¿Qué tienen que ver un proyecto necesario, pero olvidado, del Gobierno central en Lanzarote, la agonía de un espacio natural único, la explotación de una codiciada cala de Playa Blanca y un empresario imputado por corrupción? Los ingredientes forman parte del enésimo capítulo del drama que en torno al Charco de Los Clicos se viene representando desde hace más de 15 años.

Desde diciembre de 2010 el Ministerio de Medio Ambiente, al que compete el dragado del lago verde, tiene vía libre para llevarlo a cabo tras la publicación del estudio de impacto ambiental, un trámite que parecía que iba a poner punto y final a las recurrentes voces de alarma por la disminución de su superficie: si en los años 60 alcanzaba los 15.000 metros cuadrados, en la actualidad tiene apenas unos 7.000 metros, y bajando.

En principio la ejecución de la obra se antojaba sencilla: apenas son necesarios 450.000 euros, una cantidad ridícula para un ministerio que, en Santa Cruz de La Palma, está invirtiendo en la actualidad más de 27 millones de euros para construir un nuevo frente marítimo y una playa artificial de casi un kilómetro de longitud.

Pero las apariencias engañan, y en los presupuestos generales del Estado de los últimos cuatro años, a pesar de tener luz verde de Medio Ambiente, el Gobierno no ha puesto ni un solo euro para el dragado del Charco de Los Clicos, una de las postales más fotografiadas de la Isla, plató de cine (desde la mítica ‘Hace un millón de años’ con la escultural Raquel Welch a la almodovariana ‘Los abrazos rotos’) y promesa de cada uno de los senadores por Lanzarote que han sido desde comienzos de siglo.

Desde que el Partido Popular accedió al Gobierno se ha repetido como un mantra que el dragado de Los Clicos se haría “con la colaboración público privada”. Es decir, que se buscarían empresas que estuvieran dispuestas a retirar el material que ahoga la laguna verde a cambio de quedárselo. Hasta ahora no constaba que hubiese ninguna empresa que estuviese realmente interesada ni que la contrapartida fuese más allá de quedarse en propiedad los 40.300 metros cúbicos de áridos a excavar.

Sin embargo, el pasado 13 de junio, vía boletín oficial, entra en escena una sociedad que solicita “la ejecución de un proyecto de acondicionamiento y mejora de la playa de Las Coloradas”. ¿Y qué relación guarda el dragado de Los Clicos con la playa que ha visto crecer en los últimos años a su lado varios hoteles ilegales, entre ellos el Papagayo Arena, bautizado en su día como ‘El Algarrobico canario’? La operación es la siguiente: la empresa sevillana Fitonovo SL se compromete a dragar el Charco a cambio de que la Dirección General de Costas le otorgue la concesión durante 75 años, sin pagar canon alguno, de la playa de Las Coloradas, en la localidad de Playa Blanca, verter la arena que saque de Los Clicos, instalar 600 hamacas, 300 sombrillas, un chiringuito y dos quioscos.

Para la citada empresa, que ha pedido a Costas la concesión de 9.800 metros cuadrados del dominio público, Las Coloradas es una “falsa playa”  pero con condiciones estupendas para “establecer un centro de actividad de negocio que ayude a fijar una serie importante de puestos de trabajo, directos e indirectos” como consecuencia del “impulso al atractivo turístico de la zona”.

El dragado de la laguna verde apenas cuesta 450.000 euros, pero Medio Ambiente se niega a ejecutarlo

Quien firma la solicitud a Costas, el 12 de noviembre de 2012, “continuando con las conversaciones mantenidas y siguiendo sus instrucciones”, es José Antonio González Baro, consejero delegado de Fitonovo, que el pasado mes de marzo pagó una fianza de 250.000 euros para salir de la cárcel Sevilla 1, donde ingresó en diciembre de 2013 imputado por cohecho en la denominada ‘operación Madeja’. Admitió ante la juez Mercedes Alaya, famosa por instruir el caso de los ERE de la Junta de Andalucía, haber pagado 700.000 euros en sobornos.

La solvencia económica de Fitonovo –a la que el Ayuntamiento de Sevilla ha cancelado varios contratos por incumplimientos- también está en entredicho. El 25 de marzo pasado entraba en Costas un documento aclarando detalles sobre la evacuación de aguas residuales del chiringuito de la playa de Las Coloradas. Tres días antes, un juzgado de Sevilla declaraba el concurso voluntario de acreedores de Fitonovo, cuya deuda alcanzaría los 15 millones de euros.

Más de 400.000 euros de ingresos al año en Las Coloradas

El proyecto presentado por Fitonovo en Costas apunta que serían necesarios 450.000 euros para dragar Los Clicos y 1,4 millones de euros para acondicionar la playa de Las Coloradas, instalar hasta 600 hamacas y 300 sombrillas, un chiringuito de 150 metros cuadrados y dos quioscos de 20 metros cada uno. La empresa considera que “la ocupación óptima media” sería de un 71 por ciento. A 600 clientes por día, que pagarían una tarifa de seis euros, les sale en sus cuentas unos ingresos de 3.600 euros diarios.

Con 300 días de uso de las hamacas al año le da unos ingresos superiores al millón de euros. Si la ocupación ‘real’ es inferior, sobre un 36 por ciento de la cantidad ‘óptima’, ingresarían unos 388.000 euros al año, a los que habría que añadir 48.000 euros por el chiringuito y los quioscos; en total, unos 436.000 euros. En cuanto a los gastos, apuntan unos 379.000 euros, entre las nóminas de ocho trabajadores (160.000 euros al año), gastos financieros y de conservación.