
EL PASEO
Por Saúl García
Desaparece del mundo físico pero permanece en la memoria. Y de la misma manera que desaparecen los recuerdos recientes, se mantienen los antiguos
Un matrimonio, de 76 y 83 años, ambos con deterioro cognitivo, vecinos de Leganés, salieron de su casa una tarde, bajo un sol de justicia, y caminaron siete kilómetros en busca de uno de los parajes de su adolescencia. No lo encontraron. Se perdieron y tuvieron que ser rescatados.
Su paraíso perdido era una laguna o un paraje similar que, por lo visto, ya nadie recuerda. O casi nadie. “El único signo de vida es una planta neumática escondida entre varios pinos. Más allá no hay nada, solo los cuatro carriles de M-45 que atraviesan la zona sur de la Comunidad de Madrid”, dice la noticia.
Lo que un día fue evidente, algo tan notorio como un paraje natural, puede desaparecer. A veces de forma drástica, a veces gradual… Desaparece del mundo físico pero permanece en la memoria. Y de la misma manera que desaparecen los recuerdos recientes, se mantienen los antiguos.
La memoria es caprichosa. O quizá no tanto. Cuando la enfermedad ataca a unas partes del cerebro que almacenan lo de hoy, busca el camino de vuelta, donde hubo felicidad, plenitud, estabilidad, donde hubo un paseo, un atardecer, un baño, una esperanza...
El matrimonio de Leganés buscaba un lugar, una laguna, pero también un tiempo, aquel en que tenían toda la vida por delante. No encontraron el camino y se toparon con el presente, en forma de carreteras, fábricas, polígonos, urbanizaciones y centros comerciales. A su intento por regresar al pasado se le cruzó por delante el progreso.











Comentarios
1 Silvia Lun, 23/06/2025 - 14:28
2 El pasado Lun, 23/06/2025 - 16:59
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