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Balance de 25 años de Lanzarote como Reserva de la Biosfera

Diario de Lanzarote ha querido contar con algunas opiniones sobre el balance de estos primeros 25 años de la Isla como Reserva de la Biosfera, que respondieron a las mismas preguntas

Saúl García 6 COMENTARIOS 31/05/2018 - 06:59


Fernando Gómez Aguilera, director de la FCM

“La declaración de Reserva de la Biosfera ha funcionado básicamente como un eslogan turístico promocional y no como una palanca para transitar hacia un mejor modelo de Isla”

¿Se han cumplido las expectativas u objetivos con los que nació la Reserva de la Biosfera de 1993?

Si la expectativa era conseguir una situación insular equilibrada y respetuosa con los tres pilares del desarrollo sostenible —el bienestar económico, los recursos naturales y la sociedad—, no se ha logrado. Un territorio limitado como es la isla de Lanzarote, con 850 km2 de superficie, con 147.000 habitantes, que recibe anualmente 3.000.000 de visitantes y depende en energía y consumo del exterior, con un crecimiento abrumador en los últimos 25 años, no puede ser un lugar sostenible. Lanzarote es una de las islas del mundo que, en relación al número de habitantes, recibe más turistas. Y los responsables y operadores económicos lo hacen con satisfacción, intentando captar aún más afluencia, sin que, por otra parte, esa dinámica repercuta, de forma proporcionada, en las condiciones laborales, salariales y de vida de la mayoría de la población.

Por otro lado, la aprobación de la Ley del Suelo por parte del Gobierno de Canarias supone un verdadero ataque a la línea de flotación de cualquier proyecto de futuro de Reserva de Biosfera, cuyo objetivo debería ser la planificación del decrecimiento; la gestión razonable y sostenible de la actividad turística, los recursos naturales y el patrimonio cultural; la conservación de los valores paisajísticos originarios; la reorganización del desorbitado parque automovilístico y la movilidad integral incidiendo en el transporte público; y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos en relación con servicios esenciales como sanidad, educación, espacios públicos, equipamientos, ocio y cultura.

El balance de 25 años de Reserva de Biosfera en Lanzarote no se revela positivo, más bien lo contrario, pues presenta síntomas muy preocupantes. Los desequilibrios en no pocos aspectos de la realidad económica, social y ambiental de la Isla son crecientes y acentuados. Basta echar una ojeada comparativa a los indicadores socioambientales y comprobar que se han disparado. Sin duda, la declaración de Lanzarote como Reserva de la Biosfera ha funcionado básicamente como un eslogan turístico promocional y no como una palanca para transitar hacia un mejor modelo de Isla, singular, no masificada, impulsada por el arte y la cultura, limitada en sus crecimientos, sustentable, gestionada con criterios de calidad, como César Manrique propuso. La dinámica del propio funcionamiento del Consejo de la Reserva, vaciado de contenido, desvirtuado y convertido en una plataforma publicitaria es un buen ejemplo de la comprometida salud de la Reserva de la Biosfera.

En este sentido, la Isla no resiste una comparación consigo misma: en los últimos 25 años, Lanzarote ha empeorado la mayoría de sus indicadores de sostenibilidad, y ha sufrido una extraordinaria pérdida en términos de cultura territorial, de instrumentos pioneros de ordenación del territorio, y de originalidad paisajística, muy afectada por la estandarización y la banalización, en particular en La Geria, en las carreteras y en los espacios urbanos.

La Isla tiene más que ver con cualquier territorio sometido a una acelerada economía de mercado en auge continuo que a una Reserva de la Biosfera.

¿En qué aspectos se ha desviado la Reserva, o qué aspectos hay que reforzar? En definitiva, ¿cuáles son las carencias?

No es necesario hacer una reflexión sesuda. Basta ver hacia dónde hemos evolucionado en los últimos 25 años y detenernos en la realidad actual. Esta es la fotografía que tenemos: 850 km2 de superficie insular, 147.000 habitantes (frente a 68.000 en 1992), un movimiento de más de 7 millones pasajeros en el aeropuerto (no alcanzaba los 3 millones en 1992), un parque móvil que suma 125.000 vehículos (frente a 44.000 en 1992) y 72.000 plazas turísticas oficiales, en realidad varios miles más (frente a 45.000 plazas en 1992). Añadamos los consumos de energía, de agua, las emisiones de CO2 y la dependencia alimentaria. Y a continuación nos preguntamos por las carencias, desviaciones o refuerzos de la Reserva de Biosfera. ¿La respuesta? Mirar a la fotografía y exclamar: im-po-si-ble.

