Este viernes se descubrió la escultura ‘El Tonelero’, en homenaje al arte de la tonelería encarnado en el municipio en la figura de Felipe de León Rocío.

La alcaldesa, Dolores Corujo, resaltó que la escultura “será la encargada de velar por el trabajo de más de un siglo de tonelería en el municipio”. “Primero fue su padre, después Felipe durante casi 80 años y deseamos que este legado tenga perpetuidad”, señaló.

El acto contó con la presencia del escultor Rigoberto Camacho y del propio Felipe de León Rocío, acompañado por su hermana y familiares más cercanos.

Corporación, familiares, colectivos y amigos acudieron a la cita, dando comienzo el sencillo acto con música navideña de la mano del Rancho de Pascua de Tinajo, seguido por unas palabras de la alcaldesa, en las que enlazó a “Felipe, tonelero de profesión e hijo de tonelero; y responsable de mantener vivo este oficio tradicional, que ha transmitido a su vez a su sobrino y al hijo de este”.

“En nuestra historia chica, construida con gestos menudos, algunas palabras, pequeñas acciones heroicas, anécdotas coloristas y la sabiduría popular como argamasa que la sustenta, los artesanos son piezas fundamentales”, añadió.

“Sirva este pequeño homenaje a Felipe, El Tonelero para mostrar nuestro compromiso con la tradición del municipio, nuestro amor por las raíces que nos arraigan a esta tierra y nuestra voluntad política de preservar aquellos valores propios de nuestra identidad que hicieron y mantienen grande a nuestro pueblo”, recalcó Corujo.

La escultura rinde homenaje a un oficio que muy importante en la Isla. En San Bartolomé actualmente es donde únicamente se desarrolla y desempeña esta labor, que durante siglos ha servido para la conservación de los caldos que Lanzarote ha producido a lo largo de su historia.

“El proyecto está realizado en el ámbito del realismo escultórico, dando importancia a la figura del tonelero y su barrica”, explica el Ayuntamiento. La obra va colocada sobre un pedestal en la rotonda que se ubica en la Avenida Alcalde Antonio Cabrera Barrera.

La escultura tiene una altura de 1,8 metros. Su autor, Rigoberto Camacho Pérez (1985), se graduó en Bellas Artes y actualmente trabaja a caballo entre Madrid y Lanzarote, compaginando varios proyectos escultóricos con su labor como Profesor asociado del Departamento de Escultura en la Facultad de Bellas Artes de la UCM.