En los concursos se valora la oferta más barata

La obra pública, una subasta sin más: los proyectos en Lanzarote salen mal y tarde

Saúl García 4 COMENTARIOS 10/02/2016 - 07:13

Las obras de la Avenida de Arrecife son sólo el último ejemplo: descoordinación, mala gestión y retraso. Lo malo es que no son una excepción. Son muchas las obras públicas en la Isla que han terminado mal ejecutadas, tarde y con un sobrecoste inexplicable. La sensación generalizada es que la obra pública sale mal y la privada sale bien. Diario de Lanzarote analiza las causas de la mala fama de la obra pública en Lanzarote y expone las posibles soluciones que plantean los agentes implicados.

El origen: los pliegos de condiciones

 “El problema principal está en el origen, en los pliegos de condiciones, que han pasado a ser una subasta pública”, señala José Torres, presidente de la Cámara de Comercio. “Lo barato sale caro”, corrobora Neftalí Acosta, presidente de la asociación de constructores de la Isla, que insiste en el concepto de subasta.

“Sí, así es, sólo se valora el precio y no se tienen en cuenta otras mejoras técnicas para valorar cada propuesta”, coincide el consejero de obras públicas del Cabildo, Antonio Morales. “No se puede ir tanto a la valoración económica y ya hemos hablado con Contratación para que la oferta económica no sea la única que pese”, asegura el alcalde de Arrecife, José Montelongo. El primer paso está claro. El resultado es producto del proceso. Los pliegos de condiciones en las administraciones locales premian, muy por encima de otros conceptos, la oferta más barata… y después vienen los problemas.

El contexto lo explica el presidente de los constructores: “Después de la crisis la obra pública era casi el único reducto de la construcción, una huida hacia adelante; todos querían meterse ahí y abarataban los presupuestos, y entonces la Administración no profundiza en otros conceptos y sólo valora el precio, lo que se traduce en que las obras se las lleva la oferta más barata y el concurso público se convierte en una subasta pura y dura”.

“Algunas empresas sabían que iban a perder dinero durante unos años, pero prefieren hacerlo para poder mantener la estructura hasta que la situación se recuperase, pero otra empresas desaparecen por el camino”, destaca.

Mucha competencia

La competencia es feroz. Para una obra de apenas medio millón de euros aparecen empresas de todas partes. A las obras de arreglo de las Cuatro esquinas, con 400.000 euros, se han presentado 14 ofertas: casi todas las constructoras de la Isla y otras de fuera, como Satocan, que antes sólo se presentaba a obras millonarias.

Antonio Morales: “Ahora no se están aceptando modificaciones de proyectos excepto que estén muy justificados”

Ingemont, la empresa sevillana que lleva las obras de la Avenida y que ganó con una rebaja de un diez por ciento sobre el pliego, también se ha presentado a las obras de remodelación de las calles Isaac Peral, Igualdad y Ruiz de Alda y oferta una rebaja de más de un 27 por ciento y baja el plazo de ejecución de cuatro meses a dos meses y medio. También ganó el concurso de reforma del Marina Colón en el mes de octubre y aún no han comenzado las obras.

El presidente de la Cámara de Comercio advierte: “Se está admitiendo de todo, ya no hay bajas temerarias y todo se justifica”, y se pregunta “cómo puede hacer una empresa de fuera una oferta mejor que una local sin tener aquí a los proveedores”. El alcalde de Arrecife, sin embargo, señala que “se miran con lupa las bajas temerarias y hay más controles a la hora de recepcionar una obra, para ver si hay vicios ocultos”.

La realidad es que en la mayoría de las ocasiones, las empresas de fuera que se han llevado el concurso por ofertar un precio menor, acaban subcontratando todo a empresas locales. El consejero de obras públicas señala que algunas empresas, para solucionar la rebaja que han hecho “empiezan un regateo con los proveedores, y las obras acaban paradas”. En el caso de la Avenida, según Acosta, las empresas locales no están suministrando porque no se fían de que vayan a cobrar. Considera que, en todo caso, esas prácticas “están pasando a mejor vida porque las empresas de Lanzarote han aprendido la lección y cierran el grifo a los abusos”.

Modificados de obra

Hay empresas que son expertas en buscar los 'agujeros' de los pliegos, en encontrar los fallos que permiten, o bien ampliar el plazo de ejecución sin temor a una penalización, como acaba de pasar con las obras de la Avenida, o bien solicitar un modificado del proyecto para aumentar la cuantía final. Hay innumerables casos en el pasado.

En el caso del pabellón deportivo de Argana, ligado de forma clara a la corrupción, que es el elemento que más encarece las obras y que mayores garantías ofrece de que la obra va a salir mal, hay que sumar a ese aspecto que la empresa que ganó el concurso, ofreciendo una rebaja de 800.000 euros, solicitó después un modificado del proyecto por esa cantidad para la instalación eléctrica que incomprensiblemente no se había incluido en el pliego de condiciones.