¿Qué rumbo debe seguir para el futuro la Reserva? ¿Qué medidas hay que tomar para cumplir con los objetivos marcados?

El futuro debería plantearse de una forma crítica con la gestión que se ha estado llevando a cabo. Es aconsejable emprender un proceso de transición hacia un nuevo paradigma de perspectiva ecosocial. Estamos en lógicas del siglo XX y hay que transitar hacia un nuevo horizonte. La acumulación, el crecimiento y el consumo ilimitados no pueden ser la referencia de nuestro bienestar. El planeta no aguanta y la Isla tampoco aguantará. Necesitamos comprensión de la realidad, visión de futuro, innovación en las respuestas y capacidad de liderar procesos de transformación acordes con una circunstancia histórica crítica a escala global. Lo que César Manrique y Pepín Ramírez supieron percibir, soñar, impulsar y liderar.

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Domingo Concepción, premio Referente de la Biosfera

“La capacidad de carga, tanto en su vertiente turística como en su vertiente local, se está sobrepasando”

¿Se han cumplido las expectativas u objetivos con los que nació la Reserva de la Biosfera de 1993?

Si tomamos como referente inicial del debate los tres objetivos generales de una Reserva de la Biosfera: “proteger los recursos genéticos, los ecosistemas y la diversidad biológica; establecer unas líneas de investigación y de formación; y estimular el desarrollo local y el establecimiento de nuevos modelos de aprovechamiento de los recursos naturales, los hechos demuestran que,exceptuando en parte el Parque Nacional de Timanfaya y el Archipiélago Chinijo, desde hace bastantes años en el resto de la Isla se llevan incumpliendo de forma sistemática los dos primeros objetivos por no llegar a los mínimos deseables. La existencia de un servicio de medio ambiente carente del mínimo, requerido y capacitado personal para la investigación y la vigilancia es la evidencia palmaria. Una segunda cuestión es tener en mente y aplicar el concepto de capacidad de carga, tanto en su vertiente global insular de capacidad de carga turística como en su vertiente local, y que en ambos casos se está sobrepasando. Los efectos de la primera son la ocupación urbanística ilegal y de otras acciones negativas (escombreras, aterrazamientos, containers...) en la periferia urbana. En la segunda la masificación y/o no regulación adecuada de determinados espacios protegidos, caso del Parque Natural de Los Volcanes, La Geria, Tenegüime o La Graciosa.

¿En qué aspectos se ha desviado la Reserva, o qué aspectos hay que reforzar? En definitiva, ¿cuáles son las carencias?

La principal desviación de la Reserva, y no hablo de la oficina de la Reserva, sino de Lanzarote, y del Cabildo y de los distintos ayuntamientos como gestores responsables, ha sido confundir la necesaria promoción con la propaganda, un atajo habitual y engañoso cuando no se hace lo que se debiera. Por poner un ejemplo, si se gasta todo el dinero en sacar folletos gratis sobre las aves y plantas de Lanzarote pero no se hace antes la investigación aplicada sobre esta biodiversidad, el resultado inevitable es que luce muy bonito pero se percibe, y es, como maquillaje, engañoso. Y la investigación aplicada es monitorizar con índices y regularidad adecuada la biodiversidad, lo que nos ayudará a entender y valorar el estado de los ecosistemas, su relación con otros usos e impactos y sus cambios a lo largo del tiempo. Sólo tras este primer y obligado paso se podrán tomar decisiones con criterio y se justificaría la tercera fase de una promoción real.

¿Qué rumbo debe seguir para el futuro la Reserva? ¿Qué medidas hay que tomar para cumplir con los objetivos marcados?

