La Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias ha iniciado la revisión de oficio de la autorización concedida en julio de 2017 por el entonces viceconsejero de Política Territorial, Jesús Romero Espeja, que permitía la construcción de un spa en zona de servidumbre marítimo terrestre, dentro de la remodelación y ampliación del Hotel Fariones.

La revisión de oficio es un mecanismo por el que la Administración reexamina sus propios actos cuando se aprecia que puede haber vicio de nulidad. En este caso, fue uno de los socios del Hotel Fariones quien solicitó que se revisara dicha autorización. El procedimiento requiere ahora de un dictamen del Consejo Consultivo de Canarias y la decisión final la toma la Secretaría general de la propia Consejería, es decir, sus servicios jurídicos.

Mientras que en la zona de dominio público marítimo terrestre, la administración competente es el ministerio, unos metros más atrás de la costa, en zona de servidumbre, es la viceconsejería quien tiene competencias para emitir un informe a través del Servicio de ordenación del litoral.

Ahora, la propia consejería deberá decidir si esa autorización se ajusta a Derecho. Fuentes jurídicas consultadas por Diario de Lanzarote señalan que el spa podría no ser autorizable en base a la Ley de Costas, ya que se trata de una construcción nueva techada y en servidumbre.

Habitualmente, se permite la consolidación de infraestructuras ya existentes pero no de infraestructuras nuevas. El spa, que sustituiría a la pista de tenis, sí se podría haber construido sin ningún impedimento dentro del edificio principal del hotel.

Romero Espeja concedió el permiso en julio del año 2017 con la condición de que obtuviera la correspondiente licencia de construcción municipal y otras autorizaciones como la de vertidos al mar de aguas residuales, la conexión a la red de saneamiento o la calificación territorial si la necesitara, así como con la condición de que su construcción no supusiera un obstáculo para utilizar las zonas de tránsito y acceso al mar.

El anterior viceconsejero señalaba en su autorización que el proyecto de spa tiene un uso de equipamiento y que, dado el carácter turístico de la parcela, se considera conveniente para el dominio público y cumple con el artículo 25 de la Ley de Costas sin que afecte, además, a los jardines, que están considerados como “bien de patrimonio histórico”. Concluía el viceconsejero que “no se trata de un incumplimiento de la Ley de Costas sino de cumplir con las determinaciones de la misma, armonizando los valores en presencia”.

Aludía al segundo Plan de modernización de Puerto del Carmen, que establece esa zona con uso turístico y señalaba que para los aspectos no contemplados en ese Plan se debe aplicar lo previsto en el Plan General de Ordenación de Tías. En definitiva, que el spa es un equipamiento complementario al uso turístico y cumple con lo determinado en el planeamiento urbanístico y territorial, según dicha resolución.

Ley de Costas

El segundo Plan de modernización turística de Puerto del Carmen está anulado por los tribunales precisamente por la ausencia de un informe preceptivo de Costas. Por otra parte, el artículo 25 de la Ley de Costas señala que en la zona de servidumbre se impiden edificaciones destinadas a residencia o habitación y solo se permiten obras y actividades que, por su naturaleza, no puedan tener otra ubicación.

Se ponen como ejemplo en ese artículo cultivos marinos, salinas o instalaciones deportivas descubiertas, que sería el caso de la pista de tenis preexistente, a la que va a sustituir el spa.

También se dice en ese artículo que excepcionalmente se permitirían otras edificaciones destinadas a residencia o instalaciones industriales que sean de excepcional importancia, pero en tramos de costa que no constituyan playa ni zonas húmedas u otros ámbitos de especial protección

El spa, con 282 metros cuadrados útiles, iría ubicado donde antes estaba la pista de tenis, al este de la playa del Hotel Fariones y en un edificio independiente al principal. La zona se puede considerar zona de playa o zona húmeda o inundable. En el proyecto, el edificio aparece con una altura de casi cinco metros, mayor que los edificios colindantes.