Otro problema es que, según la Cámara de Comercio, se replican los pliegos de unos concursos a otros. “Hay que dedicar más tiempo a cada concurso y no copiar”, señalan, y recuerdan que los ayuntamientos pueden acudir a la Junta consultiva de contratación del Gobierno de Canarias.

Montelongo: “No se puede ir tanto a la valoración económica y ya hemos hablado con Contratación para que la oferta económica no sea la única que pese”

También señalan que hay muchos proyectos mal hechos y siempre son los mismos los que los firman. Parece, no obstante, que también es un aspecto que se está corrigiendo, porque antes la ley permitía hacer modificaciones importantes y “ahora no se están aceptando modificaciones de proyectos excepto que estén muy justificados”, dice Antonio Morales.

Lo que sí sigue habiendo son obras que cuando se comienzan se sabe que cuando acaben no van a estar terminadas del todo. La casa de la Cultura de Arrecife se inició hace más de ocho años con un prepuesto muy por debajo de lo que se necesitaba, y para terminar tanto la circunvalación como la carretera de Tahíche hacen falta obras complementarias que no se contemplan inicialmente.

Esta subasta pública no sólo afecta a los proveedores, sino también a los trabajadores, porque hay empresas que el ahorro lo aplican en los salarios y se aprovechan de la situación laboral, el marco legal y la escasa o nula inspección de trabajo para contratar a media jornada y cumplir más de ocho horas cobrando 900 euros.

Dice Ramón Pérez Farray, secretario insular de Comisiones Obreras en la Isla, que están en contacto con las administraciones para que se refleje en los pliegos que los incumplimientos del convenio colectivo sean un motivo para eliminar el contrato y parece que están de acuerdo”.

“Lo que no puede ser -añade- es que se ganen los concursos rebajando la oferta a costa de la espalda del trabajador. No se pueden permitir bajas temerarias para que las paguen en realidad los trabajadores”.

Falta coordinación

Sigamos con los problemas. Falta coordinación y planificación ente las instituciones, dicen los constructores. Media ciudad de Arrecife está levantada y en el futuro seguirá así porque el Ayuntamiento quiere invertir, si consigue el dinero, otros siete u ocho millones en la canalización de aguas pluviales.

Neftalí Acosta: “Hay que hacer un seguimiento constante y pedir los certificados de los materiales, porque no se hace cumplir”

El alcalde dice que se han iniciado una serie de reuniones con empresas que hacen obras en la capital y que se ha coordinado con todas excepto con Telefónica, de momento. “Con Canal Gestión hay reuniones cada dos semanas -asegura -para conocer su plan de trabajo, los cierres y los desvíos de tráfico”, y señala que “hay algo de retraso en el plan de asfalto precisamente para coordinarnos con Canal Gestión”. “Se ha avanzado respecto a la descoordinación también con el Cabildo”, señala.

Antonio Morales destaca que la primera institución está poniendo el dinero y en algunos casos los proyectos para los ayuntamientos pero que hay algunos que no son capaces  de sacarlos adelante, y cuando han pasado tres o cuatro meses “vuelven al Cabildo para decir que les hagamos el proyecto, como ha pasado ahora en el caso de El Polvorín”.

Para José Torres, la cuestión está clara: lo que hay que hacer es tener proyectos ya hechos porque en un año, elaborar el proyecto y ejecutar la obra no es posible. “Hay que tener los proyectos para cuando esté el dinero”, dice. Esa imprevisión, y los problemas de planeamiento, al no tener suelos disponibles, explican la escasa ejecución cada año de las obras previstas en los presupuestos, que se calcula que es del treinta por ciento en todas las instituciones. “No debe llegar ni al cincuenta por ciento” reconoce Morales.

Las Oficinas técnicas

Y aquí enlazamos con otro problema. La saturación de trabajo en las oficinas técnicas o la falta de personal o ambas cosas. El Cabildo reconoce que falta personal y que se están externalizando algunas cosas “porque ahora hay problemas para contratar”. “Hay técnicos que llevan cuatro o cinco obras a la vez porque ahora el Cabildo tiene cerca de un centenar de expedientes en marcha; no hay precedentes de este nivel de inversión”, dice el consejero, que apunta que en 2013 los presupuestos pintaron 18 millones en inversiones, en 2014 casi 20 y en 2015, más de 25. “Y sin embargo tenemos menos personal que hace diez años”, apunta.

En Tías la Oficina técnica está casi colapsada y se acaba de sacar a concurso una plaza para reforzarla, pero hay licencias que pertenecen a los planes de modernización que se están demorando dos años. En Yaiza, tampoco pueden con tanto trabajo, al que se ha sumado ahora el análisis de los hoteles ilegales. Sólo hay una arquitecta para todo el municipio. En Arrecife tampoco hay gran agilidad aunque según el alcalde, en el último año y medio la concesión de licencias ha ido aumentando y las plazas vacantes que hay en la Oficina técnica se van a intentar cubrir por promoción interna, y si no, por concurso.