El principal condicionante es que hay asuntos que deben tener, legislada o consensuada, una solución insular. Por ejemplo el de los parques eólicos. No se puede permitir que cada ayuntamiento u organismo coloque molinos por donde quiera. Molinos sí, pero en dos (¿tres?) grandes parques que incluyan la posibilidad marina. Las diversas infraestructuras emplazadas hasta ahora entre Zonzamas y Montana Mina creo que debieran presentarlo a un concurso del desatino, e indicar que aparte del parque eólico rechazado en Tías falta otro nuevo en lo alto de Tabayesco. También debe acometerse en este marco insular el problema de los quads, las escombreras, puntos mineros y cierre de algunos  nuevos caminos y veredas (en especial los realizados sobre laderas de conos volcánicos). Una segunda línea de actuación es la monitorización e investigación aplicada sobre la biodiversidad y los ecosistemas, con dotación de personal y presupuestos que incluyan la vigilancia e inspección. La tercera sería potenciar la facilitación y el fomento de la agricultura ecológica en cualquiera de sus sistemas y modalidades. Cuarta, estudios de capacidad de carga de los espacios protegidos, priorizando los más sensibles que incluyen a los Centros Turísticos. Quinto, control de las ilegalidades urbanísticas paralelo al desarrollo de una política de promoción de vivienda pública. Hay que ser conscientes de que uno de los orígenes de los problemas reseñados es el fuerte crecimiento urbanístico, siendo necesario debatir para rebajar el techo de la capacidad de carga turística insular. En segundo lugar, que nadie quiera ver en esta visión crítica ninguna intencionalidad partidista; la hago exclusivamente desde mi coherencia profesional.

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Faustino García Márquez, ex director de la Agencia de Desarrollo Sostenible

“Me preocupa el debilitamiento de la conciencia y resistencia ciudadanas”

Me preocupan un montón de cosas de Lanzarote (y de todas y cada una de las Islas) desde la perspectiva archipelágica y desde mi campo de desconocimiento de siempre, el territorio, como la desaparición de los límites del  crecimiento; el debilitamiento de la conciencia y resistencia ciudadanas; la extensión y banalización de las Reservas como atractores turísticos; la magnificación de las energías renovables como pantalla tras la que diluir la panacea imprescindible, o sea, el desarrollo sostenible en la nueva formulación, profundamente social, definida en 2015, por la calidad de vida, contra la pobreza, la desigualdad, el hambre, la guerra, la ignorancia, las brechas que aumentan; y el cambio climático y el paisaje; la contradicción entre las declaraciones solemnes y las políticas efectivas; la obsolescencia e ineficacia de los instrumentos de ordenación del territorio; la generación de instrumentos que vienen, alumbrados y respaldados por la nueva ley; la confusión de los nuevos partidos en las viejas administraciones; y más. Pero todos son problemas genéricos del Archipiélago, el Estado y más allá, demasiado imprecisos, demasiado ideológicos.

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Antonio González Viéitez. Economista

“La falta de cultura de implicación y colaboración de los municipios con un proyecto insular sostenible ha sido el mayor problema”

¿Se han cumplido las expectativas u objetivos con los que nació la Reserva de la Biosfera de 1993?

Hay que resaltar que la Declaración fue, en su día, original y ambiciosa. Original porque por primera vez, se incorporaba una isla completa y especializada en turismo, en vez de un área delimitada y de gran riqueza natural. Y ambiciosa porque, por eso mismo, exigía un decisivo liderazgo insular capaz de gestionar y controlar las tremendas fuerzas de turbocrecimiento y especulación ya desatadas por aquellas fechas. Para poder embridar a esas fuerzas, se contaba con un Plan Insular y con una opinión pública sensible a la cultura del paisaje y la naturaleza. Está claro que eso no se produjo. El conflicto entre las instituciones de la isla y los tremendos tirones del mercado se tradujeron en inestabilidad política, corrupción e incapacidad de liderazgo endógeno. Aunque se llegó a proponer un Plan, unos objetivos y una hoja de ruta, el rechazo de las fuerzas del mercado, atrincheradas y controlando los Ayuntamientos, los hizo imposibles. El que Lanzarote sea el ámbito donde los tribunales de justicia estén tan presentes en la “gestión del territorio” muestra, a mi juicio, tanto la desorbitada presión de los mercados saltándose todas las normas, como de otra parte, la cultura de la sostenibilidad y el rechazo a la especulación de gran parte de la sociedad conejera, en especial de sus sectores más cultos, en primer lugar la Fundación César Manrique.

