SOCIEDAD

Así vive la pandemia un lanzaroteño en Alemania: “Se da por hecho que los eventos multitudinarios se cancelarán todo el año”

La principal diferencia del confinamiento es que se permite salir, “solo o con la persona con la que convivas, para caminar, manteniendo una distancia mínima con otras personas, o correr”

Denis García, en el vacío metro de Berlín.
M. Riveiro 0 COMENTARIOS 11/04/2020 - 09:22

Denis García es el representante de la Sociedad de Promoción Exterior de Lanzarote para el centro y este de Europa. Desde hace semanas ha cambiado la embajada de España en Berlín, rodeada del frondoso parque de Tiegarten, por el teletrabajo desde casa. A principios de abril, la canciller alemana, Angela Merkel, anunció que, de acuerdo con los primeros ministros de los 16 Länder, se mantendrían las medidas de restricción de movimientos y cierre de negocios hasta después de Semana Santa, al menos hasta el 19 de abril.

Denis anota ciertas diferencias con España: “A nivel político es diferente, las decisiones no están centralizadas en una sola persona, algo prohibido por los antecedentes históricos, y cada estado federado ha ido adoptando la declaración de emergencia”. De esta manera, las medidas no han sido uniformes en todo el país. En líneas generales, el confinamiento en Alemania “no es exactamente igual al de España, no es total y absoluto”, explica.

La principal diferencia es que se permite salir, por ejemplo en Berlín, “solo o con la persona con la que convivas, pero no puedes pararte en ningún lado ni sentarte en un banco, pero sí caminar, manteniendo una distancia mínima con otras personas, o correr”. El virólogo Christian Drosten es la voz autorizada en la crisis del coronavirus en Alemania y dice que el ejercicio físico “fortalece el sistema inmunológico”.

Alemania, con 82 millones de habitantes, es el quinto país con más contagiados del mundo, solo por detrás de Estados Unidos, España, Italia y Francia, y por delante de China, según la Universidad John Hopkins. También es de los países con un menor índice de mortalidad. Hasta este sábado por la mañana, apenas 2.736 personas de más de 122.000 contagios.

Una de las posibles razones, advierte Denis, es que “se están haciendo muchísimos test”, lo que se ha demostrado que ayuda a controlar la propagación de casos. En efecto, este pasado miércoles, el Ministerio de Sanidad alemán informó de que había practicado un millón de test de la Covid-19. Eso significa 10,02 test por cada mil personas, una de las tasas más elevadas del mundo, por encima de Corea del Sur, que se pone como ejemplo de buena praxis en el control de la pandemia.

Otro factor relevante: antes de la pandemia, Alemania tenía 28.000 camas para cuidados intensivos, que se han ampliado hasta las 40.000 para hacer frente al coronavirus, con el mayor ratio por población de Europa.

Además de dedicarse a la promoción turística, Denis García (Lanzarote, 1980) es un amante de la música electrónica. En Alemania ha creado su propio sello discográfico, Cochlea Music. Berlín no es solo capital de Alemania sino también del house y el techno, y las consecuencias del pronóstico del virólogo Drosten, que estima que “los eventos sociales multitudinarios van a estar cancelados hasta final de año”, pueden ser catastróficas para su industria cultural.

“Los festivales, conciertos y clubes en Berlín son un negocio que mueve 1.500 millones de euros al año”, explica Denis, quien detalla que el Gobierno está empezando a dar las primeras subvenciones a autónomos y pequeñas empresas que trabajen en el ámbito cultural, con ayudas de hasta 15.000 euros. En Alemania, los expertos “temen que haya un nuevo brote en otoño”, lo que arroja un jarro de incertidumbre sobre la evolución de la pandemia.

Turismo y mascarillas

Alemania es el primer mercado emisor de visitantes para Fuerteventura (688.725 en 2019 pero se llegaron a superar los 877.000 dos años antes) y el tercero para Lanzarote (305.775 el año pasado), aunque históricamente ha sido el segundo, por delante de Irlanda, que en el último ejercicio se situó por delante. “Hablar de turismo ahora mismo es complicado”, dice Denis con cautela. Alemania todavía está repatriando a sus ciudadanos desde países lejanos. 

El sector está bastante delicado: el gigante TUI ha tenido que agarrarse a un crédito gubernamental de 1.800 millones de euros, se baraja que el Gobierno alemán rescate a Lufthansa, el Ejecutivo ha propuesto a Europa que en vez de reembolsar las vacaciones ya pagadas las compañías puedan emitir unos bonos a canjear hasta final del año próximo y los turoperadores alemanes, como FTI, han postergado el pago a los hoteles del último trimestre.

Denis no ha podido conseguir mascarillas en Berlín: “Está todo agotado”. Se trata de un elemento de protección que los gobiernos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya valoran introducir en la vida cotidiana una vez se levanten las actuales medidas de confinamiento.

De hecho, la comunidad investigadora Leopoldina, una institución de referencia en Alemania, vincula en un informe sobre el coronavirus el uso masivo de mascarillas en los espacios públicos con la relajación de las actuales restricciones a la vida social y la actividad económica. Un científico apuesta por la cobertura de la boca y la nariz como un requisito en el futuro inmediato. "La mascarilla debe convertirse en un nuevo estándar social", asegura.

Denis tuvo que pedir las mascarillas en Amazon: “Se supone que me llegan a finales de abril. No sabía si entonces serían necesarias, pero por si acaso”. No andaba desencaminado.

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