Carlos Xabier Cerqueiro

Homeopatía: la moda de la sinrazón

La homeopatía en EE UU tendrá que advertir de que no funciona”, rezaba un titular de prensa recientemente. Entonces, ¿por qué la recetan tantos médicos y se vende en farmacias? ¿Por qué conocemos a mucha gente que la usa?

La homeopatía la inventó Samuel Hahnemann en el siglo XVIII, cuando la medicina era poco más que sangrías y rezos. Un día se le ocurrió su ley de la similitud que dice que una sustancia capaz de producir una serie de síntomas en una persona sana es también capaz de curar síntomas semejantes en una persona enferma, administrando esa sustancia en dosis mínimas. Estas dosis mínimas se preparan diluyendo muchas veces un producto original. Por ejemplo, recojan ustedes un hígado y corazón de un pato de Berbería. Pónganlo a macerar en jugo pancreático y en cuarenta días tendremos la tintura madre. Rellenan otro recipiente con agua pura, añaden en él una gota del extracto anterior y agitan vigorosamente. Luego, vacían el recipiente y, sin limpiarlo, lo vuelven a llenar de agua y repiten la agitación. Así hasta 200 veces. Ahora, sobre unas píldoras de lactosa añaden una gota de la última dilución. Listo: ya tienen el famoso Oscillococcinum, de venta en farmacias, contra la gripe, al precio de unos 25€ las treinta pastillas. ¿Sorprendidos?

Esta dilución se denomina de Korsakov y la dilución resultante se denomina 200CK. Otro tipo de dilución utilizada en homeopatía es la centesimal, que consiste en diluir cada vez en proporciones 1/100 (una parte de tintura original en 99 de agua o alcohol). Por ejemplo, diluir 30 veces (bastante habitual) da una dilución 30CH. La química nos dice que en la dilución número 12 ya no queda ninguna molécula original: algo así como si una gota de tintura original se perdiera en un volumen igual a dos veces el de todos los océanos.

Para justificar el efecto terapéutico en ausencia de principio activo, los homeópatas recurren a la memoria del agua. Fieles al vitalismo precientífico (la vida no es materia, sino una fuerza vital imperceptible), al agitar las diluciones, las moléculas de principio activo dejarían su impronta en el agua, que la conservaría aun en ausencia de ella. Jacques Benveniste afirmó haber demostrado este fenómeno en 1988, pero su trabajo no pudo ser replicado, demostrándose posteriormente que había cometido fraude.

Tras más de doscientos años sin descubrir nada nuevo (sin descubrir nada, de hecho) ahora se recurre ridículamente a la mecánica cuántica o a las nanopartículas para justificar el efecto. Cito a un médico homeópata, Guillermo Basauri: “Los que decís que la homeopatía no es científica os apoyáis en conceptos y argumentos del siglo XIX. Hoy, la ciencia que explica cómo funciona el Universo es la física cuántica”.

Los principios terapéuticos homeopáticos tampoco están validados de ningún modo. Pueden ser de origen animal, vegetal o mineral. Algunos son la cafeína, que diluida cura el insomnio; el extracto de sauzgatillo, para tratar la impotencia masculina y la frigidez femenina; existen remedios para curar los tumores cerebrales, y también diluciones de arsénico para, bueno, casi todo: la ansiedad, el pesimismo, enfermedades respiratorias, gastroenteritis, y más. También existen remedios homeopáticos contra el virus del Ébola y la malaria. Se indica para el virus del papiloma humano, ya que, al parecer, potencia la capacidad de curación del cuerpo. Se dispone, asimismo, de homeopatía para curar la homosexualidad (aunque nada dicen de remedio para curar a los que piensan esto), y también puede diluirse el muro de Berlín, “para aliviar la opresión en cualquiera de sus formas”. Hay hasta homeopatía para animales (para la ganadería ecológica, por ejemplo) y para uso agrícola (agrohomeopatía).  Hahnemann decía que todo en la naturaleza se podía homeopatizar. La homeopatía no tiene límites. La propia web de la Sociedad Española de Medicina Homeopática (se trata de una versión caché de su web) afirma, sin ruborizarse: “Los medicamentos homeopáticos están indicados para tratar cualquier enfermedad ya sea aguda o crónica”. En su versión actual, dicha web propone lo mismo, pero con otras palabras, para dar una apariencia más "razonable".

