OTRA HISTORIA DE CANARIAS

La Fox en Lanzarote y Fuerteventura hace un siglo

La Filmoteca Canaria está divulgando las filmaciones más antiguas de ambas islas, realizadas en 1925 y encontradas recientemente en una universidad de Estados Unidos

Mario Ferrer 2 COMENTARIOS 02/05/2021 - 09:42

La Filmoteca Canaria está divulgando las grabaciones de cine más antiguas que se han encontrado hasta la fecha de Lanzarote, Fuerteventura y La Palma. También aparecen zonas no grabadas hasta entonces de Tenerife y Gran Canaria, aunque de estas dos islas sí se habían hallado filmaciones más antiguas.

Bajo el título La Fox en Canarias 1925 ya algunos cientos de privilegiados pudieron verlo en el auditorio de los Jameos del Agua y en el Teatro Víctor Fernández Gopar ‘El Salinero’, en Lanzarote, y en la Casa de los Coroneles y el Auditorio de Puerto del Rosario, en Fuerteventura, durante el pasado mes de marzo. Y están previstos nuevos visionados en eventos puntuales, para verano u otoño, de un documento que es una joya para el patrimonio de Canarias. Desde hace tiempo se sabía que la Fox Film Corporation, compañía pionera de cine estadounidense fundada por William Fox, había grabado un documental sobre Canarias, titulado Canary Islands, que se exhibió en 1926 en cines de Estados Unidos.

La Fox envió a un equipo liderado por Benjamin Miggins a rodar material en países del Mediterráneo y también en Canarias, aprovechando el viaje en barco de vuelta. Por ese motivo, en la grabación exhibida estas semanas aparecen los puertos de Marsella y Génova. Aunque sigue sin encontrarse el prometedor material de Canary Islands, Agustín Miranda Armas y otros investigadores llevaban tiempo repasando distintos repositorios digitales, hasta que dieron, en la página de la Universidad de Carolina del Sur, con la difusa pista de lo que terminó revelándose como los descartes de dicho documental. El desorden de las imágenes era total, pero indudablemente estaban ante un hito histórico para el Archipiélago.


Claqueta de la grabación en Arrecife.

En 1925, la población de Lanzarote estaba en torno a 22.000 habitantes y en Fuerteventura era menor de 12.000

Las pesquisas en archivos y fondos documentales suelen ser tediosas y difíciles, pero siguen siendo básicas para encontrar nueva información. Además, en este caso tuvieron éxito, así que vamos a detenernos un momento en contarlo. Agustín Miranda y otros coleccionistas del grupo de Facebook Fotos antiguas de Tenerife, formado por más de 85.000 seguidores, buscaban información gráfica antigua de Canarias, persiguiendo noticieros, cuando dieron con imágenes en la web de la Universidad de Carolina del Sur. No obstante, las grandes expectativas iniciales decayeron porque inicialmente solo encontraron imágenes de un desfile en Madrid y de un canario (ave) en una jaula. Aunque estuvieron a punto de dejarlo, afortunadamente estos indagadores tuvieron la paciencia de esperar lo suficiente para empezar a reconocer escenas rodadas en Canarias.

Los que vean este tesoro visual en las próximas proyecciones de la Filmoteca Canaria (la Universidad de Carolina del Sur solo da acceso público en su web en muy baja calidad y la Fox, igual) se encontrarán no solo con un documento inédito, sino, en gran medida, con una pieza nueva, puesto que se le ha dado montaje y cierto sentido narrativo a un conjunto de 11 rollos de celuloide que no tenía organización de ningún tipo. Además de organizar las imágenes, también hubo que realizar un arduo trabajo colectivo para identificar lugares y espacios de las islas.

Hace un siglo

Cuando Benjamin Miggins pasó por Lanzarote y Fuerteventura, el contexto de ambas ínsulas seguía marcado por un atraso ancestral y casi endémico. Una de las propiedades de estas imágenes es demostrar las grandes diferencias socioeconómicas con respecto a Tenerife, Gran Canaria o La Palma. La realidad de Lanzarote y Fuerteventura distaban mucho de la prosperidad que los ‘felices años 20’ trajeron a las grandes urbes canarias. Otro valor de este documento está en que sirve para ver que una parte sustancial de la cultura material que se aprecia en las imágenes (camellos, molinos, ganado, dependencia del agua) no difiere mucho de la que se podía encontrar siglos atrás. Las islas más orientales de Canarias se encontraban ancladas en un panorama casi más propio del Antiguo Régimen y de las primeras centurias que siguieron a la conquista europea, que del mundo contemporáneo en el que navegaba el resto de los países occidentales.


Grupo familiar en Tías. 

En las imágenes impresiona ver la cola de personas y camellos para cargar el agua de los correíllos

La población de Lanzarote estaba en torno a 22.000 habitantes y la de Fuerteventura era menor a 12.000. Las tasas de mortalidad y natalidad seguían siendo elevadísimas y ambas islas seguían castigadas por poderosos arcaísmos como las penosas comunicaciones con el exterior, la emigración continua o el fuerte caciquismo. En educación, el analfabetismo oscilaba entre el 65 y el 85 por ciento de la población y todavía ninguna de las dos islas poseía un centro de enseñanzas medias.

