“Actualmente, las explotaciones mineras, de forma clara, destruyen el hábitat en El Jable”
Jordi Cortina, profesor de Ecología y restauración de zonas áridas
Jordi Cortina es profesor en la Universidad de Alicante y participó en las Jornadas ‘El Jable, un ecosistema (des)conocido’, organizadas por Desertwatch, con la charla ‘Retos y oportunidades para restaurar El Jable’.
-¿Cuáles son los síntomas o las señales de que un ecosistema está degradado y necesita una restauración?
-De manera muy general, que no sostiene la biodiversidad que podría sostener y que no está proporcionando los servicios ecosistémicos que podría proporcionar. Y por servicios ecosistémicos se entiende desde la fijación de carbono, la protección del suelo, o el control hidrológico, hasta el valor cultural o el valor identitario que tiene ese espacio.
-¿Y cuánto tiempo tiene que pasar o con qué momento anterior hay que comparar un espacio para considerar que está degradado?
-En espacios que están tan antropizados, cuando los humanos han incidido sobre él durante tanto tiempo, decir que se va a recuperar lo que había en el pasado es complicado. Si tenemos un espacio donde se establece una cantera es más fácil porque a corto plazo, después de la perturbación, se puede saber lo que había antes y se puede decidir recuperar este ecosistema. Pero en espacios agrícolas, por ejemplo, donde los humanos han incidido cientos o miles de años, ya no tenemos ni los mismos suelos ni el mismo clima. La interacción con los humanos incluso puede haber mejorado la situación, en cuanto a biodiversidad y servicios. Y tenemos ecosistemas seminaturales o sistemas culturales de alto valor ecológico que son de una biodiversidad, de una integridad ecológica enorme.
-El Jable es un ecosistema peculiar, no es muy grande, pero están todas esas interacciones, desde la agrícola a las extracciones de áridos, que han convivido durante años.
-Depende de la intensidad de ese uso de la tierra y del tipo de uso. Seguramente el sistema agrícola es compatible con una elevada biodiversidad y por eso tenemos un sistema tan extraordinariamente rico. Actualmente, las explotaciones mineras claramente destruyen el hábitat. No soy experto en fauna, pero es posible que la actividad agrícola tradicional pueda favorecer esta elevada biodiversidad. Por eso digo que el objetivo de la restauración no necesariamente es el ecosistema anterior a la presencia humana, que en muchos casos en Europa es casi imposible, sino un ecosistema que, en las condiciones actuales y teniendo en cuenta el pasado cultural y el pasado ecológico, y teniendo en cuenta el futuro también, el cambio climático, sea idóneo.
“La Administración tiene una obligación de educación ambiental con la sociedad”
-¿Hay muchos casos de ecosistemas en los que haya canteras, que sean lugares de extracción y que a su vez estén incluidos dentro de múltiples figuras de protección, como es el caso de El Jable?
-Sorprendentemente, hay bastantes explotaciones mineras en espacios de la Red Natura 2000. En algunos casos pueden ser compatibles unos usos con otros, pero hay que estudiar cada situación y garantizar que la extracción de materiales no va a suponer un deterioro de la condición de los hábitats. En el marco de la Ley Europea de Restauración, que se aprobó en junio pasado, los hábitats que están contemplados en las Directivas europeas Hábitats y Aves, también deberán ser restaurados, si están en estado desfavorable.
-Las canteras tenían una obligación de elaborar un plan de restauración y llevarlo a cabo, pero parece que se ha incumplido de forma generalizada. ¿Cuáles serían los pasos a dar para garantizar la conservación y restauración de estos espacios? Porque, aparentemente se dan: se nombran figuras de protección, se elaboran planes... pero después en la práctica apenas se cumplen.
