REPORTAJE

Las empresas tecnológicas se abren paso en Lanzarote

Darío D'Abronzo, en el Vivero de empresas de la Cámara de Comercio. Foto: Felipe de la Cruz.
Saúl García 0 COMENTARIOS 10/08/2016 - 06:57

Darío D'Abronzo (Milán, 1984) es un ingeniero electrónico que estudió en Roma y en Bélgica y que después comenzó a vivir “donde estaban las necesidades de los clientes”, en Italia, en Turquía, en Portugal o en el Norte de África. “Estaba casi más tiempo viajando que en cualquier otro sitio”, señala. Hasta que decidió montar su propia empresa.

No tenía relación con Lanzarote, pero comprobó que la presión fiscal “era el primer atractivo” de Canarias para poder arrancar con su empresa, Sunlab Technologies, y poder sobrevivir a la fase de desarrollo. Desde octubre de 2015 es otro más de los miembros del Vivero de empresas de la Cámara de Comercio, y ya le ha dado tiempo a ir aprendiendo castellano y a comprobar que la presión fiscal no era el único atractivo de la Isla, porque ahora vive en Altavista y tarda cinco minutos en llegar al trabajo, en Argana, y antes, cuando trabajaba en Roma, tardaba una hora y media. “La isla, además, es tranquila”, dice.

De todas formas, Darío no tiene mucho tiempo de disfrutar de la isla porque trabaja entre diez y doce horas diarias, incluidos los fines de semana. “Me gusta trabajar”, dice, y tiene que estar disponible a muy distintas horas porque trabaja con empresas de lugares tan distantes como Estados Unidos o China. Por la tarde habla por videoconferencia con los primeros y por la noche con los segundos.

Sunlab Technologies es una empresa del Vivero fundada por un ingeniero italiano que fabrica prototipos electrónicos para empresas de distintos sectores

Hace tres años empezó a trabajar en la integración de sistemas electrónicos y de vídeo. Diseña y construye prototipos para empresas de distintos sectores, aunque principalmente para la automoción y el sector de multimedia. Esas empresas también son europeas, de Italia o Alemania, e incluso españolas y canarias. Además, ya le han encargado algún proyecto otras empresas del Vivero.

Para sus proyectos también colabora con otras empresas o con freelance. El software, por ejemplo, lo trabaja con un ingeniero ucraniano. En su pequeño despacho del Vivero, donde pasa ahora la mayor parte de su vida, recibe las piezas necesarias para construir esos prototipos. Llegan de Japón, de China, de Israel, de Francia… Ahora mismo está trabajando en un sistema de iluminación para platós para una televisión italiana, aunque si las cosas salen bien podrá venderlo a otras televisiones.

Darío diseña y construye todo, desde la forma hasta la electrónica y el funcionamiento. También ha fabricado un dispositivo de control de automatización de puesta en escena para la iluminación en la industria de audio y vídeo, para fusionar el control de la música en tiempo real con el equipo de puesta en escena.

Diseña y construye prototipos para empresas de distintos sectores, aunque principalmente para la automoción y el sector de multimedia

Dice que hay cosas en las que trabaja que no puede contar por cuestiones de confidencialidad, pero señala que también está trabajando en un proyecto con una empresa de Tenerife que servirá para optimizar el servicio de recogida de la basura, para instalar sensores que sepan la capacidad que queda en un contenedor, qué puntos están llenos y cuáles, y registrar esos datos en una tarjeta personal. “Esta en fase embrionaria”, señala.

Asegura que la electrónica ya se ha incorporado a todos los sectores y que hay todo un campo abierto en el hecho de conectar toda clase de objetos a Internet para conocer su estado de forma remota, con una batería mínima pero casi inacabable; desde neumáticos para controlar su presión hasta molinos de viento, ropa, etc.

Actualmente está embarcado en cinco proyectos distintos, como la producción electrónica de semiconductores o la tecnología de sensores digitales bluetooth 4.2. Afirma que Lanzarote, para trabajar en este tipo de empresas, es perfecto y que podría haber muchas más empresas tecnológicas. “Es un sector nuevo y se pueden implantar en Canarias sin problema”, señala.

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