Pero, en fin, puede que no sepamos explicar cómo, pero quizá sí funciona. ¿Qué dicen la ciencia al respecto? Famosa es la revisión publicada por The Lancet en 1997 ("Are the clinical effects of homeopathy placebo effects? A meta-analysis of placebo-controlled trials") que concluyó que “no hay suficiente evidencia de que la homeopatía fuera claramente eficaz para cualquier condición clínica”. También ponía de manifiesto que los estudios que se hacían sobre homeopatía eran defectuosos, que era imposible saber si estaban inventados o no y que muchos de ellos estaban hechos por simpatizantes de esta disciplina. Otras revisiones publicadas posteriormente llegan a la misma conclusión (por ejemplo, "Are the clinical effects of homoeopathy placebo effects? Comparative study of placebo-controlled trials of homoeopathy and allopathy", "Impact of study quality on outcome in placebo-controlled trials of homeopathy", "Evidence of clinical efficacy of homeopathy. A meta-analysis of clinical trials", ): la homeopatía no difiere, en el mejor de los casos, de un placebo. Los estudios individuales que dan resultados positivos poseen graves problemas metodológicos, aspecto muy bien documentado por informes sobre el asunto. Por supuesto, existe la posibilidad de que, por azar, una parte de los estudios, sobre todo si son deficientes, den valor a la homeopatía, y serían sólo estos los que se publican en lo que se conoce como sesgo de publicación, un problema endémico de las revistas dedicadas a las llamadas medicinas complementarias.

Por otra parte, la Organización Médica Colegial recordó en su momento que el médico está obligado “a emplear preferentemente procedimientos y prescribir fármacos cuya eficacia se haya demostrado científicamente”. En 2013 recordaba que las "terapias no convencionales tienen que demostrar o avalar científicamente su eficacia ... y seguridad". Tres sociedades españolas, la de Farmacia Familiar y Comunitaria, la de Farmacia Hospitalaria y la de Farmacéuticos de Atención Primaria, también se han posicionado contra esta pseudoterapia. Sólo la Agencia Española del Medicamento y la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (con un sonrojante "decálogo" en su web) quedan por emitir algún pronunciamiento al respecto. ¿Es ético poner en riesgo la vida de pacientes que podrían abandonar tratamientos convencionales, malgastar recursos económicos o utilizar placebos que engañan?

De informes elaborados por instituciones gubernamentales se desprenden conclusiones idénticas. El del parlamento español de 2011 indica que “la homeopatía no ha probado su eficacia”. El Comité de Ciencia y Tecnología del parlamento británico, en 2010, recomendó que, dado que la homeopatía no era mejor que el placebo, debería dejar de financiarse. Especialmente claro es el Consejo Nacional de Salud australiano: “Las personas que elijan la homeopatía pueden poner su salud en riesgo si rechazan o retrasan tratamientos para los cuales sí hay buena evidencia de seguridad y efectividad”. Una búsqueda en Google de “muertes homeopatía” da una idea de lo que puede pasar si se abandonan los tratamientos convencionales.

En España, la Universidad de Barcelona cancelaba este año su máster en homeopatía “por falta de base científica”. En rueda de prensa convocada en su defensa, la directora general de Boiron, Valérie Poinsot, espetó a los asistentes: “los pacientes no necesitan la evidencia científica de un medicamento”. Cursos similares han sido suprimidos en los últimos tiempos por la indiscutible razón de que la homeopatía es una pseudoterapia con principios absurdos, místicos y falsos, y que no debe ser enseñada en plano de igualdad con otras disciplinas con evidencia demostrada.

El uso más extendido de esta pseudoterapia tiene lugar en enfermedades muy inespecíficas, como dolores osteoarticulares, problemas psicosomáticos, dolencias que remiten espontáneamente o estacionales (catarros, alergias).Cuando se utiliza en enfermedades graves, suele combinarse con tratamientos convencionales, de modo que si hay éxito se atribuye a lo homeopático. El paciente, en ambos casos, tiene la sensación subjetiva de que han sido estas pócimas las responsables de su mejora, estableciéndose una falsa relación de causalidad. Trabajos en psicología experimental demuestran, además, quela ausencia de efectos secundarios de una terapia no efectiva facilita el desarrollo de una creencia en su efectividad.