-Hay que implementarlos. De hecho, hay una obligatoriedad de restaurar los espacios mineros. Tienen su propia legislación, independiente de la ley europea de restauración. Yo no he visto restauración de espacios de huecos mineros en El Jable; debería haberla. No sé si se trata de explotaciones antiguas, previas a la promulgación de la ley que regula la rehabilitación de espacios afectados por actividad minera o posteriores a ésta. En el primer caso, sería responsabilidad de la Administración. En el segundo, de los responsables de la extracción.
-¿Y no sería aconsejable, mientras se estudia el estado de salud general del espacio, suspender cualquier permiso o extracción?
-Totalmente, aunque sólo sea por el principio de precaución. Con la riqueza ecológica que existe, la riqueza cultural de El Jable, debemos tener muy claro cuál es el impacto de una nueva explotación. Antes de dar permiso, necesitamos disponer de suficiente información, porque el impacto es irreversible. Si extinguimos una especie localmente, o no va a ser posible o va a ser mucho más costoso de recuperar.
-¿Puede ser que en contra de El Jable juegue un factor visual? Es decir, El Jable parece un desierto y da la impresión de que se infravalora o no se valora de la misma manera que un bosque o que el paisaje volcánico...
-Creo que la Administración tiene una obligación de educación ambiental, de educar a la sociedad, porque con demasiada frecuencia, no sólo en Lanzarote, sino en muchos sitios de todo el mundo, en zonas secas se confunde desierto con desertificación. Un desierto puede ser un ecosistema absolutamente rico en especies, con unos procesos ecológicos increíbles, unos procesos socioecológicos, con sistemas de captación de precipitación oculta, de utilización de las capas de jable... y eso tiene una riqueza bestial, eso hay que ponerlo en valor. Hay que identificar lo que es degradado. Un hueco minero es una zona degradada, porque se ha perdido parte del sistema y de la capacidad del espacio de sostener un ecosistema, de sostener productividad agrícola, etc. Eso está claramente degradado. No es el caso para el conjunto de El Jable. Tenemos la imagen de que un ecosistema en condiciones saludables es sólo un bosque húmedo, y eso es una barbaridad. Tenemos unos ecosistemas áridos increíbles desde un punto de vista ecológico, de funcionamiento hidrológico, de fijación de carbono... Eso hay que ponerlo en valor y aquí en El Jable se echa en falta más información sobre la enorme riqueza que tiene. El primer paso debería ser darlo a conocer.
“En El Jable se echa en falta algo más de información sobre su riqueza”
-Esto precisamente es lo que están haciendo algunas asociaciones, pero quizás la iniciativa debería partir de las instituciones públicas...
-No sé de quién es la responsabilidad o qué iniciativas se están llevando a cabo actualmente. Yo simplemente lo que he visto es que faltan más paneles informativos, un control de rutas. He visto que había roderas, vertederos... Se debe proporcionar información para que la gente, además de los paisajes volcánicos y de otros muchos valores de la zona, entienda que El Jable es una riqueza, es algo por lo que hay gente viene aquí a vivir, viene a verlo, hace un viaje especial para ver determinadas aves... Y se debe gestionar para evitar su deterioro y para restaurar lo que ya ha sido degradado.
-El Jable, desde la carretera parece una cosa, pero cuando uno se adentra sorprende...
-Totalmente. Estos espacios áridos tienen un gran valor, también como paisaje psicológico, de encuentro con una naturaleza diferente y de reflexión, que creo que tendríamos que valorar. Muchas veces se asocia la degradación a estos espacios y entonces es la pescadilla que se muerde la cola, es decir, que ahí es donde va la basura, donde se extrae la arena, porque se cree que no tiene valor... Pero es todo lo contrario. Es como si una iglesia gótica, al descender el número de feligreses de una parroquia, se convierta en un almacén.
Comentarios
1 Anónimo Mié, 19/03/2025 - 13:52
2 El Chacho Jue, 20/03/2025 - 05:47
3 sin esperanza Jue, 20/03/2025 - 10:40
4 Avutarda indignada Jue, 20/03/2025 - 19:07
5 Asinosva Sáb, 22/03/2025 - 09:28
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