SECTOR PRIMARIO

Nueva vida para la tunera en Lanzarote

Varias iniciativas de la asociación Milana y de la asociación de criadores pretenden reactivar el sector promoviendo la venta del fruto así como de productos derivados

Finca de tuneras en Guatiza. Foto: Manolo de la Hoz.
Saúl García 3 COMENTARIOS 07/08/2018 - 06:28

“Si tiene un gran futuro para países como Italia o Israel ¿por qué no lo va tener la tunera de Lanzarote?”. Manuel Blasco Ruiz, catedrático de Biología Animal en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Extremadura, lo tiene claro. Como él, varias iniciativas apuntan a buscar una revitalización del sector.

La asociación Milana, la más activa en este ámbito, organiza este año un programa de formación: “La tunera, sus frutos y derivados”, para que los alumnos se atrevan a iniciar actividades “que conduzcan a la creación de empresas innovadoras basadas en la tunera y en su fruto, que hasta ahora ha sido un recurso sin explotar que ofrece numerosas oportunidades”. El primer curso estuvo dirigido a conocer “el aprovechamiento integral de la tunera”.

En septiembre habrá otro para personas “que deseen desarrollar una empresa basada en el cultivo, transformación, procesado, distribución y comercialización de productos alimentarios industriales, basados en la tunera y en su fruto”, y en octubre se realizará una semana de clases y talleres sobre cocina, secado de frutos, prácticas de campo, compostaje, diseño de empresas, comercialización y distribución de los higos y pencas. Los ayuntamientos de Teguise y Haría colaboran con esta iniciativa.

La única salida de la tunera no es solo la cochinilla, que desde hace años se almacena esperando un hueco en el mercado internacional, en el que, en condiciones normales, no puede competir con el precio de la cochinilla de países como Perú.

Blasco dice que la tunera es una planta “multipropósito”, que sirve para muchas cosas. El olivo, el tomate o el plátano tienen sólo tres o cuatro objetivos mientras que la tunera alcanza hasta 18. El más claro es la exportación de su fruto, del higo, muy apreciado, señala, en casi toda Europa, sobre todo en Francia, Austria,

Alemania o los países nórdicos, donde se puede llegar a pagar entre 12 y 16 euros el kilo. También se puede comercializar como forraje para los animales, como nopal sin más, o hacer otros productos transformados como zumos, melazas, mazapán, licores, membrillo o panes. Isidro Pérez, de La Paletería, empezó con la batata y ahora experimenta con derivados de la tunera, incluso con hamburguesas.

Sin embargo, según Blasco, la realidad es que la tunera “es marginal” en España, mientras que en otros países “da lugar incluso a movimientos sociales”. La tunera tiene “factores limitantes”, y el principal es administrativo. En España se considera que la tunera es la opuntia máxima, mientras que en el resto del mundo es la opuntia ficus índica.

Es la misma, pero aquí se le llama de otra manera y eso tiene consecuencias porque si se exporta hay que aportar el nombre científico y al poner opuntia máxima el importador considera que se le está ofreciendo otro producto. “¿Consecuencias? No podemos exportar”, señala Blasco. O hacerlo, pero a través de Portugal.

Además, la tunera se considera especie invasora, aunque no lo es, y eso también dificulta las cosas. “Al contrario, la tunera aporta nutrientes y colabora con la biodiversidad”, asegura. Para Blasco, hay que cambiar la denominación y dejar de considerarla especie invasora porque “es una gran oportunidad de negocio para Lanzarote”.

Para Manuel Blasco, catedrático de Biología en la Universidad de Extremadura, la tunera, su frutos y sus derivados “son una gran oportunidad de negocio para Lanzarote”

Por su parte, Alberto Lloret, de la misma universidad, apuntó durante la conferencia que dieron ambos en el Hotel Lancelot, otros usos diferentes al alimentario. Señaló que la tunera protege la ora local así como los terrenos con riesgo de erosión y captura el agua de lluvia.

Puede servir, incluso, para tratar las aguas contaminadas porque elimina el arsénico y el cromo y también puede eliminar residuos de la industria textil. Además sirve para producir energía con sus pencas, como biomasa o biogás, y de manera muy sencilla y no contaminante.

Por último, con el mucílago de la planta, mezclado con otros elementos como cera de abeja, también se puede fabricar una película protectora para los alimentos. Según Blasco, “solo hay que lanzarse”. Dice que el sector no está envejecido, que están formando a 17 jóvenes y están “muy esperanzados”. “Por cada hectárea, un puesto de trabajo”, concluye.

Comentarios

Una idea espectacular, hay que explorar otras posibilidades de negocio que no sean las turísticas.
Ha vuelto Chana Perera...
Ojalá hagan algo porque da verguenza el estado de abandono que tienen las tuneras en guatiza y el resto de la isla. Las instituciones no hacen nada al respeto, la mayoria de las tierras estan abandonadas por sus herederos que no quieren trabajar la tierra. ( entendible hoy en día) pero las instituciones deberian arreglar esas tierras para que se vean bonitas por el futuro de nuestra isla. Pobre lanzarote, está en abandono total, nadie se preocupa por nada que no de billetes. Vaya lástima.

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