REPORTAJE

Un libro de instrucciones para el Sol

Imagen tomada en la Torre Solar Sueca, en el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma). Foto: Real Academia de Ciencias de Suecia. Foto: Swedish Solar Telescope
M.J. Tabar 0 COMENTARIOS 08/02/2017 - 07:26

El cuarto congreso internacional Solarnet reunió en la capital de Lanzarote a 150 especialistas en física solar, procedentes de diversos centros de investigación de Europa, Asia y América. Su objetivo: compartir ideas y protagonizar el desarrollo científico que exigirá la puesta en marcha del Telescopio Solar Europeo en 2026.

El 13 de marzo de 1989 una tormenta solar provocó un apagón eléctrico en Quebec y dejó sin energía a más de seis millones de personas en el todavía frío invierno canadiense. Tres veces más intensa fue la ‘súper tormenta’ que originó una gigantesca explosión electromagnética en 1859: miles de millones de toneladas de partículas chocaron contra el campo magnético de la Tierra y generaron inéditas auroras boreales en el hemisferio sur.

“Las tormentas solares pueden tener incidencias en las comunicaciones, afectan a los satélites, a las ondas de radio que se propagan por la atmósfera, a las centrales eléctricas…”, enumera Manolo Collado, astrofísico investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), entidad organizadora del IV Solarnet.

“Hasta cierto punto, estas fulguraciones son predecibles”, dice la astrofísica Elena Khomenko, pero hay muchos factores que influyen en ellas. Para controlarlos, son necesarios satélites que vigilen el Sol desde distintos puntos de vista “y permitan saber la velocidad y la dirección en la que se propaga la tormenta a tiempo real”.

La física solar, una especialidad puntera en Canarias, se enfrenta a un reto: “predecir el tiempo en el Sol del mismo modo que predecimos el de la Tierra”. ¿Pero qué pasa en su interior? ¿Qué ocurre en la superficie de la estrella? Saberlo también es fundamental porque, a sus 4.600 millones de años y compuesta principalmente por hidrógeno (75 por ciento) y helio (25 por ciento), este astro sostiene la vida en la Tierra.

Hasta hace unas décadas, los astrofísicos que estudiaban su núcleo desconocían los datos que obtenían otros colegas que se dedicaban a analizar las tres capas que integran su atmósfera. “Lo que ha conseguido este congreso es relacionar todos los estudios”, dicen los organizadores. Por fin la técnica permite estudiar la estrella como un sistema global completo. “Para entender lo que pasa en una zona del Sol necesitamos entender las demás”.

Las 50 ponencias desarrolladas durante una semana el pasado mes de enero en el Arrecife Gran Hotel hablaron de la sismología del Sol, de su ciclo, magnetismo, clima y también de los prototipos del nuevo instrumental que está en fase desarrollo. El comité del IAC que ha preparado el encuentro ha destacado “la alta participación femenina” y la presencia de muchos jóvenes estudiantes. “Es muy importante que puedan expresar sus nuevas ideas” y garantizar el relevo generacional en la comunidad científica.


Los astrofísicos Manuel Collado, Elena Khomenko y Marian Martínez. Foto:Felipe de la Cruz.

El Telescopio Solar Europeo

El diseño y construcción de un telescopio solar de 4 metros en Canarias (el mayor de su clase en Europa) ha significado la llegada de mejor instrumental y el fortalecimiento de la comunidad de físicos solares que trabaja en los observatorios canarios. “Cuando llegué a hacer la tesis al observatorio del Teide, era un grupo muy observacional, líder en técnicas de diagnóstico; y a medida que fue avanzando el tiempo empezaron a venir instrumentos mejores, punteros —dice la astrofísica Marian Martínez— El Telescopio Solar Europeo (ETS) ha vuelto a poner al grupo en una posición bastante importante a nivel mundial”.

En el ETS están trabajando 500 investigadores, 24 centros de investigación europeos, 6 empresas privadas europeas y 2 centros de investigación de Estados Unidos. Del centro de astrofísica Harvard- Smithsonian a las universidades de Calabria, Graz o Birmingham. En Arrecife se reunieron casi la cuarta parte.

“La nuestra es una ciencia fundamental que no tiene repercusión inmediata sobre nuestra vida; es como la luz eléctrica: cuando se inventó no se sabía para que servía y ahora no podemos vivir un día sin móvil”, recuerda Elena. Esta es una de las realidades que explican al sector industrial, habitualmente necesitado de obtener una rentabilidad a corto plazo.


Los participantes del IV Solarnet, en el Parque Islas Canarias (Arrecife).

Todavía no se conoce la ubicación exacta del ETS. Será en Tenerife o en La Palma, y a los astrofísicos del IAC les trae sin cuidado. “Ambos sitios son excelentes. Desde el primer día decidimos que tenía que venir a Canarias. Aquí tenemos telescopios que diariamente demuestran la buena calidad de estos cielos [hasta 20 instrumentos entre el Teide y el Roque de los Muchachos]. Estamos más preocupados por el desarrollo técnico del telescopio y por el desarrollo científico: a día de hoy todavía no están desarrolladas las técnicas de diagnóstico para poder interpretar los datos que esperamos tomar con el telescopio”, dice Collado.

Para lograrlo, tienen 10 años de plazo. Si se cumple la previsión, el telescopio emitirá su primera señal en 2026. El presupuesto del Gobierno de Canarias para 2017 ha comprometido una inversión de 1,2 millones de euros para una oficina que se encargará de definir el diseño final de la infraestructura. También existen 250.000 euros dispuestos “para el fomento de la cultura científica” en Canarias.

Añadir nuevo comentario