En Lanzarote hay unos 120 guías turísticos que dan la cara cada año ante cientos de miles de turistas. El 21 de febrero fue el Día internacional del guía de turismo. Edén Sánchez es vocal de Apit, la asociación de guías de Lanzarote y repasa los problemas en el sector.

-¿Cuál es la situación actual de los guías?

-Desde las instituciones se intenta vender Canarias como un destino de calidad, que a nivel paisajístico es un lugar magnífico, y que se ve mejorado cuando se le suma el buen hacer de los profesionales del turismo. Para ser guía hay que pasar un examen muy exigente y hay que tener un título de FP o un Grado de cuatro años y te exigen como mínimo dos idiomas. Canarias pide esta habilitación mientras otras comunidades han liberalizado esta profesión. Además, hacemos servicios al Patronato de Turismo, que cuando vienen periodistas de fuera pide a un guía que vaya con ellos. También hay que estar habilitado con un programa de calidad, todos los años. Si vamos a los datos, cada compañero recibe al año a unos 10.000 turistas, y si das buena imagen es una gran publicidad a coste cero.

-¿Y esa labor está reconocida?

-Aunque apruebes el examen, nadie te garantiza el puesto de trabajo. Apruebas una oposición pero no una plaza. Lo que nosotros constatamos en los últimos meses es que hay un incremento del intrusismo, de guías no habilitados, y hay una laxitud de los controles de los inspectores de turismo. Solo pedimos que se cumpla la normativa y en Lanzarote sería fácil. Los CACT son del Cabildo y sería tan sencillo como pedir a los guías que entran con esos grupos que muestren su acreditación.

-¿El Cabildo tiene esas competencias?

-La inspección turística viene desde Las Palmas pero el Cabildo podría solicitar esas inspecciones. Nosotros las pedimos pero tardan mucho, y para el Cabildo sería muy fácil detectarlos. En noviembre estuve en Marrakech y en los hoteles y museos hay una hoja en tres idiomas que te advierte de que debes entrar con guías habilitados y te ponen cómo es el carné y las sanciones. Hacer eso no costaría mucho.

-¿Quién contrata a esos guías?

-Trabajan por su cuenta o son empresas pequeñas que ejercen de forma ilegal, pero que también llevan grandes grupos. Lo que queremos es que las autoridades se conciencien del problema. Si tu vendes un destino de calidad y la imagen te la está dando alguien que no está habilitado, estás malvendiendo la Isla. Pierde la Isla y pierde la Seguridad Social porque deja de recaudar. Nosotros estamos dados de alta de autónomos y estos guías trabajan en negro o tienen contratos en fraude de ley. Solo pedimos que se cumpla la normativa.

-¿Estas empresas son de turismo activo y aprovechan para hacer todo tipo de excursiones?

-Sí. Gran parte del territorio de Lanzarote está protegido y hay unos senderos marcados, pero hay empresas que aprovechan la falta de personal de agentes de Medio Ambiente, se inventan unas excursiones alternativas y transitan por zonas donde no se debe ir, y venden una exclusividad. También hay empresas que están registradas y lo hacen bien, como dice la normativa. Los guías somos conscientes de la necesidad de preservar la Isla, y si la Isla se degrada, aquí la gente no viene.

-¿Cómo ha influido el aumento del turismo en la Isla en el trabajo de los guías?

-Vemos que ese mayor volumen no se traduce en más excursiones ni en mejor turismo de calidad. La Isla parece que está cambiando a un turista más de masas, que pone en tela el juicio el modelo de turismo sostenible. Muchos de los que vienen hubieran elegido Túnez, Egipto o Turquía, eran más de sol, playa y pulserita, y se les ha redireccionado aquí.

-¿Cómo influirá en la profesión la cuestión tecnológica, las nuevas aplicaciones?

-Por suerte, ninguna aplicación va a poder sustituir lo que te da un guía, que no solo da información, da una experiencia personal. El guía te involucra, te interpreta el paisaje y te da información más personalizada. Esa no te la da una app. Por suerte no todo esta en Internet: la actualidad, una anécdota, un chismorreo que gusta oír, eso no está en la Red... El guía no solo responde a las preguntas en el momento, también da una cercanía humana. ¡Cuántas veces he visto yo a compañeros ofrecer el brazo para bajar las escaleras de Jameos o vigilar a un niño que han descuidado...! Esa cercanía no te la da una app. Esta es una profesión vocacional. El 99 por ciento de mis compañeros, si ejercen de guías es porque les gusta. Esa pasión no te la da una aplicación.

-Las excursiones en Lanzarote están muy claras, pero ¿aún hay margen para innovar y ofrecer otras?

-Por supuesto. El turismo de la guagua siempre va a estar ahí. En nueve horas puedes ver los centros mas emblemáticos de la Isla con buena información. Si te plantas en coche a las 12 en Timanfaya te comes una cola que no veas... y te la puedes evitar con una vista guiada. Pero el nuevo turismo busca otras cosas, unas especializaciones, como la ornitología, o las queserías o bodegas artesanales, yacimientos arqueológicos… Hay gente que ya está haciendo esas cosas.

“Solo pedimos que se cumpla la normativa y en Lanzarote sería fácil. Los CACT son del Cabildo y sería tan sencillo como pedir a los guías que entran con esos grupos que muestren su acreditación”

-El turismo ha cambiado, los touroperadores ya no tienen tanta importancia y la gente se organiza los viajes por su cuenta. ¿A los guías cómo les afecta esto?

-Con el alquiler de los coches se ve más, pero puede no ir reñido con las excursiones. Yo siempre recomiendo hacer una excursión, un gran tour, que te permite ubicarte y tener unos conocimientos… Después, para ver calas y pueblos, el coche te lo permite. Para ver los CACT yo iría con una excursión organizada. Hay más gente que va por libre ahora y si hicieran primero una excursión se evitarían cosas que vemos, como gente que coge piedras en una zona donde no se puede o se meten por cualquier sitio... En Montaña Colorada y Montaña Negra se están abriendo senderos al tun tun… Si vas con un guía, te va a concienciar de que eso no se puede hacer.

-¿Las tarifas de los guías siguen congeladas?

-Siguen igual. Yo he sido guía correo por Europa, he trabajado en muchos destinos y conozco las condiciones en otros países. No voy a pretender que mi tarifa se equipare a un finlandés, pero es que un guía en Madrid, sin salir de la ciudad, a pie, dobla nuestras tarifas. Hay un miedo a subirlas… como lo de aplicar una ecotasa. Por aplicar una ecotada o subir las tarifas de los guías o los salarios de los chóferes o de las kellys, la gente no va a dejar de venir aquí ni va a dejar de ver Timanfaya o Jameos. Hay que perder ese miedo. Yo he estado con el Patronato de Turismo en la Feria de Bruselas y he tenido que pagar en el hotel 5,80 cada noche de ecotasa, y hablamos de Bruselas, que no es una ciudad muy turística.