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De Judea a Sol

Myriam Ybot 0 COMENTARIOS 20/11/2017 - 06:28

Se abre el telón y aparecen sobre el escenario 30 cantantes, cuatro bailarines, dos figurantes y nueve músicos. En bambalinas, técnicos de iluminación y sonido, maquilladores, peluqueros, diseñadores de vestuario, y coreógrafos. Y todos ellos, bajo la batuta del director musical, Zsolt Kovacs y el director artístico, José Manuel Clar. Son la compañía teatral Chespir... Ante ustedes, ¡Jesucristo SuperStar!

Pese a la escasez de la oferta local y los precios a los que se despacha el género en escenarios foráneos, el musical cuenta con una enorme afición en Lanzarote, donde los llenazos son la tónica habitual; cuando alguna asociación o compañía teatral se atreve con cualquiera de los clásicos -hemos visto Hair, Los Miserables, o High School- o incluso con originales como Crisis: el musical, las localidades vuelan.

Con similares objetivos e idénticas ganas de no defraudar trabajan los integrantes de la compañía de teatro Chespir quienes, comandados por el siempre intrépido José Manuel Clar, ensayan desde hace meses la ópera rock por excelencia, Jesucristo SuperStar.

El libreto, asentado sobre pasiones tan universales y eternas como el amor, la amistad, la traición o la justicia, gira en esta versión en una nueva vuelta de tuerca desde que en 1971 los personajes que rodearon la última semana de vida de Jesús el Nazareno lucieran melenas, pantalones de campana o collares de flores, al más puro estilo hippy.

En esta ocasión, cuarenta años después, la rebelión popular judía contra la dominación de los romanos nos suena a plazas ocupadas y a una ciudadanía asfixiada por la crisis y el desempleo.

Pero, tal y como aclara Clar, que nadie espere críticas musicadas contra los últimos gobiernos o pancartas alusivas al 15M porque la licencia otorgada por la propietaria de los derechos del espectáculo, The Really Useful Group, exige un respeto escrupuloso por la adaptación al castellano de Alicia Serrat y exquisitez en la interpretación de las partituras, que se encarga de enviar junto a las letras de las canciones.

“También debe mantenerse la historia, que en el fondo tiene que ver con el enfrentamiento político entre un líder y su primer colaborador sobre la manera de hacer las cosas, de atender los problemas, de relacionarse con el pueblo; un conflicto fácilmente trasladable a nuestros días”, añade el director de la obra y encargado de dar vida a Jesús sobre las tablas. El vehículo para ese viaje espacio-temporal será la puesta en escena, ámbito en el que la compañía cuenta con total libertad.

Protestas por aplausos

Si el estreno en Broadway fue condenado por algunos grupos religiosos que organizaron protestas en las puertas del teatro, no se espera que suceda nada parecido en San Bartolomé, en cuyo escenario municipal se representará la función los días 2 y 3 de diciembre a las 21 horas.

La mera posibilidad despierta una sonrisa en la concejala de Cultura de ese Ayuntamiento, Alma González Mauri, quien asegura que “si hay tumulto, será solo en la taquilla para la venta de las últimas entradas o en los aplausos al término de la obra”. Y recuerda que las localidades pueden adquirirse al precio de 18 euros en la gasolinera BP Valterra, en las Oficinas Municipales de Playa Honda y en la Casa Ajei de San Bartolomé.

Lejos de protestas sectarias propias de otros tiempos, la compañía confía en que todo salga perfecto. Entre el respetable, un público que se prevé entregado y generoso, estarán sentados, venidos expresamente de Londres para la ocasión, dos representantes de la empresa del compositor de Jesucristo SuperStar, Andrew Lloyd Weber, propietaria de los derechos. Una circunstancia que no contribuirá a rebajar los nervios.

Ya de por sí, el espectáculo es un reto para muchos de sus participantes. Al piano, Mirian Sánchez, maestra repetidora o repertorista según la denominación clásica, califica la partitura de “compleja y preciosa”, y la experiencia, de “muy estimulante”: “El musical me ha puesto las pilas, he tenido que trabajar a fondo compases complicados y para colmo, formo parte del coro, así que canto y bailo”, ríe. Y apunta además el orgullo de formar parte de un equipo de grandes profesionales.

Todo un plantel

Los aficionados a las artes escénicas made in Lanzarote reconocerán en el staff muchos nombres propios que se han convertido ya casi en indispensables de cualquier espectáculo que se precie, desde el diseño de luces de Shelma a las coreografías de Reinier Alfonso, pasando por la arquitectura capilar de Juandi Díaz.

Otros, como Zsolt Kovács, forma parte de esa constelación de estrellas que ofrece una isla que funciona como un imán para la creatividad y el genio. El pianista húngaro afincado en Lanzarote desde el año 2007 es el maestro del elenco de músicos que construye el armazón sonoro de la historia.

En el coro, Aday Auyanet valora esta primera experiencia con el musical como divertida y muy didáctica: “Pensé que iba a limitarme a cantar pero las coreografías del baile, el cambio de personajes y sobre todo los progresos tras meses de ensayo son muy gratificantes. Y por supuesto, las nuevas amistades. Me alegro mucho de haberme atrevido a participar en el casting”.

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