‘Caso Verónica’

Los acusados por malos tratos y profanación del cadáver de una joven en Lanzarote se niegan a declarar

Los acusados, este miércoles en el juicio del caso Verónica.
Diario de Lanzarote 0 COMENTARIOS 27/09/2017 - 20:18

Los acusados en relación al caso de la joven Verónica Molina, cuyo cadáver apareció calcinado en febrero de 2013 en una grieta de la casa de su padre y su madrastra en Tinajo, se han negado a declarar este miércoles en el inicio del juicio que se celebra en el Juzgado de lo Penal número 1 de Arrecife.

En el banquillo de los acusados se sienta la madrastra de la joven, que tenía 28 años cuando aparecieron sus restos. A Carmen Delia Tejera la Fiscalía le acusa de un delito de malos tratos habituales y de otro delito de profanación de cadáver. Por el primer delito pide tres años de prisión y por el segundo cinco meses de cárcel.

La madrastra de la joven no ha declarado y su abogado ha manifestado que padece demencia. De hecho, su defensa ha intentado, sin éxito, que se suspendiera la vista oral hasta que fuese reconocida por un especialista.

Los otros dos acusados que se sientan en el banquillo son Zeus Montolio Tejera y Keila Montolio Tejera, hijos de la principal acusada. La Fiscalía pide tres años de prisión por un delito de malos tratos para Zeus y cinco meses de prisión para Keila por profanación del cadáver. Tampoco han querido prestar declaración este miércoles.

El principal sospechoso de la muerte de Verónica era su padre, José Luis Molina, que falleció pocos días después de haber sido detenido cuando aparecieron los restos de su hija como consecuencia de un cáncer. No llegó siquiera a prestar declaración tras ser arrestado y falleció en el Hospital.

El Juzgado que instruyó el caso decidió en septiembre de 2015 archivar el delito de homicidio, por lo que en la vista oral que comenzó este miércoles no se enjuicia el crimen de la joven. Su hermano, José Luis Molina, ejerce la acusación en el procedimiento. Fue José Luis el que denunció la desaparición de su hermana después de meses de no saber de ella.

La Fiscalía sostiene que desde el año 2002, cuando Verónica sale de un centro de menores y regresa a la casa de su padre en Tinajo, había sufrido malos tratos físicos por parte de su madrastra. También le obligaba a realizar trabajos de arado del campo y a permanecer en unas dependencias próximas a la casa sin condiciones de higiene ni salubridad adecuadas.

Por su parte, la Fiscalía acusa a Zeus, que convivía entonces en el domicilio familiar, de no haber hecho nada para evitar los malos tratos a la joven. A Keila, el Ministerio Fiscal la acusa de haber desenterrado junto a su madre los restos de Verónica, que estaban ocultos en el jardín, para introducirlos en una bolsa de deporte y esconderlos en un agujero próximo a la vivienda.

La madrastra de la joven ya fue condenada en el año 2004 por abandono de familia y lesiones a Verónica, que sufría una discapacidad mental, y a su hermano José Luis, lo que provocó que tuvieran que ingresar en un centro de menores. 

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