La intención del Cabildo de poner en marcha una formación instrumental clásica ‘netamente lanzaroteña’ ha generado la polémica en el sector de la llamada música académica. La institución defiende la reciente creación de Ensemble Lanzarote como un proyecto formado por “músicos residentes en la Isla o que se hayan formado en ella” y destina en esta temporada inaugural cien mil euros “para abonar el trabajo de los músicos y técnicos y los gastos de actuaciones previstas en Tenerife, Londres y Berlín”, confirmó el consejero de Cultura del Cabildo, Óscar Pérez.

Precisamente este elevado importe es uno de los motivos del malestar de la Orquesta Clásica de Lanzarote, que asegura haber sido históricamente ninguneada en la programación de Cultura, “por no contemplarse esta línea en el área, lo que se demostró negándonos una ayuda de 300 euros para uno de los conciertos”, indica el gerente de la OCL, Roberto Fuentes, sorprendido por el “repentino interés por apoyar la música clásica”.

El anuncio de la creación de un ensemble (formación flexible de entre seis y un máximo de 25 profesores) ha pillado por sorpresa a los miembros de la asociación que gestiona la Orquesta Clásica, que aseguran no haber sido siquiera informados por el Cabildo de este proyecto “realizado con nocturnidad y alevosía”.

Sin embargo, el consejero Óscar Pérez niega este extremo. “Lo cierto es que sí contactamos. Hablamos con un directivo de la asociación”, responde Pérez, en referencia al tesorero, Ayoze Rodríguez, que ha sido elegido director musical de Ensemble.

En la última junta directiva de la OCL, Rodríguez presentó su dimisión, tras dar las explicaciones solicitadas por sus compañeros sobre la negociación particular con el Cabildo, “y la incompatibilidad de pertenencia a las dos entidades”, explica Fuentes.

La figura jurídica que tendrá Ensamble Lanzarote es aún dudosa. Por un lado, el consejero de Cultura indicó en la presentación que se trata de “la primera orquesta de carácter público de la Isla”, pero, posteriormente, ha señalado a Diario de Lanzarote que se asume como “propio” el proyecto, por lo que “no necesita de concurrencia competitiva”.

El Cabildo “selecciona y seleccionará la fórmula adecuada para la contratación de servicios de cada profesional, como se hace con los conciertos, representaciones teatrales o exposiciones”, una relación contractual incompatible con la naturaleza pública de la orquesta. Desde la OCL, Fuentes alude también a la irregularidad que supondría para una administración “la selección para plazas públicas por procedencia geográfica, sexo o raza”.

Por otra parte, la composición local de la orquesta no se ha cumplido en las actuaciones ya celebradas, que han contado con profesionales invitados de fuera. El Cabildo sostiene que esa es potestad del director, aunque círculos del sector aluden a la falta de instrumentistas de determinadas familias, como cuerda, que es la base de una orquesta.

Aunque en Lanzarote existen músicos de primera línea en viento o metales, suplir la parte de cuerda con estos instrumentos en partituras clásicas resultaría muy poco ortodoxo, según indican los expertos.

Respecto a la posible incompatibilidad de colaboraciones remuneradas en el caso de profesionales que ya están en la plantilla de la institución, el Cabildo explica que se trata de “una responsabilidad de cada trabajador, como así se les indica y, si lo requiriese su condición laboral, se les derivaría al área de recursos humanos”. El abono de las dos actuaciones realizadas el pasado 5 de enero está siguiendo “el cauce administrativo habitual”, señaló el consejero.

La formación se marca, “a corto plazo, establecer fórmulas de trabajo que regirán el futuro del proyecto, viendo qué funciona técnica y artísticamente y qué no. A medio plazo, deseamos que Lanzarote Ensemble se convierta en una referencia para los alumnos de nuestro conservatorio y que puedan formar parte de la agrupación algún día, como paso natural en su currículum. Y a largo plazo, se busca que el proyecto sea una referencia cultural indivisible de Lanzarote”, explica Óscar Pérez.