El albergue de La Santa tiene un elevado deterioro, falta de mantenimiento y un estado general de suciedad, además de que algunos desperfectos suponen un peligro para la integridad física de los menores.

Por su parte, las instalaciones de la nave donde se aloja a los migrantes en la carretera de San Bartolomé son muy precarias y no están en buen estado de conservación. Además, los migrantes “no reciben asistencia social, jurídica o psicológica, lo que impide la detección y derivación a recursos adecuados de los perfiles vulnerables”.

Así lo afirma el Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, en el estudio titulado La migración en Canarias. Para hacer este estudio se desplazaron dos equipos técnicos a Canarias en las dos últimas semanas de noviembre del año pasado, para analizar las condiciones de la acogida a los llegados a las principales islas.

Los equipos técnicos hicieron visitas no anunciadas a las instalaciones del muelle de Arguineguín, una nave del Puerto de las Palmas de Gran Canaria, el campamento de Barranco Seco, el Aula de la Naturaleza de El Hierro, el Centro de Acogida Temporal de Extranjeros de Adeje y el muelle de Puerto del Rosario, además de los centros de acogida humanitaria en Gran Canaria, Lanzarote, Tenerife, El Hierro y Fuerteventura y los centros de acogida de menores no acompañados en Tinajo, Gáldar y Los Llanos de Aridane.

Entre las dependencias cuyo estado era correcto y adecuado, destaca un centro de acogida en Santa Cruz de Tenerife, como ejemplo de buen funcionamiento, igual que las instalaciones hoteleras en Puerto del Carmen y Playa de las Américas, que se encontraban en un correcto estado de conservación y limpieza, “si bien el alto número de personas que alojaban impedía que el personal pudiese identificar de manera ágil los perfiles más vulnerables”, indica el estudio.

“La nave de San Bartolomé es muy precaria y no está en buen estado de conservación”

En Puerto del Rosario se visitó una nave habilitada como recurso específico ofrecido por el Cabildo insular para el aislamiento y cuarentena de personas con resultado positivo en COVID-19, conocida como la Nave del Queso. “Se destaca el buen estado de las instalaciones y su adecuación para el fin previsto, así como la coordinación existente con el servicio canario de salud para el seguimiento del protocolo sanitario”.

Por contra, “otros centros presentan deficiencias que deberían ser subsanadas entre los que se destaca una nave situada en un polígono industrial en Lanzarote y dos centros visitados en Gran Canaria”.

Sobre la nave de Lanzarote, gestionada por Cruz Roja en la carretera de San Bartolomé, el informe señala que se encontraban algunas personas que estaban realizando cuarentena. “Las instalaciones son muy precarias y no están en buen estado de conservación. El espacio es diáfano, sin apenas separación entre las zonas destinadas para permanecer durante el día, comer, dormir y asearse. La dotación es insuficiente para las 200 personas que pueden llegar a permanecer allí. Las salidas a la zona exterior de la nave están limitadas a tres personas a la vez, sin que esté permitido salir del recinto”, dice el estudio.

Y continúa: “Hay un espacio vallado para aislar a casos positivos que no puede considerarse adecuado para tal fin. En las quejas recibidas con posterioridad, se indica que las personas pasan calor durante el día y frío por la noche, debido al mal aislamiento de las instalaciones. Además, no reciben asistencia social, jurídica o psicológica, lo que impide la detección y derivación a recursos adecuados de los perfiles vulnerables”.

El informe concluye que “con independencia de las carencias detectadas, se reconocen expresamente los esfuerzos realizados entre la Secretaría de Estado de Migraciones, la Delegación del Gobierno en Canarias y las administraciones autonómica y local para mejorar las vías de coordinación existentes. Igualmente es de destacar la continuada labor desarrollada por Salvamento Marítimo en el rescate de pateras en alta mar. Asimismo, se reconoce la implicación de la sociedad civil canaria y de la ciudadanía en general en este difícil reto que ha supuesto el notable incremento de llegadas irregulares, en el contexto de la crisis sanitaria provocada por la COVID”.

En 2020 llegaron a Canarias por vía marítima 23.023 personas. Seis de cada diez eran marroquíes y el resto se reparten entre ciudadanos de Malí, Senegal o Guinea Conakry. Menores En esas visitas, se detectó un número importante de personas, en varios centros, que afirmaban ser menores de edad, por lo que se dio traslado urgente de un listado con los datos de estas personas a la Fiscalía General del Estado, de la que aún no se ha recibido respuesta.

Nave en Playa Honda.

“No reciben asistencia social, jurídica o psicológica”, dice el Defensor del Pueblo

Respecto al albergue de La Santa, el estudio afirma que “presenta un elevado deterioro y falta de mantenimiento de sus instalaciones, así como un estado general de suciedad” y que “algunos de los desperfectos observados, entre ellos numerosos cristales de puertas y ventanas rotos, suponen un peligro para la integridad física de los menores”.

Con fecha de 12 de febrero, según los datos de la entidad de protección de menores de Canarias, había 2.666 menores bajo su guarda. El Defensor del Pueblo reconoce el esfuerzo realizado por las distintas administraciones para ofrecer a estos niños y niñas la atención inmediata que precisan.

“Sin embargo, a la vista de las cifras proporcionadas, no es razonable que los servicios de protección canarios asuman en solitario el reto que esto supone, por lo que habría que disponer de un plan estratégico para la integración de los menores, impulsado por la Administración General del Estado”, añade, así como un reparto equitativo y solidario entre el resto de las comunidades autónomas.

El estudio La migración en Canarias destaca que de nuevo se han tenido que habilitar centros de emergencia ante la imposibilidad de acogerlos con los recursos disponibles del sistema de protección canario. A pesar del esfuerzo, el estudio dice que “no parece que se disponga de los recursos materiales y personales suficientes para otorgar a estos menores el derecho a la educación, asistencia sanitaria y servicios y prestaciones sociales básicas, en las mismas condiciones que los menores españoles”.

Se hicieron visitas no anunciadas también a los centros de Gáldar y Los Llanos de Aridane, extrayendo algunas conclusiones comunes a los tres centros: la motivación y la implicación del personal, el alto número de menores que no contaban con autorización de residencia, el elevado número de menores que se encontraba pendiente del procedimiento de determinación de la edad y el número significativo de menores con necesidades de protección internacional.

Puerto del Rosario

Se realizó una visita no anunciada el 18 de noviembre a la carpa instalada en el muelle de Puerto del Rosario para la primera asistencia y detención, que se encontraba vacía en el momento de la visita. El informe destaca que las instalaciones son correctas y están suficientemente dotadas. “Los ocupantes de la última patera habían abandonado las instalaciones días antes de la visita y se pudo comprobar que habían sido convenientemente limpiadas y desinfectadas”.

También existe separación de módulos de hombres y mujeres, así como una zona para aislar a los positivos por coronavirus y a los contactos estrechos, una sala de consultas médicas, atendidas por personal del Servicio Canario de Salud, que se desplaza a las instalaciones cuando se producen llegadas y se facilitó una copia del protocolo específico preparado para la atención durante la situación sanitaria provocada por la COVID.

“Finalizados los trámites administrativos, se notifican los acuerdos de devolución, en presencia de letrado, y se procede a su puesta en libertad. A partir de este momento son trasladados en vehículos policiales, sin mezclar a positivos con negativos, a la entidad de acogida donde realizan la cuarentena, de manera separada, ya sin custodia policial”, dice el informe.