Entre cuatro paredes, el ejercicio gana al deporte. Habitualmente el ejercicio es su hermano pobre. Tiene peor prensa a pesar de que tiene más categoría. Todo deporte requiere ejercicio (en teoría) pero no todo el ejercicio es deporte.

La gente interesante, por supuesto, hace deporte. Es la gente que se supera. Los que lo dan todo. La gente competitiva. Salir a caminar o hacer lo que se llamó en su momento gimnasia de mantenimiento no sirve. Es de gente cutre. Lo que vale es superarse, competir (aunque sea contra uno mismo), hacer historia. Superar un reto.

Cuando era niño, recuerdo que mi tío se preparó para hacer una maratón. Puede que fuese una media maratón. Da igual. Era un héroe. Hoy haces un Ironman y tu cuñado no da un like en facebook porque su jefe hizo siete triatlones en una semana.

Se me quedó grabada una entrevista con el doctor Eufemiano Fuentes, acusado en varias operaciones por una gran red de dopaje por aplicar transfusiones de sangre, EPO y hormonas. Fue absuelto. Decía que el deporte de alta competición es perjudicial para la salud de quien lo practica y su obligación era velar por la salud de los deportistas. Me pareció un cínico pero creo que tenía razón, al menos, en la primera de sus afirmaciones.

Me gusta el deporte de alta competición, como espectador, pero lo dejo para los profesionales. Como protagonista siempre me gustó más el deporte como juego. Lo practiqué en su momento, y ahora me gusta nadar y caminar. Con la bici freno cuesta abajo. En los últimos meses me había apuntado al gimnasio, en contra de mis principios. En estos días hago de alumno de mi hija en una clase de ejercicios de ¿estiramientos? y me está empezando a gustar. Esta mañana he intentado hacer el saludo al sol pero casi choco los cinco de boca contra la tierra. Estoy dándolo todo.

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