Ana Carrasco

"Cogitare"

El filósofo Byung-Chul Han escribe en "Vida contemplativa" que estamos perdiendo cada vez más la capacidad de contemplación, que la existencia humana, en su conjunto, está siendo absorbida por la obligación de producir y comunicar. Y no le falta razón, estamos tan absortos en el hacer, en la multitarea, en la prisa, en las nuevas formas de comunicarnos, que hemos extraviado el hábito de quedarnos quietos y simplemente observar, escuchar.

La pausa contemplativa parece que se muere, y la atención, entendida como "la capacidad de generar, dirigir y mantener un estado de activación adecuado para el procesamiento correcto de la información" se encuentra en estado crítico. Algunos estudios concluyen que en España "la capacidad de atención sostenida o focalizada en un mismo estímulo se está reduciendo". Cinco segundos es el tiempo que una persona dedica a una noticia, artículo, vídeo... si en esos segundos no se engancha, desconecta y pasa a otra cosa. Imposible así apreciar la realidad, esta necesita de una atención más exquisita.

La atención, según la RAE, también significa "Cortesía, urbanidad, demostración de respeto u obsequio". Hace unos cuantos meses, la escritora Irene Vallejo, mencionaba a Iris Murdoch para hablarnos de la atención menguante. Murdoch dedicó tiempo y pluma a reflexionar acerca de la dificultad que tenemos los humanos para mirar y escuchar al otro, hablaba de la necesidad de cambiar nuestra manera de mirar, porque nuestra de manera de hacerlo determina el vínculo que establezcamos con el otro. También la escritora Natalia Ginzburg, en un artículo firmado en 1972, dijo: "Deberían enseñarnos a posar los ojos sobre los demás con tolerancia y con extrema atención"

Murdoch defendía una mirada "justa y amorosa". Creo que esta preciosa cualidad y calidad de la mirada debemos practicarla mucho, pero resulta urgente extenderla también hacia la naturaleza, porque desde que hemos perdido la serenidad para contemplarla, hemos dejado también de sentirnos vinculados a ella.

Lanzarote, donde la naturaleza fue en su día protegida e intervenida para enfatizar su belleza, para preservar su grandeza, para suscitar la contemplación y el asombro, para transitar despacio y disfrutar de su paisaje, no se libra de esta nueva ansia de consumo que el sistema nos ha inyectado en vena. Quizás sea ello otra causa de que espacios y rincones emblemáticos de la isla, e incluso los propios Centros de Arte, Cultura y Turismo, estén siendo violentados por el impulso de personas, que no sabiendo observar, quebrantan su esencia y dignidad. Turistas, también residentes, que profanan la magia, ignoran carteles informativos, traspasan lo prohibido y se graban a sí mismos vídeos para mostrar en el escaparate virtual de las redes sociales las impertinencias de sus individualidades.

No quisiera ser dramática, pero si la pausa contemplativa muere del todo, morirá una parte del gran legado insular, morirá la cortesía y el respeto hacia aquellas muchas personas que se preocuparon y trabajaron apasionadamente para dejarnos una bella identidad. Escribe Chul Han que la constitución fundamental de la existencia humana se llama cuidado. La palabra cuidar, viene del latín "cogitare", que significa pensar. Pensar es, según la RAE, escuchar, prestar atención. Creo que nos conviene pararnos, pararnos a pensar.

 

Comentarios

El error de este artículo es asumir que si nos paramos a pensar, todos llegaremos a la misma verdad absoluta sobre nuestra realidad.
Saprofito, lo que digo es que hay que parar para cuidar. Pararse para prestar mas atención al otro y a la naturaleza. Es es el sentido del artículo.
Bravo. Estupendo.
Qué buen artículo!!!
... si podemos parar la hipocrisia en el Cabildo de Lanzarote.... parar la construcion de nuevos hoteles del turismo de masas , parar la Central Termica de Endesa, parar la llegada de cruceros, parar la llegada de mas aviones cada año....
Muy buena reflexión
Se lo voy a decir a mi jefe.. que voy a parar un poco y a tomarme la vida con filosofía.. que me va el rollo contemplativo... a ver que me dice
Muy buena reflexión.

Añadir nuevo comentario