En marzo de 2022, Tracy, una niña de apenas 13 años, comenzó a mostrar los mismos síntomas de una enfermedad devastadora que había afectado a su hermano mayor, Christian, quien falleció en agosto de 2021. Se trata de la epilepsia mioclónica progresiva Lafora, una enfermedad rara y sin cura que avanza rápidamente y que, en el caso de Christian, se tradujo en convulsiones, problemas de deglución y dificultades para moverse. Pocos meses después, en junio de 2022, su hermana Carmen también dio positivo a la misma enfermedad, lo que ha sumido a la familia en una nueva ola de angustia y desolación.

Tracy y Carmen no son solo dos jóvenes que enfrentan una dura realidad; son deportistas apasionadas, llenas de vida y sueños. Tracy, con su espíritu indomable, se destaca en el deporte, mientras que Carmen, una brillante estudiante, aspira a convertirse en cirujana. Sin embargo, la sombra de la enfermedad ha comenzado a afectar su estado emocional y sus actividades diarias. El miedo a las convulsiones les ha impedido asistir al instituto y practicar sus deportes favoritos, como el baloncesto y la gimnasia artística, que solían ser sus grandes pasiones.

La situación de Tracy y Carmen requiere atención psicológica urgente, ya que sus padres, Giovanna y Lucio, sienten que el peso del sufrimiento es abrumador. La posibilidad de perder a sus dos hijas a causa de la misma enfermedad que se llevó a su hijo mayor es un dolor que no pueden soportar. La evolución de la enfermedad exige que los padres estén disponibles para ellas las 24 horas, un desafío que se complica debido a la falta de recursos y apoyo por parte de las instituciones.

La familia se encuentra en una encrucijada, intentando sobrellevar el duelo por Christian mientras enfrentan una nueva batalla por la vida de Tracy y Carmen. La falta de tiempo y de recursos para atender las necesidades inmediatas de sus hijas ha dejado a Giovanna y Lucio devastados. La lucha por obtener el soporte necesario para el cuidado de sus niñas se torna cada vez más crítica, y el tiempo es un enemigo constante.

Ante esta situación, cualquier ayuda económica que se pueda proporcionar a la familia será esencial para "comprar" tiempo de calidad y atención para Tracy y Carmen. La solidaridad de la comunidad se vuelve vital para brindarles el apoyo necesario en este camino lleno de incertidumbres. Cada pequeña aportación cuenta y puede marcar la diferencia en la vida de estas dos jóvenes que, a pesar de su sufrimiento, siguen luchando por sus sueños.