Matías Reyes

Ángel Víctor Torres, o ¡a las barricadas!

El líder del PSOE canario lo quiere todo, ya sea los votos lanzaroteños y el control de la voluntad de los cargos públicos con representación en las administraciones de Lanzarote, pero, antojadizo como es, también aspira al control del suelo y de las aguas de la isla para hacer su santa voluntad, esta vez en forma de jaulas marinas.

La presidenta del Cabildo, también del PSOE, manifiesta estar en las antípodas, no porque no pretenda controlar, que seguro que aspira a ello, pero, sin verbalizarlo exactamente así, dice que por encima de su cadáver y ahí andan a la greña y la cosa va a peor. Ya teníamos un frente abierto con la nueva vía de circunvalación por encima de la Bufona, y sin que nos dé tiempo a pensar en montar una mani por este intento de desaguisado en tierra, tenemos que ir pensando en un dos por uno para una semanita antes de las elecciones. Una concentración por el litoral de Arrecife y Playa Honda, que, cual serpiente, se mueva pausadamente y con decisión, y sin la sombra de edificios ni árboles -aunque de estos Ástrid nos tenga huérfanos- para que, desde el aire, un dron pueda captar el número de personas que no votarán al PSOE al Parlamento de Canarias en las próximas elecciones de mayo. Se llama ejercer la mayoría de edad o se puede denominar independencia de criterio. Lo que no se llama es “por mis santos cojones” que es a como suena las salidas de tono del gobierno canario que capitanea el señor Torres. El asunto coletea desde que gobernó CC que nos dejó esta herencia envenenada, pero como los nacionalistas no gobiernan ahora, también podemos darle de lo suyo, y dos tazas a ser posible, en forma de negación del voto. Al PP, lo mismo, por defender a través del entonces alcalde de Tías, semejante plan. Sobre lo que muestran estos hechos es el nivel de frivolidad y pocas luces de muchos de nuestros representantes públicos, que lo del interés general les debe sonar a cargo militar.

Y todo por unas jaulas marinas que ni queremos, ni nos interesan, y nos olemos lo que deparará a nuestros fondos marinos, que aquel santo varón ha estimado que a los muy tontos conejeros se la puede meter doblada. Realmente, no es ninguna novedad esa mirada de suficiencia del señor Torres sobre todo lo que no es capitalino, como si ese territorio fuera sus fincas en las que hacer y deshacer para dar satisfacción a terceros. Siempre le han gustado más las amistades peligrosas en forma de intereses empresariales, y otros, que un definitivo servicio sustentado en el interés general, sí, ese que suena a militar. Dirá lo que quiera, pero sólo el entiende el motivo de poner a su vera al muy cuestionado ex presidente del Cabildo de Fuerteventura, Blas Acosta, o a nuestro admirado Sebastián Franquis, tan amigo del asfalto como de la alcaldesa de Arrecife, a la que parece querer hacer un favor. Y es que Dios los cría y ellos se juntan.

Ángel Víctor Torres ha sido invitado a venir a Lanzarote para hablar de cómo piensa gestionar esa tómbola insular que ahora adopta la forma de jaulas marinas. Yo, lo que creo, es que siguiendo el lenguaje marinero, va proa al marisco y no tengo más deseo de que, si no está a la altura, lo manden a freír puñetas tras la visita, como un anuncio de lo que haremos en la próxima convocatoria electoral. Para mí, el que se encomiende al Pino, a Las Nieves, a La Candelaria o a Los Dolores -y cuidado con esta- no es más que impostura, la misma que vende su socio de Nueva Canarias, Román Rodríguez, el del canarismo simplón, una tontería más de quien no ha superado que ha dejado de ser presidente del gobierno regional hace muchos lustros, pero sostiene al anterior y lo hace con complacencia con tal de figurar. Le están regalando el gobierno regional al resto de partidos del espectro político, si es que queda algo de vida por ahí, y no se quieren enterar de que son prescindibles. Practiquemos la canariedad, que lo del canarismo se lo come Román; ejercitemos la mayoría de edad y un alto sentido de la responsabilidad y brindemos una figurada patada en el culo a quienes hacen de la toletada su forma de ir por la vida pública. Que lo que haga en la privada me la trae al pairo.

Comentarios

Torres o el rey desnufo. Menudo fraude político hemos descubierto.

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