SOCIEDAD

Baños adaptados “inaccesibles”

Personas con diversidad funcional denuncian los obstáculos para acceder a los baños adaptados o las plazas de parking reservadas

M.J. Lahora 1 COMENTARIOS 20/09/2018 - 07:32

Durante un debate sobre la accesibilidad en la Isla con la intervención de los protagonistas, las personas con diversidad funcional, la conclusión que se alcanza es que las medidas para eliminar las barreras no resultan tan eficaces como inicialmente se piensa. Baños accesibles que no se pueden abrir o cerrar, inhabilitados por su pésima ubicación o convertidos en almacén. Lo mismo pasa con las plazas de aparcamiento que son ocupadas por otros usuarios o son inaccesibles para sillas de ruedas si el espacio habilitado no es el adecuado para maniobrar.

Así lo relata Olga Bethencourt, que ha tenido que ir adaptándose a las necesidades de su cuerpo según progresaba su enfermedad. Entre las barreras con las que se topó está el acceso a su vivienda de Arrieta, que tuvo que acondicionar. Más tarde solicitó contar con baños adaptados en centros socioculturales, que continúan siendo una asignatura pendiente porque se convierten en almacenes improvisados, se obstaculizan con el escenario en grandes eventos o están cerrados y las llaves se encuentran fuera de su alcance.

Más tarde fue a solicitar la plaza de aparcamiento para dicapacitados, tuvo problemas con otros vehículos por las dimensiones de la misma y no le quedó más remedio que pedir que se ampliasen las líneas que la delimitan. También consiguió contar con plaza de parking en los lugares públicos pero cada vez que va a aparcar está ocupada o le ponen un obstáculo que le impide acceder al coche. Por ello, solicita “mayor conciencia a los conductores y que no nos limiten más de lo ya nos tienen limitados” en los lugares habilitados y baños adaptados. “Esto no es un privilegio, es una necesidad”, destaca Olga.

La presidenta de la Asociación de Esclerosis Múltiple (Alanem), Monique Meine, incide también en la “inaccesibilidad de los baños adaptados: “El 60 por ciento de los mismos tienen puertas tan pesadas que es imposible entrar en ellos”. Ella dice que echa de menos un portal web para exponer qué es lo que necesitan las personas con discapacidad y más campañas de sensibilización para cambiar la percepción desde dentro.

También los trabajadores sociales pudieron exponer sus experiencias en el trabajo con las personas con diversidad funcional. Cecilia es intérprete de lengua de signos y colaboradora de Frater (Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad), asegura que uno de los grandes problemas en la accesibilidad es que “no se les ha preguntado a los involucrados por cuál es la mejor forma para adaptarse a sus necesidades”. Como intérprete de lengua signos quiere destacar que la “sordera es la incapacidad más invisible porque intervienen dos fases de invisibilidad: no te das cuenta de que la persona es sorda hasta que te avisa de ello y después la dejas de hablar porque crees que no váis a poder comunicaros”. Para la convivencia social es importante aprender a ceder, añade. También comenta el caso de un bar que decidió habilitar un baño adaptado en el sótano, después de cincuenta escalones.

Liliana López es la presidenta de Frater Canarias, que celebró su colonia de verano en la Isla. Señala los inconvenientes con los que se han topado en su viaje: un elevador eléctrico al que sólo se podrá acceder sorteando una escalera de cuatro escalones, “por lo que no se puede acceder a no ser que tengas silla manual y te cojan en peso, pero no siempre hay personas ahí que te ayuden. De tratarse de una silla de ruedas eléctrica no podría acceder, en cualquier caso se descarta la autonomía personal y la integración”. Según comenta, en esta actuación han tenido problemas para conseguir la autorización de la Dirección General de Costas, “pero si no es este organismo el que pone el problema te lo pone Patrimonio Histórico”, añade.

Así, considera que en ocasiones los problemas burocráticos o las disputas entre administraciones impiden avanzar en la accesibilidad por las limitaciones establecidas por departamentos como Costas o Patrimonio Histórico para habilitar más zonas accesibles en un debate en el que debería primar el derecho universal de accesibilidad.

Y siguiendo con la teoría de los baños adaptados, explica desde su vivencia que “en el aeropuerto de Lanzarote se han gastado un dineral en ello y ponen en la puerta un tipo de cerradura que, además de que se habrá estropeado con el uso, yo misma no puedo cerrar. A lo que se suma la ubicación de la papelera alejada de la taza y un tema importante: el botón de alarma. De qué sirve contar con él si te lo ponen a una distancia que no podemos alcanzar. Son detalles con los que queremos hacer una llamada de atención”, enfatiza. En cuanto a los lugares turísticos, comenta la dificultad de acceder al Puente de las Bolas para lo que solicita un camino más accesible.

Una de las recriminaciones que realiza en materia urbanística es la moda de adoquinar los cascos históricos. “Es una idiotez poner adoquines nuevos con los que nos vamos a matar todos, y han puesto los bloques al revés”. Y no sólo para las personas de movilidad reducida sino para todos esos padres que tienen que pasear con los cochecitos de sus hijos. También hay numerosos lugares con plataformas elevadoras que no funcionan. Al respecto, recuerda la importancia de garantizar el mantenimiento de todas estas herramientas al servicio de la accesibilidad, al igual que en el transporte público.

Liliana explica que Frater Canarias lleva en el Archipiélago 50 años para ofrecer el acompañamiento a las personas con diversidad funcional en ese proceso de descubrir sus capacidades y dotarles de las herramientas para que sean protagonistas de su vida, así como darles a conocer sus derechos y reclamarlos. En la colonia han participado miembros de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife. En total, 43 personas que han podido comprobar in situ los avances en materia de accesibilidad de la Isla, pero también los obstáculos que aún permanecen para el desarrollo de una Ley de Accesibilidad, que recuerdan que es de obligado cumplimiento. “La accesibilidad no es poner un pegote de cemento en una acera”, enfatiza Liliana.


Foto: Manolo de la Hoz.

Comentarios

Sólo habría que sentarse en su silla y probar un día solo. Un día solo para darse cuenta de que lo que piden es más que sensato, razonable y justo.

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