EL PASEO
Por Saúl García
Cualquier persona que leyera la prensa local el pasado 22 de mayo, y que hubiera seguido mínimamente el caso del desahucio de Sinforiano y Pilar, en Argana Alta, entendió que a estos dos ancianos ya no les echaban de su casa y que ya sólo cambiarían de barrio de forma metafórica y no literal, y lo más tarde posible.
Cualquier persona que leyera la prensa local el pasado 22 de mayo, y que hubiera seguido mínimamente el caso del desahucio de Sinforiano y Pilar, en Argana Alta, entendió que a estos dos ancianos ya no les echaban de su casa y que ya sólo cambiarían de barrio de forma metafórica y no literal, y lo más tarde posible.
Y cualquier persona hubiera entendido eso porque la noticia era que el Juzgado paralizaba el desahucio ante la aparición milagrosa (tratándose de la Iglesia, así se explica) de un documento anexo a la compra venta de las casas a Iveco en el año 2006 que decía que podrían permanecer en esa vivienda hasta su fallecimiento o ser realojados en otra de iguales características. Así lo entendieron ellos también, así que, fin de la pesadilla que duró ocho años, pensando que les iban a echar.
Y así lo había entendido todo el mundo excepto el secretario del Juzgado de primera instancia número 4, Ignacio Asensio Wandosell García Cabañas que, después de que Iveco se negara a cumplir esa cláusula tras la aparición de ese documento que tanto ellos mismos como la Iglesia se habían encargado de ocultar, con evidente perjuicio para los inquilinos y más que posible mala fe (tratándose de la Iglesia, es cuestión de fe), ha emitido una resolución en la que dice que los ancianos deben entregar las llaves de la casa en el Juzgado el próximo 30 de julio o serán desahuciados entre el 1 y el 15 de septiembre, evitando así fijar una fecha concreta, con lo que se facilita el trabajo a quien insta el desahucio ahorrándose la siempre desagradable oposición ciudadana.
Paralelamente, Iveco debe entregar las llaves de la nueva vivienda de Sinforiano y Pilar, que podrán ocupar durante 27 meses, y no de forma indefinida, aunque no queda claro cómo se castigaría a la empresa si no cumple lo pactado, como ha hecho hasta ahora. No deja de llamar la atención que se den tantas facilidades a quien ha dado muestras, como Iveco, de no cumplir lo firmado y se sea tan estricto con dos personas nonagenerias sin muchos recursos.
Es de imaginar que el secretario argumentará que este procedimiento ya tiene sentencia firme y que con la ley en la mano no se puede hacer otra cosa. Pero sí se puede. Bastaría con dejar pasar el tiempo y no ejecutar la sentencia, como en tantos y tantos procedimientos en esta misma Isla.
En este caso la Justicia ha fallado estrepitosamente y por todos lados. Y vuelve a fallar al dictar esta resolución, porque, como dice un aforismo latino que forma parte de un graffiti en el Palacio de Justicia de Arrecife, “No hay nada más injusto que el Derecho más estricto” (traducción libre).
Así que, ya que ha fallado la Justicia y que el Ayuntamiento de Arrecife se ha lavado las manos desde el principio en este asunto y no ha dado ningún apoyo, ni legal ni económico, como si Pilar y Sinforiano fueran vecinos de otro lugar, habrá que confiar, o bien en la Suma Providencia, o bien en el apoyo ciudadano. Elijan ustedes, queridos lectores, con su sabio y recto criterio.
Comentarios
1 Naderías Vie, 18/07/2014 - 10:20
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