“Mi familia se sorprendía porque veía de forma natural seres que ya no estaban entre nosotros, me daban mensajes para ellos y podía adelantarme a acontecimientos”. Así comienza la historia de Aurora Santana, vidente especializada en el amor que lleva años atendiendo a clientes que necesitan respuestas.

Se considera que las personas altamente sensibles tienen un sistema neurosensorial más desarrollado que la mayoría. Hace que experimenten vivencias que a los demás nos resultan complejas, incluso que no llegamos a creer. De hecho, pueden sobrecargarse con frecuencia.

A eso es a lo que las videntes se refieren cuando hablan de don, algo que debe ser implícito a la persona desde su nacimiento. No todo el mundo lo tiene, y valerse de unas supuestas cualidades para atraer a personas que están atravesando momentos duros es engañar.

Los clientes como gran aval

Aurora Santana detesta el engaño. Ella es vidente, médium y tarotista, especialista en el tarot del amor, el tarot gitano y el tarot del trabajo. Se ha formado en mancias como la astrología, las runas, el péndulo y el reiki, y asegura ser capaz de dar fechas exactas.

Considera que las malas tiradas no existen, pero sí hay tarotistas que, al no ser videntes, no pueden hacer una buena interpretación del tarot. “Personalmente odio el engaño para conseguir el lucro futuro sin más”, asegura en su web. Por eso no trabaja con gabinete, sino que es ella misma quien atiende a sus clientes.

Sus sesiones comienzan cuando estos proporcionan la fecha de nacimiento, pues Aurora no necesita nada más para captar la energía, conectar con las guías de la persona y dar las respuestas a esas preguntas que están perturbando.

Son muchos años perfeccionando la técnica a través de una consulta que ahora llega a más gente a través del teléfono, y son los propios clientes quienes avalan su labor.

De hecho, muchos de ellos vienen recomendados por personas que ya se han puesto en sus manos, como le sucedió a Mario de Madrid: “Llamé porque me habló un compañero del trabajo, quería hablar con alguien verdadero, con confianza, que no me engañase”. Y así fue como contactó con Aurora Santana.

Dudas sobre el amor

Es difícil saber si es la sociedad la que nos presiona para encontrar el amor de nuestra vida o es una necesidad real de la persona. Ver a parejas felices nos hace desear lo mismo, y ni hablemos de cuando directamente preguntan: “¿Aún no tienes pareja?”.

Puede que de alguna manera nos sintamos determinados/as a encontrar al gran amor de nuestra vida y formar una familia, pero en las sociedades actuales el individuo es más independiente de lo que lo ha sido a lo largo de la historia. Se puede tener éxito en el trabajo, reconocimiento e incluso fama, y aún así desear encontrar el amor.

Las videntes del amor, como Aurora, están acostumbradas a tratar con la incertidumbre que genera el amor, tanto por no saber cuándo llegará como por el desengaño que deja cuando se va. Las preguntas más frecuentes tienen que ver con la necesidad de saber si el amor de nuestra vida aguarda en alguna parte, o si la otra persona siente lo mismo.

Pero estar en una relación también genera en ocasiones desasosiego e incertidumbre. Las preguntas no terminan cuando la relación comienza, y son frecuentes las consultas relativas a si se producirá boda, si la pareja tendrá hijos/as, qué siente realmente o si es infiel.

Los quebraderos de cabeza tampoco terminan con el fin de la relación. El amor deja un vacío inmenso que solo el tiempo puede llenar, y es imposible acelerarlo. Se genera una situación de ansiedad que algunos/as cubre recurriendo a las videntes, preguntándoles si la otra persona les extraña o si acabarán volviendo con sus ex.

Úrsula Salas y Fernanda Rojas, también entre las más queridas

Úrsula Salas también asegura que lo suyo fue una conexión muy fuerte con el mundo espiritual desde que era pequeña, pero, en su caso, a su familia no le pillaba por sorpresa: era normal. Es de la provincia de Alicante, pero su abuela materna nació y vivió en Francia. Fue ella quien le puso nombre a lo que le sucedía, y a día de hoy es una reconocida vidente de fechas exactas.

Es algo similar a lo que le pasó a Fernanda Rojas. Desde muy pequeña fue consciente de su don, y fueron su abuela y su madre quienes la guiaron en los trucos propios de la adivinación. Fueron sus maestras, las que a día de hoy le permiten brindar su ayuda a toda persona que lo necesite.

Las videntes que tienen de verdad una sensibilidad especial muestran mucho respeto por el oficio, heredado de madres y abuelas, y pretenden blindarse ante los intrusos. Para ello utilizan como aliadas sus webs, en la que muestran su historia, sus tarifas y todas las condiciones de sus servicios.