El proyecto original de remodelación del hotel no contemplaba el spa en esa ubicación. Su construcción aumentaría la edificabilidad asignada a la parcela. Las obras tienen un precio de ejecución de 178.000 euros y la tasa por la licencia es de 656 euros.

El promotor del Hotel Fariones, Juan Francisco Rosa, llegó a interponer en el Juzgado un contencioso administrativo contra el Ayuntamiento de Tías por no contestar a la petición de licencia para el spa.

Esa falta de contestación se interpretó como una desestimación, si bien el Ayuntamiento, a través de su anterior la concejal de Urbanismo, Saray Rodríguez, señaló que no podía contestar hasta que no hubiera recabado los informes pertinentes de otras administraciones.

Un hotel: muchos planes

El Hotel Fariones es el primer hotel turístico que se inauguró en Lanzarote, en 1966, y ahora pasará de tener cuatro a tener cinco estrellas. La propiedad ya ha anunciado su apertura en breve. Como una parte se encuentra en dominio público marítimo terrestre y otra en zona de servidumbre, deben intervenir en el expediente diferentes administraciones.

El proyecto de ampliación del Hotel Fariones no es un solo proyecto, sino una concatenación de proyectos, modificados y proyectos paralelos, como es habitual en las actuaciones urbanísticas de su promotor, Juan Francisco Rosa.

Una de esas modificaciones del proyecto sobre el que el Ayuntamiento de Tías dio la licencia para la rehabilitación del establecimiento es para tratar de legalizar las obras en la piscina, que estuvieron precintadas, y otra para introducir un paseo por el litoral, entre Playa Grande de Puerto del Carmen y Playa Chica, algo a lo que obligó la Dirección General de Costas.

Sobre este proyecto, este mismo verano saltó una polémica porque se había colocado en dicho paseo y en el acceso al muellito, un cartel en el que se señalaba que el acceso a la zona del embarcadero estaría sujeta a un pago de 10 euros a abonar en la recepción del establecimiento.

En la resolución de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, por la que se concede la prórroga de la concesión del dominio público marítimo terrestre, que se otorgó inicialmente en 1968, no aparece la posibilidad de cobrar por el acceso, y el canon se calcula únicamente por el espacio concedido, no por el uso.

Sí se señala que es “imprescindible restituir de manera efectiva la servidumbre de tránsito en toda la zona costera” y el “compromiso de mantenimiento abierto al público de la zona de dominio público marítimo terrestre”.

La propiedad anunció que tenía permiso de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar para explotar comercialmente el muellito anexo al complejo. Rosa pidió al Ministerio otra concesión en zona de dominio público, que estaba destinada a solarium desde 1968, precisamente para colocar hamacas en la zona donde estaría el spa, no en el muellito.

El anuncio por el que el proyecto se somete a información pública se publicó el 20 de febrero de este año, pero en la web del ministerio no consta la resolución autorizándolo. En ese proyecto se especifica que se trata de “una zona libre, de alto valor ambiental, que constituye el área de recreo y expansión de un complejo de reputada excelencia, como es el Hotel Los Fariones; donde se ubica un embarcadero, que sirve a su vez, como espigón de protección a la zona de solarium del hotel”.

Sin embargo, se trata de otra zona, “de un pequeño rectángulo destinado a solarium del hotel con zona de hamacas y sombrillas”, como se describe en otra parte del proyecto. Para ese solarium sí ha solicitado que se le permita cobrar una entrada.

La zona tiene tan sólo 120 metros cuadrados y se pide una concesión para 75 años. Señala el expediente que “no existe transformación del dominio público que no sea la existente desde hace más de 50 años y que hoy día es asumida y reconocida como aceptable sin uso alternativo eficaz”.

En el proyecto se especifica que se cobrarían 10 euros por hamaca y que se espera recaudar tan solo 30 euros al día, aunque en el espacio se pueden instalar muchas hamacas más. Los gastos de conservación se estiman en más de 10.000 euros al año, al igual que los ingresos.