¿En qué aspectos se ha desviado la Reserva, o qué aspectos hay que reforzar? En definitiva, ¿cuáles son las carencias?

La falta de cultura de implicación y colaboración de los municipios con un proyecto insular sostenible ha sido el mayor problema. El caso de La Graciosa creo que, hasta ahora, es el peor ejemplo de lo que se pretende con la Reserva. El mero hecho de que, en este pequeñísimo espacio, haya más de 300 vehículos convencionales y que no exista todavía una propuesta acordada para su sostenibilidad, es definitorio. Me parece esencial reforzar la política, ya apuntada por el Cabildo, de hacer que los sectores estratégicos de la isla tengan control público. Problemas históricos de gestión al margen, el que el Consorcio Insular de Aguas controle todo el negocio del agua potable y que aspire a tener el mismo control de las energías renovables constituye una política excelente para luchar por la sostenibilidad. El que los CACT sigan como están, aparte de ser algo único y singular en el Archipiélago, ayuda a hacer pedagogía y a extender la cultura propia de la Reserva.

¿Qué rumbo debe seguir para el futuro la Reserva? ¿Qué medidas hay que tomar para cumplir con los objetivos marcados?

Creo que la función de “pedagogía de Reserva” es fundamental. Se cuenta con una sociedad ya muy sensibilizada ante estos temas. Las movilizaciones habidas para poner límites al crecimiento (la formidable manifestación de “ni una cama más”) y el rechazo a las estrategias contaminantes (las movilizaciones contra el petróleo y a favor de las renovables) son esclarecedoras. En esa misma línea, la defensa del Territorio- Paisaje debe ayudar a impedir las funestas posibilidades que permite la nueva Ley del Suelo, que podría llegar a sustituir la ordenación del territorio mediante la planificación, por el mero sumatorio de iniciativas particulares de “proyectos de interés”. La colaboración con la Reserva de Fuerteventura y el escenario de vecindad que se abre para el codesarrollo con África, creo que son de enorme interés. Pero, la especialización de Lanzarote en turismo, requiere una especial atención. La estrategia a largo plazo de un destino maduro, tiene que ser apostar por la excelencia, que se consigue organizándose como una sociedad libre de contaminación, muy implicada en la defensa de sus fastuosos recursos naturales y manteniendo límites a su crecimiento. Y que todas las nuevas plazas se hagan reformando y mejorando las que se vayan quedando anticuadas y sin ocupar físicamente más terreno virgen. Pero, la excelencia de los servicios se consigue fundamentalmente porque las personas que los realicen estén en condiciones dignas. Es decir que la excelencia turística necesita mucho trabajo y trabajo digno. Y que, por sus características, las viviendas vacacionales no están en condiciones de proporcionarlo.

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Enrique Pérez Parrilla, presidente del Cabildo en 1993 

“La impresión general es que muchos consideran que era un premio y no un compromiso”

¿Se han cumplido las expectativas u objetivos con los que nació la Reserva de la Biosfera de 1993?

Creo que no. Alguna cosa se ha conseguido, y esa declaración fue valiosa. Aunque la impresión general es que muchos consideran que era un premio y no un compromiso. La aceptación de la Reserva por parte de mucha gente tiene que ver con que era un marchamo que nos iba a servir para todo lo contrario de lo que era la Reserva. El espíritu de la Reserva no tiene nada que ver con eso, sino con el equilibrio, y se ha usado a veces para todo lo contrario, presionando sobre el territorio.

¿En qué aspectos se ha desviado la Reserva, o qué aspectos hay que reforzar? En definitiva, ¿cuáles son las carencias?

Nadie se lo plantea ya como compromiso, me refiero a las autoridades competentes. Si no hay compromiso con la Isla y se ponen por delante temas importantes y no se reúne el Consejo de la Reserva, que era muy plural y muy activo... Por ahí viene lo que ha pasado y lo que pasa. Esperemos que se arregle poco a poco porque hemos dejado de ser punteros. Como positivo, hay ahora una mayor conciencia, no en Lanzarote sino a nivel externo, y todo esto de ve de forma más natural que hace 25 años.

