“Es continuo, todo el día ruido y polvo”. Iván Carrillo es vecino de la calle Trasera Martínez Montañez, que no tiene placa pero se la conoce así, y describe el día a día que sufre desde su casa. La calle está en el barrio de Argana Baja, junto a la vía de ese mismo nombre, y enlaza con la calle Manuel Cáceres. De lo que se queja este vecino y algunos más de la calle es del exceso de tráfico que se produce porque muchos coches optan por coger este atajo para evitar las rotondas en la llegada desde San Bartolomé.

Señalan los vecinos que la situación es aún peor cuando hay colegio, a las horas de entrada y de salida, pero que ahora, en verano, tampoco para. Iván dice que los coches que pasan por ahí ya le han roto en dos ocasiones el retrovisor, porque circulan por un tramo de calle que se estrecha, entre un muro y las viviendas y los coches aparcados. Destaca que por ahí pasan “camiones de reparto botando, porque el camino está fatal, y hasta las guaguas”.

Circulan en ambas direcciones aunque no está señalizada ninguna. Muchos vehículos intentan acortar para salir hacia el barrio de San Francisco Javier en las horas punta y evitar así la rotonda del Hospital José Molina Orosa.

El problema principal es que la calle no está asfaltada. El ruido se produce por los numerosos baches que hay, y el polvo por la tierra. En la calle hay varios talleres y naves industriales. Un trabajador de una de ellas señala al piso cuando se le pregunta por las molestias que origina el hecho de que la calle no esté asfaltada. Una capa de polvo lo cubre todo.

A pesar de que no tiene ni nombre ni asfalto sí que hay unas tapas de alcantarilla en medio de la calle. No son de saneamiento, sino de cableado de telecomunicaciones. La canalización se realizó a principios de este siglo.

Carrillo señala que la situación empeora cuando llueve porque se forma un barrizal. Algunos años, operarios municipales han echado tierra para mejorar el firme y compactar. La versión que tienen los vecinos es que la calle tiene un propietario y que por eso no se arregla.

Fuentes municipales señalan que se trata de un suelo urbano no consolidado y, por tanto, es una Unidad de Actuación en la que les corresponde a los propietarios su ejecución y, posteriormente, la cesión de los viales al Ayuntamiento, que no se ha producido. Se encuentra dentro de lo que se denomina Plan Especial de Reforma Interior (PERI).

Esa calle y otras colindantes no son aún de titularidad del Ayuntamiento “porque no se ha procedido a la ejecución de reforma integral”, apuntan desde el Consistorio, que asegura que los propietarios de la Unidad de Actuación deben realizar la correcta reparcelación y los viales.

Pasan “camiones de reparto botando, porque el camino está fatal, y hasta guaguas”

Actualmente, la ejecución de la Unidad de Actuación es de carácter privado pero, según el Ayuntamiento, “ante la posibilidad de no ponerse de acuerdo los propietarios, debería pasar a gestión pública”.

Fuentes municipales ponen como ejemplo otras calles en el barrio de San Francisco Javier, donde ocurre algo parecido. Se trata de la Unidad de Actuación número siete, donde el Ayuntamiento solo puede actuar en la parte perimetral, en la calle Isabel la Católica, mientras que las interiores tienen que ser los promotores quienes las ejecuten y luego cederlas a la institución municipal.

Por otra parte, Diario de Lanzarote ha intentado ponerse en contacto con alguno de los propietarios de la zona de Argana Baja, sin éxito.