La idea se le ocurrió a Giulia Ballarin una tarde en la playa de Famara. Había arreglado una furgoneta para poder dormir en ella y pensó que a la gente le gustaría poder disfrutar de esa experiencia. Buscó en la página de Airbnb y vio que había un apartado para caravanas. El primer mes solo ganó 150 euros, pero después la cosa fue mejorando y fue comprando otras furgonetas y alquilándolas. Ahora también alquila habitaciones en su casa de la Villa de Teguise.

Quiso volcar esa experiencia personal en su Trabajo de Fin de Grado de la Escuela Universitaria de Turismo de Lanzarote y así nació El mundo de la sharing economy: acciones claves y estrategias de content marketing para la creación de valor, cuya tutora fue Deybbi Cuéllar Molina. Dice Giulia que el trabajo se centra más, en realidad, en el content marketing, en la importancia de los contenidos que se suben a las redes sociales, como Facebook o Instagram, para promocionar un negocio.

En el trabajo, a partir del estudio de su propia experiencia, propone acciones útiles para cualquier pequeño emprendedor para “crear una propuesta con unos contenidos capaces de generar valor e interés en el público, garantizando visibilidad y éxito”. También plantea recomendaciones para crear el anuncio perfecto, “atraer así a más consumidores, generar tráfico de informaciones y feedback positivos”.

En su caso, los visitantes que llegan a la furgoneta reciben en su móvil “un mapa del tesoro” con toda la información disponible de lugares qué ver, dónde dormir, restaurantes, rutas de trekking, surf, etc. El perfil medio del usuario es el de parejas jóvenes europeas, pero también hay familias, como una que estaba dando al vuelta al mundo y gente de otros lugares, como la actriz americana Anna Sophia Robb. “Esto te permite conocer gente muy interesante”, dice.

La mayoría de los contenidos, hoy, son historias. Resalta que la imagen, las fotos, son muy importantes. Después hay una parte en que la página se promociona sola, con los contenidos que suben los usuarios, las fotos en la furgoneta, los comentarios... También organiza concursos en los que regala días de estancia a la historia con más likes.

Entre las estrategias de content marketing que utilizó está la de integrar un diario o logbook, con información sobre ella y sobre la Isla, y donde se dejan comentarios y consejos para los siguientes recomendando lugares, restaurantes y actividades que encontraron interesantes y positivas.

También creó un símbolo propio y una página de instagram (@homeiswhereyouparkitfriend) para reunir a todos los usuarios y sus imágenes compartidas en una sección creada específicamente para eso. Asegura que la presencia de la Isla en las redes es muy buena y que se está poniendo de moda para el turismo joven porque llegan muchos influencers: “Lanzarote es súper instagramabile”, dice.

Para que el alojamiento funcione en las redes es muy importante ser buen anfitrión y que el cliente se vaya satisfecho. “La satisfacción debe ser lo principal, todo debe estar enfocado en el cliente”, asegura. En ese sentido, señala que todo el tiempo se está bajo evaluación porque un comentario negativo en las redes puede ser muy dañino. Sobre Airbnb dice que para ella fue la clave que le permitió empezar pero que ahora apenas trabaja ya con esta plataforma y cree que es una oportunidad “para montar tu propio negocio”.

Entre los factores de éxito de las nuevas plataformas de economía colaborativa cita, en su trabajo, la competitividad de los precios, diversificación de la oferta, que el turista “se siente como en casa y que valora y pone mucha atención en la autenticidad de la experiencia. “El turista moderno quiere experimentar y vivir los destinos como un local, vivir la cotidianidad y conocer de cerca la cultura de la zona. Vivir y ser protagonista de sus viajes”.

Página web de Rentyourcampervanlanzarote.com

“La difusión de plataforma de 'sharing economy' no debe verse como un obstáculo o una amenaza para los actores tradicionales del sector turístico”, señala

Como conclusiones de su trabajo, señala que “estamos asistiendo a un cambio radical del sector turístico, que se ha visto obligado a adaptar su oferta” por el nacimiento de estas plataformas. “Aunque hoy se cuestiona la viabilidad y legalidad de estas plataformas -asegura- y muchas son las críticas y los problemas sobre el impacto del fenómeno, hay que tener en cuenta también los beneficios que las plataformas de economía colaborativa están trayendo al sistema turístico, no solo desde el punto de vista económico (creación de nuevos empleos, diversificación de la oferta turística, ingreso directo a la comunidad local) sino también social y cultural (mayor predisposición al sentido de comunidad, difusión de un turismo más auténtico y real, enfoque en la calidad de la experiencia de viaje), así como ambiental (valorización de los recursos no utilizados, conciencia de la problemas ambientales)”.

“La difusión de plataformas de sharing economy no debe verse como un obstáculo o una amenaza para los actores tradicionales del sector turístico”, asegura. Por el contrario, añade, “ellos deben interpretar ese fenómeno como un estímulo para el cambio y la mejora, y por qué no a la cooperación, para crear una oferta de turismo completa, permitiendo a los visitantes que se beneficien del destino ‘trescientos sesenta grados’”.