TRIBUNA

Suave descenso al mundo de la locura

Wild Piña, Iván Vilella, Carol Curbelo, Grise Malayerba, Tati Benpé y Francisco Carreño.
Pepe Betancort 0 COMENTARIOS 18/04/2014 - 09:49

Saludar la inauguración de una exposición de arte contemporáneo como “Suave descenso al mundo de la locura” no es una tarea complicada, ni muchísimo menos. Sobre todo cuando quienes la organizan te dan tres premisas de antemano. Apúntenlas. La primera, en la frente: este proyecto expositivo lo impulsa una ilusionante asociación cultural como Perroflaco y no una institución pública. ¡Olé!. La segunda, que tras Perroflaco se encuentra un interesante colectivo artístico integrado por seis creadores, seis. A saber: Grise Malayerba, Tati Benpé, Carol Curbelo, Francisco Carreño, Wild Piña e Iván Vilella. Ahí queda eso. Y tercera, que el lugar elegido es la emblemática Sala de Exposiciones “Los Aljibes”, de Tahíche. Fin de la cita.

El atractivo y selecto pretexto de este proyecto artístico no es otro que un interesante viaje al siempre inquietante mundo de la locura. Apasionante y significativo tema el de la locura. Sí, señor. Sobre todo cuando lo relacionamos con conceptos tan colindantes y sugerentes como la genialidad, el arrebato, la lucidez, lo onírico, el vértigo, la hipnosis, el miedo, las fobias, las contradicciones, la creación, la destrucción, el fanatismo, la distorsión, el surrealismo, la introspección, la evasión, el nihilismo, la inestabilidad, la incomprensión o la soledad del artista contemporáneo. En cierta manera, qué escritor, qué intelectual, qué científico, qué persona o qué creador no se ha sentido alguna vez en la vida un poco loco. Al menos, yo sí.

Para facilitarnos la tarea del oscuro descenso al maravilloso mundo de la locura, a este generoso colectivo no se le ha ocurrido otra cosa que regalarnos una selección de ilustraciones, pinturas, fotografías y esculturas, que ellos bautizan como “suave” por su vinculación con la Estética del Arte, pero que en el fondo es todo un ejercicio de didáctica artística que nos invita a que reflexionemos y nos asombremos ante esta interesante, prometedora y bella selección plástica de sus creaciones.

Y nosotros, inconscientes como somos, nos lanzamos encantados a través de los marcos negros donde habitan las bipolares figuras blancas y las fotografías enigmáticas de Grise Malayerba, mientras los ojos capturados de Tati Benpé nos persiguen por toda la sala cuando corremos a través del inquietante universo de las fotografías de Carol Curbelo, hasta que tropezamos con las irónicas ilustraciones de Francisco Carreño e intentamos reconocer quiénes se esconden tras los impecables retratos de Wild Piña. Pero, en ese momento, el talento creativo de Ivan Vilella nos recuerda con su galería de maravillosos lúcidos locos que este viaje profundo, alucinante, delirante e hipnótico llega a su fin y que debemos volver nuevamente al sueño de la razón que produce monstruos.

Avisado el Mundo queda. Quien quiera dejarse enredar en la dulce trampa de la locura de la creación contemporánea tiene de plazo hasta el 11 de mayo de 2014. Así de fácil. Sólo tiene que abandonarse y descender suavemente hasta Los Aljibes de Tahíche, para encontrarse con las obras plásticas de este grupo de creadores capaces de devolvernos al mundo de la cordura artística insular y sin usar camisas de fuerza. Dicho está.


“La Reina de Diamantes” de Iván Vilella


“Mirada animal” de Tati Benpé


Fotografía de Carol Curbelo


“D10S” de Francisco Carreño


Ilustración de Wild Piña


“Mi cabeza” de Grise Malayerba

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