Sin seguimiento ni sanción

La falta de seguimiento de las obras es otra de las quejas empresariales. “En Arrecife, con la Avenida, el ayuntamiento no está dando la talla, hay que ocuparse de los vecinos”, dicen desde la Cámara. Neftalí Acosta reclama un “seguimiento constante”, y que también se pidan los certificados de los materiales, porque “no se hace cumplir”, y hay problemas con los áridos o con los adoquines, como ha pasado en las obras de La Concha o del paseo de Las Cucharas.

José Torres: “El problema principal está en el origen, en los pliegos de condiciones, que han pasado a ser una subasta pública”

También se apunta la falta de constancia en ese seguimiento porque en ocasiones no es la misma persona la que está desde el inicio hasta el final de la misma obra. Montelongo señala que en esto se ha mejorado y que en La Concha se obligó a la empresa a cambiar dos veces los adoquines porque eran defectuosos.

También destaca que recientemente se ha sancionado a otra empresa por hacer obras en la calle Gómez Ulla sin permiso y a una más por las obras del Plan de barrios en la Vega se le ha impuesto una penalización porque el asfalto no era el adecuado. La falta de sanciones o la rigidez en este campo es otra de las quejas recurrentes.

El problema con Costas

Los problemas con la Dirección General de Costas son un caso aparte. Costas tarda una eternidad en evacuar cualquier informe que afecte a una obra y las obras acaban suspendidas a la espera de ese informe. Así lo constatan los empresarios y también el Cabildo, que asegura que tarda más de un año para cualquier trámite, por pequeño que sea.

En Arrecife, prácticamente todo el litoral está afectado por Costas y cualquier intervención necesita de sus permisos. Otra entidad que hace retrasar algunas licencias es la Agencia Española de Seguridad Aérea, cuyos informe son preceptivos para hacer obra en gran cantidad de zonas de Tías y San Bartolomé. En la Avenida de Puerto del Carmen hay que solicitar a Aesa un informe por si afecta cualquier trabajo al tráfico aéreo aunque la altura de la obra no vaya a superar la ya existente. A todo esto hay que sumar que, según los empresarios, hay toda una maraña legislativa en Canarias y hay normas contradictorias.

Soluciones

Para todo problema hay una solución. O varias. Entre las soluciones propuestas para que las obras se hagan bien y no se eternicen está, en primer lugar, acudir a la raíz, es decir, a la elaboración de los pliegos de condiciones. Para ello se propone que se castigue de alguna forma la subcontratación, que se premie a aquellas empresas que tengan la base logística en la Isla, a aquellas que mantengan el empleo y no sólo a las que lo crean “porque es más difícil mantener el empleo que crearlo” y que se premie más a las empresas que gastan más en personal y que no se considere la garantía como un requisito a premiar porque nunca se cumple.

Pérez Farray: “No puede ser que se ganen los concursos rebajando la oferta a costa de la espalda del trabajador”

También se puede fijar la baja máxima en un porcentaje razonable, ya que si el pliego está bien hecho con precios de mercado reales, cualquier rebaja de más del diez por ciento evidencia que puede haber problema si se adjudica una obra a esa empresa, porque los márgenes están muy ajustados. Otra solución podría ser valorar más las mejoras que ofrece cada empresa, muy por encima del coste final de la obra. Además de soluciones concretas se proponen otras más abstractas, como mejorar en transparencia y en flexibilidad.

En cuanto al seguimiento, se propone que sea un solo responsable técnico en cada institución el que vigile la obra de principio a fin, que se sancione, que se penalice a empresas que han incumplido y que eso se anote para el curriculum de futuros concursos, así como que se pueda retener un porcentaje de los pagos de la obra hasta que la empresa cumpla.

En cuanto a las oficinas técnicas, se pide que se cubran todas las plazas, que se recicle a los trabajadores para tener otros criterios o que se llegue a acuerdos con colegios profesionales para que colaboren con los ayuntamientos. Para aquellas obras que afecten especialmente al comercio, se solicita que se busque una subvención, como hizo el Ayuntamiento de San Bartolomé, que pagó cerca de 1.800 euros a cada comercio afectado por las obras de la calle Mayor en Playa Honda.

Comentarios

¡Qué caterva de gestores de lo público tenemos! , al basurero con estos personajes
En los últimos 40 años Lanzarote ha experimentado un desarrollo fabuloso. Hemos pasado de ser una sociedad rural con una economía muy modesta a mover mies de millones de euros ( cientos de miles de millones de las antiguas pesetas ). Para afrontar este reto colosal , definir un modelo económico y un marco jurídico y político, gestionar infraestructuras complejas etc , hemos elegido a una colección de patanes, de zotes, sin aptitudes y encima corruptos. Para llorar.
Que bien lo ha explicado cometario dos.Para llorar
Los adjudicatarios son siempre los mismos, sea cual sea el grupo que esté en el gobierno municipal. Luz y taquígrafos: aquí hay tomate...

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