Entre 2010 y 2014, el aeropuerto de Guacimeta obtuvo unos beneficios que rozan los 90 millones de euros. En ese tiempo se convirtió en el sexto aeropuerto más rentable de España, y ese año, 2014, el beneficio fue de 36 millones, con unos ingresos de 65, de los que más de 17 son por actividades comerciales. La actitud de Aeropuertos y Navegación Aérea (Aena), sin embargo, no ha sido la de destinar esos beneficios a mejorar el centro de trabajo en el que se producen.

Además de pleitear contra el Ayuntamiento de San Bartolomé por negarse a pagar impuestos por la basura o el aparcamiento, su política laboral no ha hecho más que empeorar en los últimos años. Guacimeta es el centro de trabajo que reúne a más trabajadores de toda la isla, con más de medio millar, pero la precariedad laboral ha aumentado en la misma dirección que los beneficios.

Aena, que sacó a Bolsa el 49 por ciento de la empresa estatal el año pasado, saca a concurso casi todos los servicios, y cada vez por menos dinero, así que el ahorro en esos concursos los paga el trabajador. Un ejemplo claro es el servicio de Informática, adjudicado a Indra, y en el que esa empresa acaba subcontratando a otras empresas. En el servicio trabajan actualmente siete personas que pertenecen a tres empresas distintas: una lleva sistemas, otra lleva redes y otra lleva UCA, el sistema compartido de la compañía.

Con cada contrato que se hace los trabajadores ven cómo bajan sus sueldos. En 2014 les recortaron casi el cuarenta por ciento del salario, pasando de cobrar 1.200 euros a cobrar 824, y una de las empresas, además, abandonó el servicio dejando sin pagar dos mensualidades. Cada empresa que llega, o baja el salario o disminuye la plantilla, o hace ambas cosas.

Aena ha sacado a concurso en el aeropuerto casi todo: las cintas transportadoras, el aire acondicionado, el control de accesos, el mantenimiento de los aviones, el mantenimiento de las comunicaciones del recinto, el aparcamiento, la jardinería, la electricidad, la desaladora, los equipos contra incendios, la limpieza, las pasarelas o la recogida de carritos. Cada uno de estos servicios es un concurso público y muchas de las empresas que operan son filiales de grandes empresas españolas o de multinacionales.

Mientras los beneficios suben, en Guacimeta se han generalizado los contratos por horas y el salario mínimo interprofesional. “Hay una dificultad para la acción sindical, y es que muchos no son trabajadores de Aena”, dice Ramón Pérez Farray, de Comisiones Obreras. “Si las trabajadoras de limpieza estuviesen con el convenio de Aena, cobrarían 14.000 euros más al año”, asegura.

“Si las trabajadoras de limpieza estuviesen con el convenio de Aena, cobrarían 14.000 euros más al año”

También han separado algunas tareas. Antes, la empresa llevaba los carritos, y ahora eso lo hace una empresa distinta, aunque fue al segundo intento porque el concurso salió con unas condiciones tan malas que no se presentó ninguna empresa, y tuvieron que subir las cantidades.

La empresa de limpieza lleva 23 años trabajando en Guacimeta y aplica el convenio provincial, por el que es obligatoria la subrogación de los trabajadores, pero en otros casos no pasa eso. En aquellos sectores que tienen un convenio donde no se recoge la subrogación, sacan el concurso sin que la nueva empresa tenga que asumir a los trabajadores, y después contratan a personal por obra y servicios que ni tiene derechos adquiridos ni antigüedad, según denuncia CC.OO. Esto les permite ir abaratando cada concurso años tras año.

En ocasiones, asegura Comisiones, incluso llega a haber doble subcontratación y “aplican el convenio que quieren, firmando convenios de empresa con el salario mínimo interprofesional, que permite la reforma laboral aprobada por el Gobierno”.

Según Pérez Farray, a un trabajador le acaba dando las órdenes otro que no es de su empresa y eso es “una cesión ilegal de trabajadores”. Otro caso que se da es que algunos grupos empresariales crean diversas empresas para prestar servicios, como el Grupo Initial: “Crea empresas distintas y firma un convenio de empresa por debajo de las condiciones del convenio del sector”, destaca Pérez Farray, que asegura que “en algunos casos echan a personal sólo por amedrentar, sin motivo alguno, y Aena no interviene, cuando debería intervenir”. También hay trabajadores con dos convenios distintos y con condiciones que rozan la esclavitud, como pagar 0,54 euros por hora extra.