¿Qué rumbo debe seguir para el futuro la Reserva? ¿Qué medidas hay que tomar para cumplir con los objetivos marcados?

La primera, que el Consejo de la Reserva funcione, que no sea un órgano para desgastar a nadie pero en el que estén todas las posiciones y se opine con libertad. No sé cuántas veces se reúne al ano pero antes se opinaba de todo. Todo se tiene que discutir en ese órgano y que se vean todas las posiciones. Si no se consigue ese compromiso, difícilmente avanzaremos, o si lo hacemos será porque se está avanzando en otros sitios. Hay un mejor posicionamiento en el mundo.

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Carlos Meca, secretario insular de Podemos

“Ha habido más retrocesos que avances en cuanto a sostenibilidad mientras la Reserva de la Biosfera miraba para otro lado”

¿Se han cumplido las expectativas u objetivos con los que nació la Reserva de la Biosfera de 1993?

Se suponía que el título de Reserva de la Biosfera iba a servir para ensayar medidas que nos permitieran avanzar en la sostenibilidad insular y en la calidad de vida de las 72.000 personas que residían en la isla a comienzos de los 90. Por desgracia, 25 años después y con el doble de población, creo que ha habido más retrocesos que avances en cuanto a sostenibilidad. Hoteles, puertos deportivos y bodegas ilegales en los lugares más sensibles de la isla, tres millones de turistas anuales, una Ley del suelo que supone una espada de Damocles para la sostenibilidad, nulo avance en movilidad insular, con la sanidad y la educación dando muestras de colapso… y todo ello mientras la Reserva de la Biosfera miraba para otro lado.

¿En qué aspectos se ha desviado la Reserva, o qué aspectos hay que reforzar? En definitiva, ¿cuáles son las carencias?

La Reserva debe dejar de ser un aparato de propaganda de Pedro San Ginés y recuperar los debates fundamentales para el desarrollo sostenible de la isla, como la necesidad de definir un techo turístico, la ecotasa, el problema del agua, con pérdidas de más del 50 por ciento del agua producida, la vivienda, el Plan Insular y los Planes Especiales de zonas protegidas, la movilidad, etc. En los últimos anos, y solo cuando lo han solicitado grupos de la oposición en el Cabildo, se ha debatido en el Consejo de la Reserva sobre la Ley del Suelo, la instalación de torretas en el sur, o el tema del agua. Resulta incomprensible que no hayan sido caballos de batalla de la Reserva de la Biosfera.

¿Qué rumbo debe seguir para el futuro la Reserva? ¿Qué medidas hay que tomar para cumplir con los objetivos marcados?

Si se analiza la actividad de la Reserva en los últimos anos, sorprende que se hayan dedicado tantos recursos a organizar cuadrillas de voluntarios para hacer limpiezas del litoral o de solares (cuando ya existían grupos en la isla que se dedicaban a esto mismo), a avalar el riego de cultivos con aguas depuradas que ponen en riesgo el futuro de nuestras tierras, a poner en marcha cuestiones tan poco relacionadas con la sostenibilidad como el Órgano de Gestión Tributaria, o a crear un Club de Producto Turístico que provoca que se entregue un sello promocional de la Reserva a una empresa que lleva años haciendo publicidad engañosa con el aloe vera.

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José Torres Fuentes, presidente de la Cámara de Comercio

“No podemos seguir apostando por el turismo como único pilar de nuestra economía. Diversificar es la clave”

¿Se han cumplido las expectativas u objetivos con los que nació la Reserva de la Biosfera de 1993?

El documento inicial del 93 tenía una proyección espectacular para la isla, que de haberse materializado, hoy estaríamos en lo más alto. Queda mucho trabajo por hacer. Por ejemplo, en una isla carente de universidad, la propuesta formativa que dibujaba ese documento apenas está llegando ahora, 25 años más tarde. Lo mismo ocurre con la energía, es ahora cuando estamos entrando en la senda de las renovables a un ritmo considerable. Pero hasta este momento hemos estado absolutamente parados.

