidades para su ejercicio que otras como la danza, a la que considera “la cenicienta” de las artes en la Isla. “Si amas el teatro, puedes entrar en grupos, aprender unas técnicas y subir al escenario como actor o actriz. Hay oportunidades de dedicarse no profesionalmente a la interpretación. Sin embargo, la danza exige muchas horas diarias y condiciones innatas, por no hablar de lo corta que es la carrera de un bailarín en plenitud de cualidades”, dice.

Acerina H. Toledo es una de las voces más representativas de la danza isleña. Hace unos meses puso en marcha el centro de danza y artes del movimiento Cúrcuma, que cuenta con profesionales de la talla del bailarín cubano Reinier Alfonso. Acerina se muestra tajante sobre la falta de oferta educativa en su disciplina. “Creo que no hay equilibrio entre la oferta privada que se está dando ahora y la pública. Con dignas excepciones, como el Ayuntamiento de Teguise, no veo absolutamente ninguna intención de relacionarse y escuchar al sector profesional de la Isla”, dice.

Para la coreógrafa y docente, la clave sería “la promoción por parte de las administraciones y, directamente, la instauración de becas de estudio. Que se haga convocatorias públicas para formar a profesionales en la Isla”, dice Acerina, que considera que la línea programática institucional “se centra en ofertar una programación de espectáculos, pero no en dotar de una escuela insular o municipal de danza, cuando hay una maravillosa cantera”, afirma.

La directora de Cúrcuma, que ha cuidado al máximo las instalaciones del centro, instalando la hasta ahora única tarima profesional para baile que hay en Lanzarote, apuesta por la unión del sector en la Isla y cree fundamental que se realice un evento conjunto, al menos una vez al año, como exhibición del trabajo que hacen las escuelas. En este punto, también la danza pide que se abra el acceso al teatro El Salinero, que gestiona el Cabildo, prácticamente vetado a grupos artísticos locales, si no es previo pago del alquiler estándar de la sala por 1.400 euros diarios.

En el ámbito de la música, las enseñanzas están más cubiertas, con una escuela insular que gestiona el Cabildo y a la que acuden unos 400 alumnos, de los que una treintena se incorporan a las enseñanzas regladas del conservatorio elemental, donde se puede estudiar primero y segundo curso de varios instrumentos.

Acerina H. Toledo es una de las voces más representativas de la danza isleña. Hace unos meses puso en marcha el centro de danza y artes Cúrcuma, que cuenta con profesionales de la talla del bailarín cubano Reinier Alfonso

El músico Tonín Corujo, que mantiene en Arrecife la academia de formación Tocoyma, explica que en la isla existen cuatro centros particulares de formación. En su proyecto, al que acuden 200 alumnos entre Arrecife y Haría, incluso se beca cada ano a dos alumnos destacados, además de haberse recuperado este curso las becas que concede el Ministerio de Educación, y que fueron suspendidas en el año 2009, durante los años de la crisis.

“También están las bandas municipales, que hacen una enorme labor de enseñanza del solfeo e instrumentos de viento”, dice, destacando las de Haría, Teguise y San Bartolomé, así como la escuela municipal de Tías. Una vez más, la buena salud de las enseñanzas musicales invita a reflexionar si es la oferta lo que crea la demanda, y no al revés.

Lo que sí parece defender Corujo es la importancia de contar con profesores que sean, a la vez, artistas en activo. “Esa es una norma de Tocoyma”, asegura, explicando el riesgo que supone para un alumno llegar al conservatorio “donde, por otra parte, hay en general un magnífico profesorado” y dar con un tribunal ‘no artista’, “que no ve la madera del candidato, sino únicamente su ejecución, lo que ha podido dar al traste con muchas vocaciones”, indica.

Otra pata del debate es el papel que deben jugar las administraciones. Para Félix Hormiga es “ser responsable y consecuente con las ideas que se le ocurren y no limitarse a crear espacios, que es lo que se está haciendo. Si se abre la Casa de la Cultura, debe dotarse de elementos que confluyan en la cultura”, dice. También pone el ejemplo del auditorio de Jameos del Agua, “el teatro más alejado del mundo, que no tenía alrededor ni un punto de encuentro social, una cafetería donde comentar la obra”.

Por su parte, Acerina pide un mínimo de atención a la danza. “Los ayuntamientos no tienen programación, ni larga ni corta, y en el Cabildo, que ha apostado por esta disciplina, a través de festivales, se echa de menos el aspecto educacional, que se emprendan proyectos de formación y no solo exhibición”, dice, reconociendo que se percibe cierta apertura institucional al mundo de la danza.

Comentarios

Ke pena,y ahora dond se formaran nuestros politicos,? con lo teatreros ke son

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