En cuanto a la venta en farmacias, Fernando Frías, abogado experto en este tema, comenta que la supuesta obligatoriedad de expender estos productos es falsa (él mismo tiene artículos muy extensos sobre el tema, pero aquí se puede ver una visión general del asunto). La ley obliga a que todos los medicamentos demuestren sus propiedades terapéuticas. Pero existe un grupo de “medicamentos especiales”, entre los que están los homeopáticos, y estos son los únicos que pueden ser comercializados sin demostrar esa validez. Además, hasta la fecha, de los más de 19.000 productos homeopáticos, ¡solo 5 están autorizados!; el resto, se podría decir que son de venta ilegal y sancionable. Así, la confusión es total: médicos que la recetan, farmacéuticos que la venden y productos que se autodenominan “medicamentos”.

En conclusión, lo que va a ocurrir en EEUU no debería sorprender, sino que debería ser la norma. Si un producto se vende como terapia, esta debe estar demostrada. Y si no lo está, deja de ser medicamento para ser otra cosa. Pseudoterapias tan absurdas como esta deberían haber caído en el olvido hace mucho tiempo.

Comentarios

"Zapatero a tus zapatos" aunque eso de copiar y pegar se le da bastante bien. No tiene Ud mucha información de profesionales preparados. Dice Ud muchas cosas que no son ciertas y no es nada objetivo, no puede serlo. "Difama aunque no sea cierto, que algo queda" Lo siento pero difiero de su artículo periodístico puro
El tal Fernando Frías, descrito aquí como "experto en este tema", no soló falla en temas elementales sino que directamente tergiversa el tema. http://explicandoalexplicador.blogspot.com/2016/03/el-sacerdocio-de-la-ciencia-l-el.html
Comentario: 1. Me gustaría saber de dónde el señor Carlos sustenta su acusación de que el meta-análisis de Linde "ponía de manifiesto que los estudios que se hacían sobre homeopatía eran defectuosos, que era imposible saber si estaban inventados o no y que muchos de ellos estaban hechos por simpatizantes de esta disciplina". En realidad, el meta-análisis de Linde se refiere a la calidad en general, y por general se entiende que la mayoría igual que en medicina "convencional" como ellos mismos comprobaron en su re-análisis de 1999. Como se puede leer en su estudio de 1997: 'It is likely that higher quality trials in homoeopathy will show less significant results than those we found. This would be expected, even if homoeopathy has a true clinical effect.' Pero como se lee en su estudio de 1999: 'Studies that were explicitly randomized and were double-blind as well as studies scoring above the cut-points yielded significantly less positive results than studies not meeting the criteria. In the cumulative meta-analyses, there was a trend for increasing effect sizes when more studies with lower-quality scores were added. However, there was no linear relationship between quality scores and study outcome.' Y: 'When the OR of primary studies are plotted against quality scores, it becomes obvious that there is no clear linear relationship between these two parameters' Y: 'Our analyses provide clear evidence that in the study set investigated more rigorous trials tended to yield smaller effect sizes. The most plausible explanation of this finding is bias.The results are comparable to those from similar analyses in conventional medicine' 2. El señor Carlos menciona el estudio de Lancet, mismo que fue altamente cuestionado por sus anomalías: www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18834714 www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19371564 3. Igual por el estudio de Cucherat donde fue criticado por la forma en que extrapoló los datos: www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24200828 4. También merece una explicación de que Carlos no mencione el meta-análisis de Mathie donde si bien la conclusión general tanto de la homeopatía con resultados favorables y no, son de "Baja calidad", encontraron que un puñado de estudios de alta calidad sí mantuvo su efecto: systematicreviewsjournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/2046-4053-3-142
¡Vaya rapapolvo que le dan al pobre columnista!. Al parecer la opinión de The Lancet, la administración norteamericana recientemente, la australiana, la Universidad de Barcelona y hasta la Organización Médica Colegial Española no tienen mayor importancia y han de caer en saco roto. El caso es discutir contra lo que sea y como sea. La evidencia científica no vale nada frente a las opiniones personales o trabajos, que los hay a montones y ese es el riesgo, sin rigor científico demostrado que se usan como argumentos. Desde luego hay dos intereses encontrados: los de la industria farmacéutica clásica, potentisima y a veces corrupta, frente a la industria de productos homeopáticos, menos potente y no tiene porque no ser también corrupta puntualmente, que no quiere perder su trozo de pastel. Si el gobierno español fuese más exigente en cuanto a la propaganda engañosa de los productos farmacológicos que se publicitan en los medios de comunicación así como en los mismos prospectos dejarían de vender gran parte las industrias comentadas y ganaríamos los ciudadanos en la salud del bolsillo y de la otra.
