ENTREVISTA | ADONAY BERMÚDEZ

“Las administraciones locales no saben lidiar con proyectos como Dörffi”

"La línea que seguimos es mezclar artistas locales con otros de cualquier parte del mundo, que presenten proyectos que no se hayan visto en otros foros insulares, y fomentar el debate de las problemáticas de la sociedad contemporánea a través del arte"

Foto: Manolo de la Hoz.
Lourdes Bermejo 0 COMENTARIOS 15/04/2018 - 08:43

Lanzarote, 1985. Ha comisariado exposiciones para ArtPace San Antonio (EEUU), MUDAS Museu de Arte Contemporânea da Madeira (Portugal), el Museo de Arte Moderno Chiloé (Chile), Centro de Cultura Digital (México), TEA Tenerife Espacio de las Artes (España), Centre del Carme (España), Centro de Arte Contemporáneo de Quito (Ecuador), ExTeresa Arte Actual (México), Museo de Arte Moderno de Santo Domingo (República Dominicana) o EspaiRambleta (España), entre otros. Es director del Festival Internacional de Videoarte ‘Entre islas’, comisario invitado de PlanoLisboa 2016, comisario en 2018 del Contemporary Art Month (EEUU) y director de Espacio Dörffi. Ha publicado dos libros: ‘Penumbra’ (Micromegas, 2017) y ‘Los Dictadores (el poder subversivo del arte)’ (Vortex, 2015).

-Espacio Dörffi cumplirá pronto siete meses. ¿Qué balance hace?

-Tengo un sabor agridulce porque, por un lado, la experiencia es como dirigir un pequeño museo. Me ha hecho aprender tanto y tan deprisa que es como si hubiera hecho un doctorado. Hay que tener en cuenta que me encargo en solitario de las exposiciones, programación de conferencias, talleres, convenios, cuidar el discurso con el contexto social, visibilidad exterior, la residencia artística Al Jallo y hasta prensa. Lo curioso es que hemos tenido un amplio reconocimiento del sector, pero fuera de Canarias. Parece que aquí no valoramos lo que tenemos cerca. El punto agrio es constatar que el Espacio podría aportar mucho más si nos uniéramos todos, instituciones y mundo artístico, pero me temo que las administraciones no están acostumbradas a lidiar con este tipo de proyectos ‘non profit’ (sin ánimo de lucro), que proliferan en ciudades como Londres, Nueva York o Berlín, pero del que no hay antecedentes en Lanzarote.

-¿Qué tipo de colaboración busca de las administraciones?

-Yo me quedaría encantado si, simplemente, se incluyera Espacio Dörffi en las herramientas de difusión cultural que tienen los ayuntamientos, por ejemplo, pero parece que los gestores públicos, ante el desconocimiento, prefieren no interactuar para no meter la pata. He hablado con responsables de cultura municipales y ofrezco incluso que se aproveche la visita de los artistas con los que trabajamos, pero son muy reacios. También hay que entender que los departamentos están saturados de trabajo y cuentan con muy poco personal.

-Como otros tantos solicitantes, tuvo que renunciar a la subvención del Cabildo a proyectos culturales. ¿Cuál fue el problema?

- Principalmente que hubo modificaciones en los parámetros de puntuación, que conocí cuando ya no había capacidad de reacción. En la convocatoria de 2017 se convocaron ayudas porcentuales, nunca del cien por cien del proyecto, y además con solicitud de justificación del montante total del mismo. Eso se unió a la tardanza en publicar las concesiones definitivas, en diciembre, lo que me hizo imposible reconducir el proyecto. No obstante, el mecanismo de subvenciones abiertas me parece el más interesante, el más justo, puesto que da la misma oportunidad a todo el mundo, y el que puede ayudar, si se da el debido nivel de calidad y volumen, a cimentar una buena industria cultural en Lanzarote. Creo que hay intención de mejorar estos protocolos porque hay que tener en cuenta el perfil de los solicitantes, en su mayoría entidades no empresariales y sin poder adquisitivo, por lo que no pueden asumir el adelanto de la inversión.

-En ocasiones ha sido muy crítico con la gestión del arte contemporáneo en la Isla. ¿En qué momento se encuentra el sector?

-La verdad es que ha mejorado en los últimos años y se nota que las administraciones se han puesto las pilas. La Bienal, que organiza el MIAC Castillo de San José ha sido muy superior a la anterior. Eso sí, la propuesta museística todavía deja mucho que desear. Por poner un ejemplo, diré que el MIAC lleva siete años sin exponer a mujeres de manera individual, lo que va contra la Ley de igualdad y las buenas prácticas aplicadas al arte. La propia organización MAV (Mujeres en las Artes Visuales) lo ha denunciado públicamente. Espero que esta situación se reconduzca y pronto veamos a una artista con coherencia y buen discurso artístico en el Museo de Arte Contemporáneo.

-Explique qué es Dörffi y qué filosofía sigue.

-Es un espacio completamente privado, pero más en la línea de un centro cultural. No se busca beneficio, sino autofinanciarse generando un contexto artístico. Ya hemos realizado más de veinte acciones desde su apertura. La línea que seguimos es, partiendo siempre de un alto nivel de calidad, mezclar artistas locales con otros de cualquier parte del mundo, que presenten proyectos que no se hayan visto en otros foros insulares y fomentar el debate de las problemáticas de la sociedad contemporánea a través del arte. Ya hemos tratado sobre el turismo, la política, la educación y, ahora, abordaremos el feminismo, a través de la instalación de Gema Rupérez (Zaragoza, 1982).

-En qué consiste ‘Missed call’

-La artista ha publicado en la sección de contactos de un periódico regional un anuncio por palabras con un extracto de un poema de Alfonsina Storni. La frase es ‘Mi lecho se esconde, susurra, gime y ruega’, poesía pura en contraposición con la sordidez del mundo de la prostitución. Las páginas del periódico se pintan de negro, respetando únicamente las palabras del anuncio, incluyendo el número de teléfono habilitado para recibir llamadas de clientes. La instalación cuelga todas las páginas del diario y además, incluye una pieza donde está sonando en directo el teléfono, para escuchar las llamadas entrantes; y otra con el vídeo grabado cuando la autora fue a poner el anuncio, en un periódico de Zaragoza, que exigía el DNI y acudir en persona a dictar el texto. La muestra estará un mes y las piezas se venden juntas o por separado.

-Llama la atención que un coleccionista pueda adquirir una instalación completa de estas características. ¿En Lanzarote se da el coleccionismo de arte?

-Hay tres o cuatro coleccionistas de muy alto nivel, pero en este ámbito, me hace especialmente feliz que Dörffi esté despertando vocaciones y se vaya viendo a pequeños coleccionistas que, exposición tras exposición, adquieren piezas asequibles, de 80, 200 o 400 euros.

-Empieza ahora una colaboración con la Fundación César Manrique.

-Sí, ha sido la única entidad local que me ha ayudado desde el principio y, ahora, prestará apoyo logístico en las tres próximas exposiciones programadas hasta finales del verano: la de Gema Rupérez, otra colectiva comisariada por la tinerfeña Dalia de la Rosa y una individual de Bel Fullana, de Mallorca. La FCM siempre ha mostrado un apoyo decidido con Espacio Dörffi, ya sea recibiendo a los comisarios o artistas que invitamos, como haciendo intercambios con profesionales del sector.