- ¿Qué es Ecodes?

- Es una Fundación independiente. Explicaré lo que somos a partir de lo que hacemos. Estamos trabajando en 17 ciudades españolas sobre la pobreza energética. Buscamos el bienestar para todas las personas dentro de los límites del Planeta y nos gustaría un mundo donde esté equilibrado lo verde con lo económico y lo social. Hemos entendido que se trata de construir una economía que haga las paces con la ecología.

- Que el objetivo sea que las personas vivan en condiciones dignas...

- Algo hemos hecho mal en el movimiento ambientalista si la gente no percibe que defendemos al ser humano, principalmente, y no solo a los pájaros o los patos. Buscamos la conexión con las empresas y las administraciones públicas porque buscamos cómplices para una economía más responsable.

- ¿Y también atraer a quien no está de acuerdo?

- La sociedad funciona por imitación, y es importante movilizar a los pioneros, porque el cambio funciona cuando se mueve un dos o un tres por ciento. Nos esforzamos y estamos presentes en el consejo social de Inditex o el panel de expertos de Meliá, y en otros sitios, gubernamentales y Ongs, muy diversos. Por eso estamos ahí, porque pensamos que para cambiar las cosas, es clave el concurso de los tres sectores: empresas, Ongs e instituciones. Trabajamos de forma muy focalizada en el cambio climático, en políticas públicas, mecanismos de mercado y el cambio cultural.

- Seguro que ha habido críticas o recelos por colaborar con esas empresas.

- Todo tiene que ver con el diagnóstico que uno haga. Estamos convencidos de que estamos en una crisis muy profunda. Hay un informe científico reciente que dice que se está modificando la corriente del Golfo. Con nuestro modelo de producción y consumo hemos vuelto loco el clima y tendríamos que rehacerlo, que es una tarea no humana, pero que nos toca a esta generación porque ya lo sabemos y podemos hacerlo, y si no lo hacemos la generación siguiente no va a poder. Como pasa con la salud, que si dejas pasar tiempo sin hacer nada te dicen que no hay remedio. Ese diagnóstico nos lleva a plantear que necesitamos mover a las grandes ballenas económicas y apoyar el cambio disruptivo porque hacen falta cambios más drásticos.

- Pero esas grandes ballenas económicas lo son precisamente por moverse con unas lógicas de maximizar el beneficio...

- Si no cambiamos el sentido del para qué de la empresa, esto no tiene solución. Si seguimos pensando que la empresa está para maximizar el interés del accionista y punto, esto no tiene solución. En España hay medio millón de personas contratadas por el sector no lucrativo, tres millones por el sector público y 15 por el privado. Si hay que hacer una revolución, no lo vamos a hacer solo entre las Ongs y los funcionarios. Para eso hay que repensar el papel de las empresas… Las escuelas de negocios están llenas de cursos sobre cómo hacer algo, cómo obtener más beneficios, pero hay poca reflexión de para qué. Estamos ante el nacimiento de otro modelo de empresa que plantea que hay que usar el poder de los negocios para solucionar problemas ambientales.

- ¿Hay algún atisbo que permita ser optimista, que puede haber cambio?

- En temas ambientales hay cambios importantes. Vamos a asistir a la revolución de la electromovilidad, en parte porque es inaceptable que respiremos veneno en las ciudades. En España mueren al año 24.000 personas por la contaminación, en accidente de tráfico, 1.800, y seguimos dejando que eso ocurra. Volvo ha decidido que a partir de 2019 sólo hará coches eléctricos o híbridos. China ya ha decidido pasar el año que viene al ocho por ciento de coches eléctricos y luego al diez… En España nos estamos quedando retrasados, estúpidamente, porque somos un país productor de coches.

- Igual que con el cambio de modelo energético.

- Vamos lentos y hemos perdido el tiempo. En los últimos diez años, en el mundo se han instalado placas solares en todos los países y aquí nos hemos quedado despilfarrando y destruyendo ese sector. Habría que aprovechar una oportunidad con cambios sustanciales, por ejemplo de fiscalidad: quien contamina paga, y poniendo impuestos especiales a los combustibles fósiles y que de ahí salga el dinero para el gran cambio.

- El verdadero poder, que es el económico, se resiste a los cambios.

- Pero quizá dentro de los poderes económicos hay diferencias. No es lo mismo el sector de combustibles fósiles que las compañías eléctricas, ni las financieras que saben que invertir en el carbón es perder dinero. Muchas veces los poderes económicos procuran retrasar los cambios pero el viento ha rolado. El viento de la sostenibilidad es imparable, el que no camine en esa dirección no tendrá futuro.

- ¿Las reservas de la Biosfera pueden servir como modelo para el cambio?

- Durante años hemos estado en un modelo económico en el que lo que le iba bien a la economía le iba mal a la naturaleza, y esto no puede ser. Nos cargamos el sustento de la economía. .Dónde está la ganancia? Hay que reordenar el modelo de negocio, hemos de hacer las paces entre la economía y la ecología y hacer un modelo de desarrollo bueno para nosotros y para el Planeta.

- Cuando explica la responsabilidad social corporativa, ¿los empresarios lo entienden y sólo quieren conseguir una etiqueta más?

- Hay dos maneras de entender esto, una light que sería la de qué hago yo con una parte de los beneficios que obtengo, y la otra es cómo hago yo mis beneficios. Y al cuestionarme esto y las consecuencias de lo que hago, es donde aplico o no mi responsabilidad.

- Hablando de consumo responsable, hay personas que por su nivel de ingresos ni siquiera se pueden permitir elegir.

- Para que el consumidor pueda actuar con responsabilidad tiene que estar informado, en primer lugar. También tiene que poder comprar lo que quiera en su entorno o por el precio, y tiene que querer. Mi impresión es que avanzamos, pero en Europa avanzan más. En Europa, el ochenta por ciento de las viviendas compraron productos ecológicos, y en España es la mitad. El gasto en comercio justo por persona es de 11 euros en Europa, de 44 en Suiza y de 0,86 en España.

- En realidad, lo más responsable es consumir lo menos posible...

- Totalmente de acuerdo. Hemos llegado a un modelo estúpido y tenemos que recuperar la cordura y construir un modelo de desarrollo que no esté reñido con la vida. Estamos viviendo tres grandes rupturas. Entre la economía y la ecología, entre nosotros y los otros, y otra con nosotros mismos. En el año 2000 hubo más muertes por suicidios que por delincuencia, accidentes de tráfico y guerras, todos juntos. Es un indicador de que algo va mal también dentro de nosotros. Estamos obligados a construir una sociedad de forma colectiva. El programa electoral de la humanidad es el que aprobamos en 2015 con el Acuerdo de París y los objetivos de desarrollo sostenible. Trump dice que no hay problema ni solución común, que primero América. La gente decente debemos decir que tenemos un problema común, enorme, y tenemos que hacer ese cambio y hacerlo rápido.