Vicente: el periodista no se basó en la opinión de Lancet, sino en un meta-análisis del 2005 que tiene poco rigor metodológico y fue refutado al rededor de 4 veces. En cuanto a la FTC, sólo aplicará para productos de venta libre. Ye n cuento a la OMC, no todos sus socios están de acuerdo con lo que soltó el director. Y el estudio australiano, ¿es en serio? http://explicandoalexplicador.blogspot.com/2015/05/homeopatia-xvi-el-informe-australiano.html En cuanto al negocio, nadie niega que existe una industria como cualquier negocio en el mundo. Lo irónico es que nunca veo que se ponga en tela de juicio el negocio de Fernando Frías con estás notas incluyendo a un tal Vicente Prieto (no afirmo que seas el mismo).
No, no soy el tal Prieto. Y sostengo que la homeopatía al igual que los productos farmacéuticos anunciados, y parte de los que no lo están, crean una expectativa de salud que no se corresponde en absoluto con los resultados deseados. Sin comentar efectos no deseados que los hay. Y es el gobierno quien no realiza control de la propaganda, publicitada o en lo prospectos, sobre estas sustancias. La cantidad de dinero que se mueve es tal que las puertas giratorias, si no son otros oscuros intereses, convierten al gobierno, sea del signo que sea, en cómplice de estas industrias en detrimento de los intereses de salud y económicos de los ciudadanos. Poderoso caballero es D. Dinero. Los médicos partidarios de estos tratamientos, que no son muchos, casualmente no son especialistas. Pero la gente precisa de espectativas de todo tipo y así hay hasta quien acude a curanderos, sanadores, videntes,,, y necesitan creer en sustancias que no sean los medicamentos clásicos en un concepto erróneo de lo que es " salud ecológica" o similar. Y hay sanitarios que apoyan estas posiciones. Bueno, da igual ya sabemos que hay gente pa to. Y siempre las habrá.
No dice nada el columnista sobre las mafias farmacéuticas. Sí, esos de la medicina convencional.
Muy buen artículo!!! Sinceramente pienso que si hay gente que quiere gastar su dinero en "gominolas" caras, allá ellos; afortunadamente hay mucha información al respecto sobre la homeopatía y su nula efectividad en el tratamiento de enfermedades, y aún así hay gente que confía y afirma resultados positivos. Pasa como con la astrología, en la que hay todavía mucho incauto que gasta dinero en alguien para que le diga cosas bonitas.
Deberíamos mirar lo que nos receta el médico de familia en sus tres minutos de atención para ver si son verdaderos remedios que curan o son quimicas que sólo valen para quitar los síntomas. Las estadísticas dicen que en un hospital o centro sanitario los problemas bioquímicos, funcionales u orgánicos sólo son curados en menos de un 17 por ciento, sólo se cura en alto porcentaje los que pasan por quirófano.....Por lo tanto lo que no curan dejan secuelas, se cronifican, etc... A todo esto hay que unir que la industria farmaceútica es la mafia mas grande que existe en el mundo, capaz de crear enfermedades como la gripe a, por ejemplo y con la única intención de que muchos muchos pasemos por caja. Alguien conoce a alguna persona que con medicación se haya curado de una enfermedad mental, severamente NO porque lo único que intentan es deprimir el sistema neurológico con psicodepresores. La química de las farmacias además de un gasto muy grande deja secuelas para el resto. Occidente no está preparada para tener una sociedad saludable, está destinada para tener una sociedad dependiente de los fármacos.
Vicente: Mencionar nombres de fuentes sin analizar lo que dicen y creer que DEBEN ser confiables por los nombres se llama falacia de autoridad. Si te interesa realmente discutir en serio, te puedo apuntar a una DOCENA de casos de DOCTORADOS, entre ellos varios de la Universidad de Barcelona, que no sólo no dicen la verdad sobre la homeopatía sino que MIENTEN INTENCIONALMENTE para denostarla y alejar al público de ella. Tu dices si aceptas el reto de analizar los casos a DETALLE y contrastar los dichos de esos doctorados con fuentes científicas ARBITRADAS..

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