La pequeña economía insular se basaba en sectores primarios muy anticuados y vulnerables a la perenne falta de agua, como la agricultura o la ganadería, además de actividades tradicionales como la extracción de sal y cal, la caza o el marisqueo. Tan solo Arrecife y Puerto del Rosario comenzaban a ofrecer signos de una vida comercial más moderna, propicia para dar pie a una pequeña burguesía comercial, al tiempo que la pesca en la costa africana empezaba a consolidarse como una sólida fuentes de ingresos. Aun así, el mejor indicador del estado de ambas islas frente al despegue de las capitales y puertos de las islas capitalinas era el hecho de que eran zonas de destierro.

Justo antes de que Benjamin Miggins pasara por Fuerteventura, la Isla había acogido el famoso exilio de Unamuno. Primo de Rivera no inventó nada nuevo con el escritor vasco. Ya Fuerteventura y Lanzarote habían recibido a figuras desterradas por las autoridades regionales o nacionales. Y lo siguieron haciendo en las siguientes décadas, lo que da idea de su situación de marginalidad y abandono.


Joven pastor en las cercanías de Haría. 

Contenido de las cintas

Los 30 minutos de la grabación dan para muchas lecturas e interpretaciones, más teniendo en cuenta que se ven realidades muy diferentes, desde escenas de la modernidad de Las Palmas de Gran Canaria, a estampas rurales de rincones plenos de folclore popular. Además, la calidad técnica de las imágenes es espléndida.

Una característica esencial de esta etapa y que aparece bien reflejada es la relevancia de los grandes puertos de Canarias, es decir, de los muelles de Santa Cruz de Tenerife y quizás más aun, de los de Las Palmas de Gran Canaria, que salen retratados en su intenso tráfico de barcos y frenesí de carga y descarga. El histórico papel de Canarias como estación de paso en el camino a América se vio reforzado con el crecimiento del comercio mundial. Y los puertos no solo ejercían como polos económicos, sino también como puerta de entrada para nuevas ideas, novedades tecnológicas o tendencias culturales, logrando que las capitales canarias tuvieran conexión directa con lo que sucedía en los grandes países europeos, especialmente con el Reino Unido, todavía líder mundial.

Miggins y compañía no se quedaron solo en las principales urbes, sino que tenían especial interés en ver el mundo rural de las islas, que era mayoritario en esos años. Así, se pueden ver escenas de agricultores arando en Valleseco (Gran Canaria), lecheras llevando sus productos entre La Laguna y Santa Cruz, lavanderas en el camino a Tafira, cultivos de plátanos en el Valle de La Orotava o campesinos involucrados en sus tareas en La Palma, combinado, todo ello, con vistas generales de pueblos y caseríos o con retratos de jóvenes y mayores. Por si fuera poco, estas grabaciones históricas ofrecen muchos detalles jugosos sobre vestimentas tradicionales, arquitecturas de todo tipo, técnicas de cultivo, vías y carreteras, herramientas de trabajo, etcétera.

Un tema realmente significativo, pero del que no tenemos datos directos, es la actitud de los protagonistas de la grabación. De algunas escenas se infiere que estaban claramente preparadas, de manera que hay una artificialidad o escenografía que debe ser tenida muy en cuenta, aunque también aparecen estampas que parecen espontáneas. Partimos de que el cine, como la fotografía, incluso la de carácter más documental, ofrece siempre una selección de la realidad, no la realidad completa.


Molino de Yaiza.

Otro aspecto llamativo de las imágenes de La Fox en Canarias en 1925 reside en el rol de la mujer. Además del tradicional papel central en el cuidado de la familia, las grabaciones de Benjamin Miggins muestran a mujeres haciendo multitud de tareas agrícolas o económicas, algunas de ellas que requerían un gran esfuerzo físico, como el transporte de productos o la recogida de plátanos.

Respecto a Fuerteventura y Lanzarote, las imágenes de la primera isla son las más escasas de la grabación, con apenas unas escenas de la costa y de Antigua. Los operarios de la Fox pararon en Fuerteventura, pero apenas tomaron recursos, mientras que en Lanzarote se pasearon por Yaiza, La Degollada, Los Valles y Haría.

No obstante, las imágenes más representativas de Lanzarote son muy trasladables a Fuerteventura porque tratan un tema primordial: la falta de agua. En la parte de Arrecife se aprecia cómo los correíllos eran básicos para el abastecimiento de agua. Se utilizaban los dos viajes semanales de estos barcos (vapores-correos) para transportar el preciado líquido a los muelles de Lanzarote y Fuerteventura, desde donde se repartía por los pueblos del interior. La escena de una larga ristra de personas y camellos esperando a cargar el agua que venía en los correíllos poseen una enorme fuerza simbólica. Igualmente, la estampa de una pareja de mujeres completamente ataviadas de riguroso luto al más puro estilo ‘burka’ es digna de grabarse en la retina. No nos descubren nada nuevo, pero sorprende ver en movimiento aspectos que solo conocíamos por imágenes estáticas.

En definitiva, se trata de una joya para el patrimonio audiovisual de Canarias. Agustín Miranda concluye su presentación con una reflexión que merece la pena citar como conclusión: “Saber de dónde venimos no es lujo siempre relegable ante necesidades que se consideran más perentorias, sino la fuente de la comprensión de esas necesidades”.

Comentarios

Mario, estas imágenes fueron estrenadas en la Fundación César Manrique en octubre de 2019. Yo las vi en la exposición del Centenario dedicada a César Manrique.
Efectivamente, en la exposición de la FCM se podían ver la parte de Lanzarote, que es aproximadamente 5 minutos de los 30 que dura la pieza. El resto del minutaje tiene imágenes de Tenerife, Gran Canaria, La Palma y Fuerteventura, y esa parte no se había visto en Lanzarote.

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