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La familia que crea juegos unida...

'¡A Construir!' es un juego de mesa artesanal, desarrollado a partir de la idea inicial de Aimar, un niño de solo siete años, aficionado a este tipo de juegos

Saúl García 0 COMENTARIOS 18/01/2022 - 07:24

“Tiembla, tío, que mira el juego que está haciendo Aimar”. Ese fue el mensaje que recibió Íñigo Franco de su hermano en junio del año pasado. Era la respuesta a otro mensaje que había enviado él antes, en el que le hablaba de un juego de mesa que había comenzado a idear durante el confinamiento.

Los dos hermanos son aficionados a este tipo de juegos. Íñigo vive en Lanzarote, es ilustrador y autor de la novela gráfica No con tu hija (Dolmen, 2017). El otro, Raúl, vive en Burgos y tiene en casa a otros dos grandes aficionados: su hija Daniela, nacida en 2009, y su hijo Aimar de siete años.

El confinamiento también había sido fructífero para ellos porque al pequeño Aimar se le ocurrió un juego durante ese periodo tan casero. La idea inicial pasó el tamiz de otros aficionados hasta que el juego se hizo realidad. Y ya se puede decir que es un éxito porque están vendidas o comprometidas las 200 unidades que se fabricaron.

La familia puso en marcha una campaña de crowfunding para transformar la idea en materia y tuvo una gran acogida. Incluso tuvieron que echar el freno de la promoción. Pidieron a la imprenta 200 unidades y un día después les avisaron de que había una posibilidad de desabastecimiento de cartón.

Ya tenían vendidos 111 y pararon, aunque al final han podido tener los 200. En Arrecife se venden, si quedan, en La Ruta del Goblin. “Nosotros hemos jugado mucho y mis sobrinos, pues toda su vida”, dice Íñigo.

“Me decía un compañero –explica– que nosotros jugábamos al parchís y la oca y ellos han visto otros juegos muy diferentes, así que, si aplican un poco de creatividad, pueden salir cosas como esta”.

La idea inicial de Aimar les pareció buena. Nace de los clásicos juegos de cartas que comparan las características de los protagonistas. Aimar se dio cuenta de que en las cartas de fútbol siempre ganaba aquel al que le tocaba Messi, porque era muy superior al resto, algo que le parecía muy bien siempre y cuando le tocara a él y ya no tanto si le tocaba a su contrincante.

Se le ocurrió que las cartas se podían colocar en un tablero y recibir una recompensa en función de en qué lugar se colocara la carta. El proceso del juego se fue completando con las objeciones que le iba poniendo su hermana y las posteriores soluciones para sortearlas: “La parte que tiene el juego de estrategia es la que depende de dónde coloques la carta al ponerla en el tablero y lo puedes ver porque las cartas tienen un pequeño corte”.

Al pequeño Aimar se le ocurrió el juego durante el confinamiento en la pandemia

La familia se repartió el trabajo. Íñigo se encargó del diseño y el dibujo de las cartas y del tablero, Daniela del lettering y Raúl de ajustar las matemáticas, de que los valores de las cartas tuvieran una coherencia.

El juego se trata al final de construir huertas, cantinas, fuentes y otros lugares de la vida en comunidad y hay que tener una buena estrategia para conseguir gestionar bien el pueblo y ganar puntos con las obras.

Se llama ¡A Construir! y está inspirado en la vida del pequeño pueblo burgalés de Marmellar de Abajo, el pueblo de los abuelos. El tablero refleja algunos de los hitos de ese pueblo y, aunque aún es pronto, ya están pensando en que se pueda hacer en el futuro una edición localizada en otro lugar, como, por ejemplo, en Lanzarote y sus lugares característicos.

El nuevo juego ya se presentó en Burgos, en Avalon, y en Madrid, en Tablerum, dos tiendas de cómics y juegos de mesa. El resultado es un juego de dos a cuatro jugadores que tiene una duración de unos 15 minutos y es para toda la familia. Tiene ocho tableros, 24 cartas, 24 tokens de construcción y un montón de aimarcios, su peculiar moneda de curso legal.

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