PERFILES

Juan Toledo, medio siglo en el mundo del motor

Foto: Felipe de la Cruz.
Manuel Riveiro 0 COMENTARIOS 14/08/2017 - 07:12

Cuando Juan Toledo abre el primer concesionario de Renault en Lanzarote, en mayo de 1967, por las carreteras de la Isla circulaban menos de 1.500 vehículos (hoy lo hacen casi 120.000). Las conserveras estaban en auge: aquel año se instala Garavilla donde antes había estado Afer SA y el sector da empleo directo a más de medio millar de trabajadores. El turismo empieza a dar sus primeros pasos y a Lanzarote llegan unos 8.500 visitantes. Juan Toledo había obtenido plaza como profesor de EGB en las oposiciones de 1962 y compagina las clases, por las mañanas, con la venta de productos de alimentación y tabaco de la compañía Atlántico por las tardes y hasta bien entrada la noche. Antes había regentado un bazar en el aeropuerto y un quiosco frente al Parador de Turismo para vender artesanía. Como maestro, recuerda, “ganaba tres mil y pico pesetas mensuales”. “Cuando me propusieron abrir Renault no tenía un duro, estaba con una mano atrás y otra delante”, destaca.

El primer establecimiento de Renault estuvo en la calle Gómez Ulla, haciendo esquina con García Escámez, frente a la farmacia Valls. Tenía una empleada para los repuestos, que había que encargar manualmente manejando “300 o 400 fichas”. Juan Toledo recuerda que los primeros automóviles que vendió eran los Renault 4L. Luego vendría el R12, “un coche que aquí no cuajó” y del que se vendieron pocas unidades. Y el R5, un vehículo que marcó una época. “Les llamaban ‘los soplillos’ y los arreglábamos para los rallyes”, recuerda. También los modelos R9 y R11 tuvieron buena acogida en la Isla.

La siguiente parada de Renault, en 1974, fue el establecimiento de la calle Tagoror, junto al parque Simón Bolívar. En aquel entonces, en esa zona hoy céntrica “no había prácticamente nada”. Juan Toledo cuenta que el alcalde de Arrecife, Jaime Morales Teixidor, le pedía que dejara las luces del concesionario encendidas por la noche para que las jóvenes “no tuvieran miedo” de salir a la calle. En el nuevo emplazamiento, Renault ya dispone de un local de unos 240 metros. El importador que tenía la exclusiva para la provincia de Las Palmas era Santiago Álvarez Vidal e Hijos SA, con quien Toledo trabajó durante décadas. Cuatro años después, en 1978, abre su primer taller propio, en la calle Añaza.

El punto de inflexión en su carrera como empresario del sector del automóvil, le llegaría a Juan Toledo en 1986. Hasta entonces había podido compaginar la docencia con la empresa. “Ese año, Renault me llevó a la Península a ver las fábricas de Valladolid y de Palencia y me dicen que o me dedicaba por completo o que me quedara dando clases”, señala. “Lo hablé con mi esposa, que también es profesora, y pensamos que por muy mal que nos fuera, con su sueldo comíamos y que yo ya me las apañaría, por lo que pedí una excedencia de 10 años”. Además de dedicarse en exclusiva a Renault, la compañía también le ‘aprieta’ para disponer de unas instalaciones más amplias. Y es entonces cuando adquiere los terrenos –primero 3.500 metros y más tarde hasta 8.000- donde se ubica la actual sede de Renault en Argana, en lo que se denominaba la finca ‘El Rompimiento’. Las primeras instalaciones se hicieron “con dos maestros y cuatro albañiles”, comprando los materiales “a crédito”. “Siempre he creído en la marca y en que el proyecto de Renault tiene futuro”, destaca.


Juan Toledo y el alcalde José María Espino en la presentación de unos vehículos.

Juan Toledo trabajaba como profesor y vendía productos de alimentación. Hace 50 años abrió el primer establecimiento de Renault. Así nació uno de los principales grupos del sector del automóvil de las Islas

El despegue del actual grupo Juan Toledo, que gestiona Renault, Dacia y Nissan en las Islas orientales, se aceleró en esos años. En 1992 asume la concesión de Renault en la vecina isla de Fuerteventura. “Buscar un mecánico esos años era como buscar a Dios”, dice Toledo, que destaca el trabajo hecho “para tener el equipo con el que contamos en la actualidad, con un taller y unos técnicos de lo mejor que hay en Lanzarote y Fuerteventura, que están continuamente reciclándose y con una formación continua”. En el año 2000, Renault se hace con una parte de Nissan y se crea una alianza entre la compañía francesa y el fabricante japonés de automóviles. “El nuestro fue el primer concesionario de Nissan en España después de la alianza”, subraya Toledo, quien admite que tuvo que sortear una dura competencia, incluso de empresas de otras Islas, para lograr la marca. “En el primer año, de julio a diciembre vendimos 286 coches”, resalta sobre una marca que “no ha bajado de los 500 o 600 automóviles” vendidos por ejercicio. De forma casi paralela, se introducen los modelos de Dacia en el mercado insular, que han llegado a ser líderes en ventas, especialmente “con el Sandero y el Duster”, explica Juan Toledo.

Entre sus diferentes marcas, en el último año el grupo Juan Toledo se situó en unos 1.800 vehículos vendidos, con el objetivo de seguir creciendo, según destaca su fundador. Renault y Dacia acaban de ver remodeladas sus instalaciones. “Hemos pasado de 525 a 1.085 metros cuadrados de exposición y tenemos un concesionario de lo más moderno que tiene Renault en el país, con los aparatos más avanzados”, recalca. “Hay que tener los últimos adelantos y prestar un buen servicio de postventa, que es fundamental, y no dar nunca la espalda al cliente”, aconseja el experimentado empresario, que a sus 78 años ha cedido el testigo de la gestión a sus hijos pero sigue apegado a la empresa en la que se aventuró hace ya medio siglo. ¿No pensó en algún momento durante estos 50 años que habría estado más tranquilo en el colegio? “No, porque este es mi espíritu. A mi abuelo, aunque era un hombre del campo, le gustaba el comercio, y un tío materno también se dedicaba al comercio. Me salió la vena de la familia”.


Imagen de cómo eran las instalaciones de Renault Juan Toledo.

“Para emprender hay que trabajar las 24 horas del día”

En verano, mientras su familia y amigos veraneaban en Playa Blanca, Juan Toledo iba a trabajar a Arrecife “desde primera hora de la mañana”. A los emprendedores que están empezando y quieren arriesgarse a iniciar una aventura empresarial, les recomienda “trabajar las 24 horas del día, como mínimo”. “El secreto es ese, y ahorrar”, señala. “Un factor importante es la suerte pero el esfuerzo es fundamental. Muchas veces entraba a clase de ocho de la mañana a dos de la tarde, y a las seis de la mañana estaba dejando notas en la oficina con tareas para que las hicieran durante el día. Venía de clase, iba a casa, comía y me marchaba para trabajar. Si no tiene actitud y cree en lo que hace, dedíquese a otra cosa”, relata.