El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Lanzarote procedió durante el pasado jueves a una inspección rutinaria de la actividad de la caza en la Isla, que se saldó con 11 personas denuncias. Estas campañas de vigilancia se extenderán hasta que termine la presente temporada y se realizan en toda la provincia.

El Seprona señala que ha potenciado la vigilancia sobre la actividad cinegética en la temporada que está en curso y que para ello se están llevando a cabo diferentes vigilancias e inspecciones en la provincia de Las Palmas “al objeto de velar por el cumplimiento de la normativa de caza y el bienestar animal”.

En el caso de Lanzarote, los efectivos de la Guardia Civil inspeccionaron el jueves diferentes lugares habilitados para la caza, identificando a más de 40 personas que estaban ejerciendo dicha actividad.

Estas inspecciones tienen como finalidad el control de la documentación en tres ámbitos: la caza, las armas que se utilizan y los animales que acompañan a los cazadores, como perros y hurones.

Además, se comprueban las distancias de seguridad en la que se ejerce la actividad, que tiene que ser de 50 metros con cualquier vía o carretera y de 100 metros con respecto a las viviendas.

Los citados son los diferentes motivos por los que el Seprona denunció a 11 personas en la isla de Lanzarote.

La vigente Ley de Caza de Canarias prevé sanciones varias por su incumplimiento, como la retirada y revocación de la licencia de caza o inhabilitación para la misma, así como multas que oscilan entre los 600 y los 3.000 euros y el decomiso de las armas.