¿En qué aspectos se ha desviado la Reserva, o qué aspectos hay que reforzar? En definitiva, ¿cuáles son las carencias?

El cuidado de la estética del paisaje insular se ha relajado mucho. La cartelería exterior de los negocios se nos ha ido de las manos, parece una competición por ver quién lo pone más grande y en este sentido los únicos responsables son los ayuntamientos que no hacen cumplir sus ordenanzas municipales. Existe una normativa, sólo hay que hacerla cumplir. Afortunadamente la Reserva de la Biosfera ha realizado el estudio “BIOCRIT” que es un análisis crítico de la evolución del paisaje insular y se está trabajando en ello. Es urgente reconducir esta situación y apelamos directamente a los ayuntamientos a que se impliquen.

¿Qué rumbo debe seguir para el futuro la Reserva? ¿Qué medidas hay que tomar para cumplir con los objetivos marcados?

El mejor rumbo sería cumplir todo lo que propone el documento inicial de la Reserva de la Biosfera, los objetivos que entonces se marcaron, todavía hoy son actuales. Los criterios de sostenibilidad que se trazaron, apostando por la calidad y no por la cantidad de visitantes, son indiscutibles. Lanzarote necesita visitantes que buscan en el destino algo distinto, que no llegan por casualidad sino convencidos e informados del lugar al que llegan. La estrategia de promoción actual destinada a conseguir mayor calidad de visitantes, está en línea con el objetivo que persiguen las empresas de diversificar la economía. No podemos seguir apostando por el turismo como único pilar de nuestra economía. Diversificar es la clave, pero para ello necesitamos mejor gestión municipal, que no se pongan obstáculos para desarrollar economías complementarias, trabas en las licencias, en las normativas y en la ordenación del suelo.

Comentarios

RESERVA DE LA BIOSFERA DICEN, PARA QUIEN Y DONDE, EN MONTAÑA BLANCA Y GUIME LOS BUGUIES, DESTROZAN LAS MONTAÑAS HACIENDO CAMINOS NUEVOS Y CARRETERAS EN LAS LADERAS DE LAS MONTAÑAS, ETC. LOS 4X4 Y LOS RALLYES, DESTROZAN EL PAISAJE Y LA AGRICULTURA, EN POLVILLANDO LOS ENARENADOS, Y DICEN QUE ES BONITA ISLA DE LA RESERVA, DESE UN PASEO POR ESTAS ZONAS, DE 10 A 4 Y VERÁN QUE ESPECTÁCULO, DE POLVO Y LAS MACHACADORAS, ETC. ETC.
La madia verde siempre da lecciones de lo que no se debe hacer pero luego es la que mas se lucra de eso que no se debe hacer, Que autoridad moral tiene para hablar el señor perez parrilla que durante decadas fue el socio de dimas? El gran saqueador de la isla, de lls CACT, de Inalsa, del patronato de turismo, del vertedero de zonzamas que estuvieron a punto de arruinar tb? Menos lecciones Y señor meca, cierre su bocaza, un señorito como usted que jamas ha trabajado en otra cosa que [...] en la fcm y haciendo biñetas injuriantes y calumniosas no puede ilustrar a nadie sobre nada!!!!
Esta campaña política contra la Reserva de la Biosfera es lamentable.
Esto se hunde... los políticos, mangantes y mamporreros primero. Los demás con cara de gilipollas al quedarse sin futuro. Lo han esquilmado todo.
Exceptuando el archipiélago chinijo?? Pero si quieren ampliar el pueblo de caleta de Famara por la costa ,frente a la depuradora hasta la playa del perejil ,así consta en el plano que presentan en el PRUG esperando pasarlo desapercibido y una vez que lo aprueben todos los organismos que lo protegen quedarán invalidados...firma en Chante.org : Famara en peligro
Basta con sacar fotos de los edificios sin terminar, con ocupas y grafitis, a 2 pasos de la Casa del rey, de las nuevas construcciones que destruyen el paisaje, de la falta de transporte publico que obliga a que haya cada vez mas coches, etc para ver que lo de Reserva de la Biosfera es sólo un eslogan publicitario.

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