4 COMENTARIOS 01/12/2025 - 08:18

Son capaces de evitar la palabra masificación, que la entiende todo el mundo, pero dedican una parte de la jornada a explicar lo que es el “overtourism”, que acaban definiendo como “la concentración excesiva de visitantes en determinados espacios y momentos, generando efectos negativos en infraestructuras, ecosistemas, vivienda y convivencia social”. Es decir, masificación.

Se reúnen en la Conferencia Mundial de Turismo Sostenible +30 para afrontar los retos y “avanzar hacia modelos turísticos más sostenibles y equilibrados”, pero no sale de ahí ni una sola medida valiente o eficaz. Ni saldrá. En unos meses habrá otra conferencia parecida y seguirán afrontando los retos pero celebrando la buena salud del turismo: de la industria turística.     

Como saben que se trata  de una huida hacia adelante, se escuchan cosas como que “la sostenibilidad solo es viable cuando se basa en datos, planificación y un diálogo continuo entre administraciones, empresas y ciudadanía”, que “la sostenibilidad solo es creíble cuando se puede demostrar” o que “la sostenibilidad solo es real cuando protege lo que amamos y garantiza calidad de vida a quienes habitan los destinos”. Nadie habita un destino: así es imposible arreglar nada.

En el fondo se trata de vender una certificación que no supone nada pero que te permite decir que eres sostenible, y evitar que el sello de sostenibilidad lo otorguen otros: “un sello solo tiene valor cuando existe auditoría independiente, criterios claros y una trazabilidad verificable”. Evite imitaciones.

Todo queda mucho más claro si se reúnen las soluciones propuestas: “reforzar la gobernanza, medir adecuadamente los impactos”, “poner la voz de los territorios en el centro de las decisiones, “planificación territorial, regulación específica, reequilibrar flujos y diversificar el producto turístico”, “priorizar la desestacionalización, la gestión de capacidades y el equilibrio interinsular” o una “gobernanza participativa para responder a los desequilibrios entre zonas saturadas y zonas con capacidad para acoger más visitantes”.

¿No queda claro? Quizá mejor estas otras: “gestionar flujos, equilibrar expectativas y garantizar que el turismo siga siendo fuente de prosperidad sin comprometer lo esencial”. Ahí está la clave. No comprometer lo esencial. Solo hace falta ponerse de acuerdo en qué es lo esencial, porque seguro que no estamos pensando en lo mismo.

Comentarios

Buen retrato de la nada gobernante, Saúl.
No se puede decir más claro.
Perfectamente explicado. Lo que pensamos muchos en esta isla.
jajajajajajajajaja

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